El nuevo director fue nombrado hace dos semanas y lo hizo en un contexto en el que los trabajadores, además de declarar persona no grata a la directora de la División Información y Comunicación de la IM -de la que depende el canal-, María Urruzola, rechazan la propuesta de fideicomiso en conjunto con la Corporación Nacional para el Desarrollo (CND), propuesto por la intendencia. Sin embargo, Papich dijo que se encontró con un canal “un poco mejor de lo que podía imaginar” y destacó el sostén que han significado sus fortalezas internas, que demuestran que hay capacidades a desarrollar. Sin embargo, y en lo que hace a la pantalla, dijo encontrarse con una Tevé Ciudad “un poco desordenada”. En otro plano, también observó dificultades en el relacionamiento puertas afuera, tanto con los ámbitos institucionales, como con otros actores, como la producción independiente.

Lejos del poder

Los funcionarios organizaron el segundo foro de discusión sobre el futuro del canal, esta vez con un panel integrado por representantes de las bancadas de los tres partidos con representación en la Junta Departamental. Allí expusieron Mario Barbato (Partido Colorado), Álvaro Viviano (Partido Nacional) y Maite López (Frente Amplio), quienes coincidieron en que el canal nunca fue discutido en la junta y que con la propuesta de fideicomiso, por primera vez, tienen la chance de hacerlo.

Los expositores también coincidieron en la necesidad de que exista autonomía en la gestión con respecto al poder político de la IM, aunque Viviano consideró que el sistema político no está dispuesto a perder el control de los medios de comunicación públicos. Por su parte, López señaló que para lograr la autonomía se deben generar acuerdos sociales y políticos para romper el conflicto entre lo político y lo técnico, y que no se dependa exclusivamente de impulsos partidarios. Sin embargo, la edila se preguntó si realmente hay un acuerdo político para que Montevideo tenga un canal de televisión y habló de algunos colegas que lo ponen en duda.

Viviano se refirió a la postura contraria de su partido en el momento del surgimiento de Tevé Ciudad, pero señaló que hoy el canal es una realidad y hay que pensar en cómo mejorarlo.

Además, señaló que en los últimos ocho años han pasado seis direcciones distintas y que ello, sumado a la ausencia de una definición estratégica a largo y corto plazo del canal, hacen necesario comenzar a pensar en una nueva etapa. Para Papich, que el canal pase a ser una señal digital de aire será el segundo hito de su historia, después del primero, que fue su propia creación -hace 15 años. Ahora el mayor desafío es hacer un canal visible y, para ello, se requiere tener una noción clara del rumbo estratégico, considerar valores internos y externos, y que se adapte a un nuevo relacionamiento por medio de la creación de un consejo consultivo u otras instancias de participación y debate, según explicó. Además, comentó que el plan estratégico que se ponga en marcha debe ser independiente de la dirección y contribuir a un “reordenamiento de base”, siempre con el énfasis puesto en la relación entre pantalla y espectador. “El resto de los temas que, lamentablemente son los que dieron notoriedad al canal en los últimos meses, no son lo principal, sino que son asuntos subalternos”, añadió.

Ir al gimnasio

El director sostuvo que pasar a ser un canal abierto implicará “ejercitar la musculatura en lo interno” y añadió que “si uno se pregunta cuándo se producirá, puede correrse el riesgo de que la definición se tome sólo por condicionamientos técnicos”. “Desde el punto de vista tecnológico el canal puede ser de aire mañana, pasado o el mes que viene, pero hoy no está pronto para afrontarlo. Lo estamos preparando, nos planteamos darle un ordenamiento real y lógico a la pantalla, darle una brújula al espectador y no un calderín para ver cuándo puede pescar un contenido de su gusto”. Según Papich, cuando Tevé Ciudad fue creado generó una diferencia, porque no había un espacio para la creación de calidad ni posibilidades para la producción independiente, aunque consideró que tal vez era poco televisivo porque se limitaba a cumplir el rol de abrir espacios y capacidad de diálogo, y “hoy los códigos televisivos exigen otros desafíos”.

