Eugenio Jaurena, un técnico que trabaja y vive en la zona, entiende que la salida a la situación de enfrentamiento que se vive en los barrios “marginados” pasa por la rehumanización del sistema y por repensarlo en función de la gente y no de las instituciones. Por su parte, González comentó que en Puntas de Manga funciona una de las Mesas de Convivencia Ciudadanas del Ministerio del Interior (MI), en la que el tema de la seguridad se trabaja desde la inclusión, pero comentó que no fue el caso de la que funcionó durante un tiempo en la zona de Marconi.

Sin embargo, la alcaldesa consideró que a partir de esa experiencia se recuperó un complejo habitacional ubicado en la esquina de Aparicio Saravia y San Martín, en el que los vecinos denunciaban que eran robados sistemáticamente cuando llegaban de trabajar. A partir de una intervención articulada entre vecinos, el Municipio, el Banco de Previsión Social y el MI, el predio que había sido ocupado por 50 familias se cercó y la situación mejoró. Sin embargo, Nedov consideró que no en todas las zonas tienen actores locales con los cuales articular.

Aclaró que para el operativo montado el domingo el Municipio no fue consultado, y estimó que de ahora en adelante deben retomar la coordinación en las intervenciones y ver de qué forma pueden mejorar los resultados. Nedov mencionó el ejemplo de la Policía Comunitaria como un tipo de policía que “es respetada” y que “tiene vínculo con los vecinos”. “Es amigable y los vecinos no sienten que los van a reprimir”, concluyó.

Por su parte, Jaurena entiende que en las distintas intervenciones que se llevan a cabo en el territorio “hay cosas que van para adelante y otras que van para atrás”. Además, estimó que la mayoría de las buenas intervenciones siempre funcionan “a modo de parche” y “van contra la corriente”. “Es como decir que se cambia algo para no cambiar nada”, concluyó.