Los informes de prensa hacen ver las conclusiones del informe como una “victoria” para los países ubicados en la franja de “ingresos medios”, ya que están en línea con las críticas que los gobiernos de países como Brasil, China e India han realizado a las recomendaciones del organismo.

A partir de 2009, preocupado por el impacto potencial en la economía mundial, el FMI comenzó a instar a los gobiernos a no llevar adelante “excesivas acumulaciones de reservas”. Particularmente, llamó la atención a China cuya política de acumulación de reservas a modo de “seguro” contra las repercusiones de una eventual crisis eran notorias y costosas para la competitividad de países desarrollados.

El informe de la IEO señala que el FMI “no ha dado un argumento convincente de las razones por las cuales ‘excesivas’ reservas constituyen un problema para el sistema monetario internacional” y agregan que “aún más, el foco en las reservas excesivas [...] han tendido a distraer el análisis y las respuestas a otros riesgos para la estabilidad financiera que han demostrado ser más serios”.

En este sentido, los auditores recomiendan a los directivos del Fondo “focalizarse en las causas subyacentes de la inestabilidad financiera global y no en los síntomas”. Además, consideran que la discusión sobre la acumulación de reservas internacionales no estuvo enmarcada “en un tratamiento más comprehensivo de los desafíos a la estabilidad financiera global”. Esa mirada más amplia según los auditores internos del FMI debería involucrar otras fuentes de inestabilidad como las fluctuaciones en la liquidez internacional “apalancadas” por los gobiernos, las inadecuadas regulaciones en el sector financiero y la excesiva volatilidad de los flujos de capital.

La agencia IPS cita analistas especializados, quienes estiman que las reservas acumuladas por los gobiernos rondan los diez billones de dólares, una cantidad que si bien es enorme a los ojos de cualquiera no lo es en comparación con los 105 billones de dólares que circulan en el sistema bancario internacional.

Uno de los aspectos más significativos del informe es que la mayoría de los directores de países en el FMI considera que “el celo en la acumulación de reservas como el principal riesgo para la estabilidad del sistema monetario internacional refleja el interés de algunos de los principales accionistas en asegurar una mayor flexibilidad en los tipos de cambio de los países asiáticos”, en clara referencia al alineamiento de las políticas del FMI con los intereses de los gobiernos de Estados Unidos.

Si bien los actuales funcionarios del FMI no han hecho declaraciones, IPS cita a Dav Kar, ex primer economista del FMI, quien sostuvo que “las reservas tienen propósitos múltiples: si bien una gran acumulación puede servir a una economía para asegurarse, tal acumulación puede imponer un costo a otros países, por ejemplo, mediante la inhibición de políticas que busquen ‘corregir’ el tipo de cambio”. “Es por esto que la investigación no puede ser vista como doblegarse entre la agenda económica o la agenda política de un país. Los hechos están. La interpretación la hacen los ojos del que mira”.

Jo Marie Griesgraber, directora ejecutiva de New Rules for Global Finance, una organización no gubernamental de análisis del sistema financiero internacional, opinó que “cuando el FMI se refiere a desequilibrios, eso es, por lo general, un código para Estados Unidos y China” y destacó que “si el FMI no está cumpliendo con el propósito para el que fue creado tiene sentido que las economías busquen un ‘autoseguro’. Pero al mismo tiempo, no podemos olvidar que esto tiene un alto costo de oportunidad para muchos países, que se ven obligados a usar su propio dinero para el pago de intereses en lugar de usarlo para construir carreteras, fortalecer los sistemas de salud y demás gastos sociales”.