El Centro de Investigaciones Económicas (Cinve) proyectó los datos inflacionarios a diciembre y prevé que los precios al consumo no sólo reduzcan su crecimiento sino que decrezcan 0,2% respecto de noviembre. La principal explicación es la “reducción transitoria” de 10% de la tarifa de UTE. Según esta proyección, la inflación anual de 2012 se ubicará en 8%.

Sin embargo, para Cinve esto no indica una “moderación de las presiones”, ya que “no es más que un descuento transitorio en el precio final de la energía”. Por otro lado, señala que la incidencia de estos descuentos sí se va a hacer sentir en el “frente salarial”, en el que “se reducirán los ajustes salariales por la inflación pasada y, por ende, las presiones para el año entrante”.

El escenario actual “no permite ser optimista, ya que los riesgos se mantienen”, hecho que el informe señala mediante la persistencia de la inflación tendencial. Ésta, que se obtiene de extraer los efectos de “shocks” y productos con evolución volátil a la serie inflacionaria, se moderó “levemente” y se ubica en 8,6% en los últimos 12 meses a noviembre. Sin embargo, “no se puede afirmar que este fenómeno se sostenga en los próximos meses”, cuando se espera que la inflación tendencial se mantenga “elevada” debido no sólo a las potenciales subidas de precios que normalmente se producen en temporada, sino también al hecho de que caducan los acuerdos pactados entre el gobierno, la industria y los supermercados.

Cinve estima que en 2013 las causas del proceso inflacionario actual se van a mantener “relativamente estables” y que la estabilidad de precios y la disyuntiva entre inflación y competitividad serán los principales desafíos que enfrentará la política económica. La predicción que realiza el centro para el año entrante está también en el entorno de 8%, siempre y cuando no ocurra un shock externo favorable o se apliquen “medidas de fondo que ataquen los fundamentos del proceso”.

Todo liso

El centro de investigaciones hizo un diagnóstico de las principales variables que inciden en los precios locales para el año que viene, entre ellos, el tipo de cambio, los precios internacionales, el precio del petróleo y el consumo interno. Respecto del tipo de cambio, se espera que continúe en el nivel actual, es decir, en torno a los 20 pesos uruguayos, “al menos hasta que los registros inflacionarios desciendan hasta ubicarse en el entorno de 8%”. También proyecta que los precios internacionales se mantendrán “elevados”, aunque con un “piso” para los próximos meses debido, principalmente, a que la demanda de los productos alimenticios será “estable” en los próximos meses. Por otro lado, el precio del petróleo adquiriría cierta estabilidad en el entorno de 110 dólares el barril, favoreciendo una rebaja en los combustibles, si la proyección al tipo de cambio se hace efectiva. “Es posible que en enero se resuelva una baja”, estima.

Sobre la base del dinamismo de la demanda interna, así como de los indicadores del mercado de trabajo en los últimos meses, las proyecciones indican que las presiones de demanda internas se mantendrán, por lo que “si los salarios reales continúan creciendo en el entorno de 3%, no ayudaría a la moderación de la inflación”, advierte el informe.

Lo que pasó, ¿pasó?

En noviembre, el Cinve había proyectado una cifra menor al nivel general de precios relevado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que fue de 0,35%. El informe de Cinve explica que se esperaba una cifra menor, basada en los acuerdos de precios adoptadas por el gobierno en la búsqueda del control de la inflación que, si bien fueron efectivos en algunos rubros, como alimentos elaborados, el alza en el nivel general de precios tuvo que ver con otros rubros que no estaban comprendidos en estos acuerdos, como las frutas y verduras y algunas carnes.

Los rubros transables, sí contenidos en los acuerdos de precios, moderaron el crecimiento general, lo que, junto con el descenso del tipo de cambio, determinó una reducción de las presiones externas sobre los bienes transables. Respecto de este fenómeno, prevén que se mantenga al menos durante algunos meses, “en especial si la inflación no cede en el corto plazo”. En los rubros no transables el informe explicita que no se verificaron moderaciones “significativas”, debido “al mantenimiento de la demanda interna y la persistencia de las presiones salariales sobre dichos rubros”.

Para el Cinve, el desfasaje entre lo proyectado y lo informado por el INE “implica riegos de cara al próximo año”, ya que desencadenaría algunos ajustes indexatorios, que “sólo aportarían una mayor inercia inflacionaria”, que se traduciría en “un obstáculo para lograr el descenso de la inflación en el futuro”.

Juego de roles

Respecto de la próxima y última reunión del año del Comité de Política Monetaria (Copom), el viernes 28, en la que se decidirá sobre los lineamientos de política monetaria para los próximos meses, Cinve estima que, “a pesar del buen crecimiento del corriente año en el orden del 4%, el Copom no modificará la tasa de interés de referencia”. Esto, a raíz del problema que surge en el “desalineamiento” de competitividad de Uruguay con respecto a nuestros principales socios comerciales. El informe declara que “nuevas alzas en la Tasa de Política Monetaria (TPM) ahondarían los desequilibrios de precios relativos con la región y el mundo”. “Los costos del combate inflacionario a través de la apreciación del peso, con Uruguay creciendo por encima de Brasil en 2011 y 2012, evidencian (y la historia así lo indica) que un desalineamiento cambiario con respecto a los vecinos sería perjudicial en el futuro e insostenible en el largo plazo”.

El informe también se atreve a dar una solución ante el escenario actual “de inflación desviada, expectativas de inflación por encima de la meta y credibilidad dañada”: “Si el objetivo es reducir la inflación y hacerla converger a la meta, exhortar a la cautela en los acuerdos salariales, para sincronizarlos con una política monetaria tensionada al máximo, donde la reducción del ritmo de crecimiento de los salarios reales ajustando por productividad podría evitar que se realice ajustes por cantidad, es decir, que aumente el desempleo”.