Paralelamente, el canal está trabajando en definir cuáles van a ser las cuatro o cinco principales áreas temáticas por las que va a transitar, cuáles son las que el canal va a tomar para sí y cuáles son las que va a generar en diálogo con la producción independiente y la de otros países. Además, indicó que deberá empezar a utilizar el instrumental existente, como la posibilidad de transmitir en vivo. “Un canal sin televisar en vivo es poco creíble, recuperar los vivos es una apuesta importante, recuperar ritmos como los que se están pautando en algunos tramos de la programación pero que hay que mejorar”, agregó.

De la yenchi

Papich dijo, además, que le gustaría que la gente considere a Tevé Ciudad como su canal y como un lugar en el que se sienta cómoda y respetada. Agregó que hay que volver a ubicar una marca distintiva en la que las calidades sean la principal expresión y la aspiración sea relacionarse de la mejor forma con toda la población sin importar la condición social, económica y cultural. Comentó que en el proyecto de cercanía con la gente se buscará un “rating social”, entendido como un espacio público que dialogue con el ciudadano. “Estoy convencido del rol de liderazgo que tiene que asumir la televisión pública y lo que me trae acá es ponerle el cuerpo a eso”, expresó. Papich opinó que no hay un proceso nítido que permita definir a la televisión uruguaya, porque está desdibujada, y lo mismo pasa con la pública, si bien entendió que Televisión Nacional del Uruguay está demostrando signos de madurez en ese sentido.

El director entiende que es impensable competir en rating con las televisoras privadas porque son propuestas y modelos de negocio distintos. Consultado acerca del rol que jugará el rating en su gestión, consideró que éste es un dato de la realidad y que todos los elementos de medición son importantes y deben ser considerados, pero no ir detrás de los gustos globales, porque ahí se pierde la capacidad de ofrecer una propuesta distinta en la que tengan voz quienes no son protagonistas en los medios y que, a su vez, no sea ni aburrida ni tonta. Además, adelantó que le interesa analizar cualitativamente a las audiencias para establecer cómo llega el canal y cómo no llega, a dónde y cuáles son los niveles de relacionamiento con las distintas áreas de la ciudad. Consideró que en Uruguay ese análisis no está desarrollado y añadió que establecieron conversaciones con la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la Universidad de la República para desarrollar la idea.

Papich anunció que pretende buscar un marco de alianzas para generar ideas y proyectos con instituciones de la sociedad uruguaya y del extranjero, además de personalidades de referencia que no estén institucionalizadas. Señaló también la preocupación sobre el escaso lugar que ocupa la ficción uruguaya en la televisión y sostuvo que hay mucha potencialidad desarrollada en la actividad audiovisual en el país, gracias al desarrollo del cine de los últimos diez o 15 años, en el desarrollo de las capacidades de los actores, de los técnicos, y de los servicios.

Además, pretende pensar el canal en un contexto de convergencia, en el sentido amplio del término. Sobre este punto, consideró que habitualmente se habla sólo sobre lo tecnológico pero hay que tener una actitud general de convergencia, que también abarque lo artístico y el relacionamiento general.

El fideicomiso

Consultado acerca de la propuesta de fideicomiso de la IM, que es anterior a su llegada al canal, Papich consideró que es un aspecto instrumental que serviría para plasmar los objetivos generales que se tracen, por lo que consideró el tema como subsidiario a la definición del proyecto estratégico. En ese sentido, consideró que hacer el razonamiento inverso implicaría “poner la carreta delante de los bueyes”. De todas formas, no le teme a ningún instrumento ágil de administración y comentó la experiencia del Instituto del Cine y el Audiovisual del Uruguay (institución que dirigió hasta su llegada al canal), cuyo fondo de fomento es administrado por la CND y cuyos resultados “están a la vista”.

“El nivel de ejecución, la capacidad y la velocidad de ese instrumento demuestran que es convergente con el ritmo y el funcionamiento de la actividad audiovisual en Uruguay”, sentenció.