La experta hizo una presentación en la Cámara Mercantil de Productos del País sobre "la situación actual y etapas previstas” de la fase piloto que se viene desarrollando con el objetivo general de "lograr sistemas de producción sustentables con el buen uso, mantenimiento y recuperación de los suelos".

Este plan piloto fue presentado oficialmente hace un año y la intención del Renare era transitar un año de experiencia, buscando que en 2012 la presentación de los planes de rotación de la tierra por parte de las empresas del sector agrícola fuera obligatoria (ver la diaria del 09/02/11). Sin embargo, más de la mitad de los planes presentados por las empresas desde entonces pertenecen a la "zona tradicionalmente agrícola del país" (Colonia, Soriano y San José), que no presentan mayores dificultades de erosión, mientras que quedaron fuera de la experiencia "las zonas de la nueva frontera agrícola", que sí presentan inconvenientes. Ése fue el motivo por el cual el organismo resolvió extender el plazo de la experiencia piloto un año más.

La conciencia del impacto ambiental que la actividad agrícola genera en los suelos cobró fuerza en 2008, expresado en un decreto de la ley 15.239, de Uso y Conservación de los Suelos y Aguas, que establece el "Uso responsable y sostenible de los suelos". En ese contexto surgió la propuesta conjunta de Renare y el MGAP de solicitar a las empresas agropecuarias la elaboración de un plan de uso y manejo del suelo con la intención de que el proceso sea obligatorio tras una experiencia inicial optativa.

En dicho plan las firmas deben presentar la cartografía de los suelos, la capacidad de uso de éstos, sistemas productivos y estimaciones de las pérdidas por erosión. Para la elaboración de los planes, los técnicos de Renare en conjunto con expertos de la Facultad de Agronomía y del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) asistieron a los empresarios y realizaron actividades de capacitación y difusión.

Plan B

En total se presentaron 30 planes, 13 de los cuales están en el departamento de Soriano, cuatro en Colonia, dos en San José, Rivera, Flores y Paysandú, y uno en Rocha, Río Negro, Tacuarembó, Durazno y Cerro Largo. Los 30 planes totalizan una superficie de 29.103 hectáreas, de las que 22.333 son superficie agrícola. Además, se detalló la tenencia de la tierra: 53% propietarios, 41% arrendatarios y 6% en situación de medianería. El 65% de la superficie agrícola tiene rotaciones agrícolas puras, mientras que 35% cuenta con rotaciones con pasturas. En 98,6% se constató la presencia de gramíneas de verano.

Hill evaluó que la cantidad y la distribución de los planes presentados por las empresas agrícolas no son una muestra representativa de los suelos de nuestro país y, por ende, no es posible trazar líneas de tratamiento y prevención nacionales en cuanto a las dificultades de erosión.

Por otro lado, reclamó mayor fortalecimiento institucional del Renare y, en especial, instó a la “contratación de especialistas, capacitación de los recursos humanos, adquisición de nuevo equipamiento y desarrollo de procedimientos web para la recepción y monitoreo de planes”. No obstante, subrayó que ese fortalecimiento del organismo está previsto en un convenio con el Banco Mundial.

Más allá de que la obligatoriedad a escala nacional no entrará en vigencia al menos hasta el año próximo, cabe destacar que es obligatorio presentar planes de suelos en las zonas de Cuenca de la Laguna del Sauce y en un área protegida de la Laguna de Rocha.

La directora del Renare adelantó que el organismo proyecta expandir el modelo a los proyectos de riesgo y que se está “avanzando en mejorar la cartografía para mejorar las decisiones”.

Por último, Hill informó que en el marco de las recientes modificaciones a la Ley de Inversiones “habrá exoneraciones importantes” a los proyectos que presenten un plan de uso y manejo de suelos.