Desaceleración y enfriamiento son palabras recurrentes en la información económica de China. En abril, durante una conferencia en Montevideo, su embajador en Uruguay, Qu Shengwu, anunció que el gobierno pretendía desacelerar el ritmo de producción manufacturera para mejorar su calidad y variedad (ver la diaria del 27/04/12, pág. 6). Dos meses después de este anuncio y ante una coyuntura económica internacional de absoluta inestabilidad, cabe preguntarse si la situación actual de China surge del plan impulsado por el gobierno u obedece principalmente a los factores externos. ¿Cuánto le ayuda y/o perjudica esa evolución?
La crisis económica mundial, que eclosionó en Estados Unidos (EEUU) en 2008, debido a la crisis crediticia e hipotecaria, afectó mayormente a los países desarrollados. Lejos de ser un recuerdo, las dificultades se acrecientan y, al parecer, la recesión llegó para quedarse. Quienes saben de este asunto son los países europeos, cuya problemática se agudizó: la crisis global de la economía capitalista tiene como epicentro los países desarrollados, pero tiende a extenderse al resto porque si no hay demanda desde ellos, las economías de los demás países se estancan. Ése es el caso de China, a quien le toca aprender la lección del modo más difícil.
EEUU comenzó su recesión en setiembre de 2008, pero en la eurozona la contracción más dura se consolidó en el segundo semestre de 2011. Según el portal eumed.net, durante esos años el Producto Interno Bruto (PIB) de China creció a tasas anuales de 9,6%, 9,2%, 10,3% y 9,7%. El gigante asiático abrió más su economía al resto del mundo, conquistó más mercados y siguió (sigue) ganando relevancia en el mercado internacional, tanto que, según el portal, si supera su problema de inflación, es muy probable que en 2025 su economía deje atrás a la de EEUU.
El 2011 mostraba signos de dificultades pero todavía eran sorteables en una economía prolífica, con tasas de crecimiento en cifras de dos dígitos, de balanzas comerciales absolutamente favorables y de países deseosos de entablar relaciones comerciales bilaterales. Eso cambió en 2012 por factores externos y por el impulso del gobierno a la desaceleración. Según el primer ministro, Wen Jiabao, el rápido y sostenido crecimiento de la economía china fue desequilibrado, descoordinado e insostenible. En ese contexto, el orden se vuelve indispensable. Según el portal Chinatoday, durante la Conferencia Central del Trabajo Económico, organizada por el Partido Comunista de China y el Consejo de Estado de la República Popular, y realizada en un contexto de inestabilidad económica, se estableció la meta de “avanzar sobre la base de la estabilidad”.
¿Cuál era la situación real de la economía china en 2011? La disminución de la demanda externa generó que el crecimiento de las exportaciones se desacelerara en agosto. Con una tasa de exportaciones comprometida, los analistas pusieron el ojo sobre la demanda interna. Otra vez aparecían signos de desaceleración. Con las cartas sobre la mesa y previendo lo que podía suceder, en la mencionada conferencia se estableció como prioridad apuntar a la ampliación de la demanda interna buscando la “mejora de la vida de la población, la aceleración del desarrollo del sector de servicios y la elevación de la proporción de trabajadores de medianos ingresos”.
No hinchen tanto
La inflación es una de las principales problemáticas que atraviesa el gigante asiático desde julio, cuando superó el 6,5%. Las altas tasas durante ese año generaron que la palabra “precio” se tornara sensible para los habitantes del país. La inflación se registró en la alimentación: las personas que destinan el mayor porcentaje de sus ingresos a ese rubro fueron las más desfavorecidas. Debido a las problemáticas sociales que esto genera, el gobierno redujo la inflación a 4,1% mediante un ajuste monetario. Según BBC Mundo, la conjunción de los bajos salarios percibidos por los trabajadores y los altos costos de los bienes de consumo genera una disminución del consumo interno. Para solucionarlo, el gobierno planea aumentar los salarios más desfavorecidos. Según consignó AFP, en 2011, el crecimiento de la economía china fue disminuyendo de 9,7% en el primer trimestre a 8,9% en el cuarto. La tasa de crecimiento estimada para este año alcanza a 7,5%. Este porcentaje no sólo es el menor índice en ocho años sino que implica la disminución de tres puntos porcentuales con respecto a 2010, cuando se ubicó en 10,4%, y de dos contra 2011, cuando marcó 9,2%.
¿Qué sucedió en los primeros meses de 2012? La industria china registró en marzo una expansión productiva de 9,3% luego de varios meses de tasas de dos dígitos. Sin embargo, en mayo, la economía en su conjunto dejó de crecer, y en lo que va del año, ése fue el mes vedette del estancamiento. Según el portal eleconomista.com.mx, el Índice de Gerentes de Compras de China, que registra las actividades del sector manufacturero, sufrió una caída de 50,4%, siendo la primera luego de cinco meses de incremento. Desde la Federación de Logística y Adquisición de China se manifestó que el dato indica “cierta desaceleración”. Según el analista Andy Xie, consultor de negocios en Shanghái, varias empresas cerraron debido a que el nivel de demanda recibida era insuficiente. ¿Es un resultado buscado desde arriba o se trata de una consecuencia de la crisis? En este caso, la culpa se la llevan los países del viejo continente, que no muestran signos de recuperación y reactivación económica, y por eso el analista sostiene: “Los chinos, como otros asiáticos, sólo pueden perder las esperanzas”, según dijo a BBC Mundo. “Los nuevos pedidos se están retrasando o bien desaparecen y los inventarios están incrementándose”, se puede leer en aquel portal.
Otro texto
Para muestra basta un botón, reza el dicho. La industria textil, por ejemplo, registró un crecimiento más lento en el primer trimestre de 2012 debido a la escasa demanda exterior. Por tanto, siendo un sector de gran importancia para el volumen de exportaciones del país, la tasa de esta actividad también disminuyó. Según el portal finanzasmania.com, está previsto que el crecimiento del comercio exterior alcance sólo 10%, en fuerte contraste con el 22,5% verificado en 2011. China es conocida como “el taller del mundo”, por lo que la reducción de su producción en muchos subsectores industriales repercute en la economía de varios países en los que adquiere materia prima. Según AFP, la evolución de las exportaciones es bastante preocupante, ya que los intercambios con la Unión Europea en el primer trimestre crecieron solamente 2,6%. Wen reconoció que los factores externos asociados a la crisis internacional no son la única causa de la disminución de exportaciones, y que la aplicación de medidas proteccionistas también influye.
El consumo interno también se desaceleró. En mayo, las ventas minoristas experimentaron una desaceleración en el crecimiento de 14,1%, el nivel más bajo en 14 meses, y se encuentran por debajo de las expectativas del mercado.
El vicerrector de la Academia de Investigación Macroeconómica de la Comisión Estatal de Desarrollo y Reforma, Wang Yiming, sostiene que el vertiginoso crecimiento y la excesiva demanda generaron la inflación. Por eso, para controlar la suba de precios, recomienda buscar un ritmo de expansión económica razonable, y equilibrar oferta y demanda. Entre enero y marzo, el PIB creció 8,1% respecto de igual período de 2011, el segundo resultado más bajo desde el segundo trimestre de 2009, de plena crisis en EEUU, cuando el crecimiento chino fue de 7,9%. Con expectativas desalentadoras, posibilidades ciertas de recesión y estancamiento, el futuro de la segunda economía del mundo parece ensombrecerse.