La Junta Nacional de Drogas presentó ayer los resultados de la 5ª Encuesta Nacional sobre Consumo de Drogas en Estudiantes de Enseñanza Media. El relevamiento se hizo durante 2011 e incluyó a 5.834 jóvenes de entre 13 y 17 años, de liceos públicos y privados y educación técnica, que viven en ciudades de más de 10.000 habitantes.

Una de las consideraciones iniciales planteadas es que los consumos de drogas en adolescentes “se presentan habitualmente en los lugares de encuentro y dejaron de ser un comportamiento marginal”, transformándose en elementos articuladores de “la identidad individual, social y cultural”.

A nivel general, en los últimos 12 meses, 69,9% de los jóvenes encuestados consumió alcohol; 20,2% tabaco; 12% marihuana; 7,7% tranquilizantes; 1,8% estimulantes; 1.4% inhalantes; 1,4% cocaína; 0,4% pasta base de cocaína; y 0,3% éxtasis.

El alcohol y el tabaco son las sustancias que los jóvenes escolarizados comienzan a consumir a edades más tempranas.

Lícito

Mientras que casi 70% de los encuestados declaró haber consumido alcohol en los últimos 12 meses, 48% lo hizo en los últimos 30 días. La cifra de abuso de ingesta de alcohol es bastante llamativa: 65% vivió algún episodio de abuso; esto representa a 56.000 jóvenes.

El consumo de esta sustancia se mantiene estable desde 2003. En parte, esto se debe a que “siete de cada diez estudiantes creen que el alcohol no es riesgoso o que el consumo ocasional conlleva sólo riesgos leves”. Julio Calzada, secretario de la JND, señaló en diálogo con la diaria que el consumo de alcohol se encuentra en “límites muy altos”. Sostuvo que además de desarrollar políticas para “controlar la demanda y la oferta”, hay que “aumentar la proyección de riesgo”. Explicó que la percepción de riesgo “viene desde hace tiempo, es parte inherente de nuestra sociedad”. Sostuvo que modificar esa percepción implica “un proceso largo”, “porque hay que trabajar en muchos niveles a la vez”, no sólo en los ámbitos educativos sino también en campañas publicitarias.

La baja percepción de riesgo se ve reflejada en las respuestas a algunas preguntas efectuadas a los jóvenes. Al ser consultados sobre si alguna vez viajaron en autos o motos conducidos por el propio adolescente u otra persona alcoholizada, 35% respondió afirmativamente; a 25% de los jóvenes, amigos o familiares les sugirieron alguna vez tomar menos; y 24% tomó alcohol en alguna oportunidad para relajarse, sentirse mejor consigo mismo o integrarse a un grupo.

En algunas respuestas se registran diferencias entre los jóvenes del interior del país y los de Montevideo. A modo de ejemplo, en la capital 30% viajó con un conductor que consumió alcohol, al tiempo que 39% en el interior hizo lo mismo.

En cuanto al consumo de tabaco se mantiene la tendencia a la baja desde 2003. En 2009, 28% había consumido tabaco en los últimos 12 meses, mientras que 20% respondió lo mismo en 2011. Héctor Suárez, responsable del Observatorio Uruguayo de Drogas, comentó que el consumo de tabaco disminuyó porque se tomaron medidas como el aumento de precios, y se “concientizó a las personas de que el consumo era nocivo”. “La clave fue mostrar a los no fumadores lo nocivo que era tener tabaco cerca”, agregó.

En cuanto al consumo de alcohol, dijo que elaboraron un proyecto de ley muy completo, que implica reforzar controles en distintos aspectos, como por ejemplo la venta a menores.

Ilícitas

Calzada enfatizó que en el consumo de marihuana y cocaína “aumentó el experimental”, siendo cada vez más los que optan por probar, pero no varió el consumo habitual, “que es el que importa”.

También se destaca la percepción de bajo riesgo del consumo experimental de marihuana. “Manejar la percepción de riesgo de la marihuana es una de las que tenemos que trabajar, más ahora que se está planteando regularizar el consumo”, sostuvo Suárez, al tiempo que expresó su anhelo de que la legislación contemple la instrucción. “Toda droga tiene riesgo, no hay droga sin riesgo y en la adolescencia tiene mucho riesgo”, concluyó.