Las metáforas con cosechas tuvieron su lugar en la presentación del Ineed, que se realizó ayer en el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (Latu). “[Es hora de que] en este país dejemos de plantar chacras y plantemos lechugas en las chacras”, mencionó Rodolfo Silveira, presidente del Latu, citando la frase que dijo haber escuchado días atrás. La trajo a cuenta para decir que cada institución y cada persona debe, desde su lugar, aportar “su granito de arena” para contribuir a una educación de calidad.

El Ineed está integrado por dos representantes del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), dos del Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública (Codicen-ANEP), uno del Consejo Directivo Central de la Universidad de la República (Udelar) y uno por las instituciones privadas de educación inicial primaria y media habilitada. Legalmente es una persona jurídica de derecho público no estatal que se instaló en el edificio Los Naranjos Parque Tecnológico.

Silveira mencionó la vinculación del Latu con el sector productivo, pero también con la certificación y el conocimiento, para pasar al concepto más amplio que se relacionaba con su metáfora: “La educación es un problema de todos y todos podemos contribuir”. Habló de la necesidad de “trabajar con una mirada de futuro” y precisó que en estas áreas “los resultados se ven en el largo plazo”, y que “muchas veces hay una ansiedad y hay un mal manejo público de la situación”. En ese sentido, justamente, iba la frase del subsecretario del MEC, Óscar Gómez, al doblegar la apuesta de Silveira: “Que no se cultive solamente lechuga, plantemos olivos porque este tema es de mucho más largo aliento que la cosecha inmediata”.

Primeros pasos

Las bases del Ineed se han solidificado en los últimos meses. En abril el Poder Ejecutivo nombró a los integrantes de la comisión directiva: Alex Mazzei (presidenta y representante del MEC), Andrés Peri y Marcelo Ubal (por el Codicen), Carmen Caamaño (por la Udelar) y María Inés Vázquez (por la educación privada). En la resolución del Ejecutivo, figuraba también la nominación de Beatriz Castillo, que representaría al Partido Colorado, pero eso quedó trunco cuando Vamos Uruguay renunció a los cargos en el gobierno. Gómez puntualizó que se modificó la integración de la comisión directiva (la Ley de Educación había previsto que fuera un integrante por el MEC y tres por el Codicen de la ANEP) “para tener mayor representatividad e incluir a la oposición” y sostuvo que “se ha dejado reservado ese espacio para el momento oportuno”. Posteriormente, se designó mediante un llamado público al docente e investigador Pedro Ravela como director ejecutivo.

Mazzei relató que comenzaron a trabajar a partir de documentos aportados por la comisión creada para la implementación del Ineed, y de los aportes brindados por expertos nacionales e internacionales. Agregó que en Uruguay “existen antecedentes de evaluación educativa”, pero en muchos casos falta continuidad en las investigaciones. En ese sentido, la nueva institución apuesta al trabajo permanente y a que se pueda conformar allí “un banco de información riguroso que pueda recoger y amparar todas las investigaciones que se hacen”. Entre las principales acciones del Ineed en el período 2012-2016, además de evaluar los aspectos mencionados, se incluye la investigación “en torno a los problemas más relevantes del sistema educativo”, la articulación de “debates informados y sistemáticos en torno a las políticas educativas”, “establecer relaciones de cooperación técnica con los organismos autónomos a cargo de la conducción de la enseñanza” y “contribuir al desarrollo de una cultura de la evaluación”.

Mazzei precisó que en el ámbito educativo “las evaluaciones a veces nos dan mucho miedo”, pero indicó que la apuesta es “desmitificar el temor a las evaluaciones”, entendiéndolas como “construcción del conocimiento, investigación, medición, pero fundamentalmente para algo con un fin”: mejorar la educación.

Wilson Netto, presidente del Codicen, valoró que el lanzamiento del Ineed se concretara en una jornada de trabajo (que se extiende hasta hoy), que incluye la participación de los involucrados. Enfatizó la importancia del diálogo “con los actores que cotidianamente desarrollan la educación”, y destacó la presencia de José Olivera, coordinador de la Comisión Sectorial de Enseñanza del Uruguay: “Ellos también necesitan un compromiso y un contrato de carácter pedagógico, también necesitan saber hacia dónde ir, por qué camino, qué cosas son fundamentales en el Uruguay de hoy”.

Netto calificó como un avance poder contar con “la información adecuada” y “terminar con esa imagen tan ligera que a veces nos sacude, de la opinión liviana, de la opinión desinformada”.

Por su parte, Luis Calegari, pro rector de Enseñanza de la Udelar, opinó que la conformación del instituto “es un paso tremendamente importante” y que “la enseñanza, en todos sus niveles, está teniendo momentos de cambios muy profundos”, que “tienen que estar basados en el conocimiento de la realidad, de la situación, de la enseñanza, de las perspectivas”. A su entender, la evaluación permitirá “diagnosticar, rever, prever las acciones de cambio en la educación”.

Felipe Martínez Rizo es director del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación de México y sus aportes fueron señalados como fundamentales para la conformación del organismo uruguayo, por eso fue invitado a las jornadas. Historió que las evaluaciones en América Latina se iniciaron en la década de 1980 y proliferaron en la década de los 90, para consolidarse en los últimos diez años. Valoró su consolidación, que son más continuas y cuentan con fondos de los gobiernos, puesto que en los primeros años fueron financiadas por organismos internacionales; aun así, comentó que en algunos lados las evaluaciones todavía son “débiles” y están ligadas “a ministerios y dependencias, pegadas a vaivenes políticos”. Martínez Rizo insistió en ver la calidad educativa desde una visión multidimensional. Señaló que en muchos países todavía predomina una visión unidimensional, que se centra “exclusivamente en el aprendizaje de los alumnos”, cuando es necesario evaluar si llega a todos los destinatarios, si éstos permanecen en el sistema y cuáles son sus rendimientos, así como si los currículos se adecuan a las características de las sociedades, si hay recursos, si no se malgastan y si hay equidad.