El plan consta de una beca, por la que los chicos de entre 16 y 20 años ingresan a trabajar por un año a determinadas empresas del ámbito público, debiendo permanecer afiliados al sistema educativo. Esta iniciativa pretende principalmente que no abandonen los estudios por necesidad de trabajar. Según mencionó el presidente de ANCAP, Raúl Sendic, quien participó en la actividad, el objetivo del programa fue buscar una herramienta para que los chicos permanezcan estudiando. Cada mes, deberán presentar una constancia de estudio, porque “éste no es un programa de trabajo, es un programa de estudio”, indicó. Además, hizo énfasis en que Uruguay se prepara para ubicarse en el mundo como “un país de primera en innovación, producción, economía e investigación científica, y allí se necesita gente capacitada con todo el conocimiento
necesario”.

Recetas educativas

Según los últimos datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística, en 2011 35,4% de los jóvenes de entre 12 y 29 años abandonó el sistema educativo; de ese total 45% dijo haber desertado por falta de interés.

Jessica, una de las ganadoras del sorteo para participar en el programa, mencionó a la diaria que el grado de abandono puede estar relacionado con la enseñanza que le da la propia familia al joven. “La mayoría deja el liceo porque no le gusta estudiar; los padres los obligan y van al liceo por obligación. Hay otras familias que no les insisten, los hijos quieren dejar el estudio y dejan”, compartió la estudiante del Liceo Bauzá.

Otra joven, alumna de Administración de Empresas, expresó que existe una falta de conciencia acerca de la importancia del estudio y destacó que “muchos jóvenes abandonan porque piensan que es aburrido pero después, a la larga, terminás dándote cuenta de que es muy importante porque cuando tenés que buscar un trabajo siempre piden personas con estudio”.

Natalia, de 20 años, destacó que se requieren otros planes que incentiven un poco más a los jóvenes al estudio. Por su parte, Estefanía expresó que la extensión horaria de los liceos debería ser más flexible y en algunos casos menor, de manera de permitir trabajar a quien lo necesite.

Sí, quiero

En total, 46.000 fueron las personas que se postularon inicialmente para participar en el programa Yo estudio y trabajo. De acuerdo a esta cifra, el ministro de Desarrollo Social, Daniel Olesker, afirmó en la ceremonia de bienvenida que este proyecto muestra que entre los jóvenes prima la voluntad de trabajar. También indicó que es una “fuerte demostración de que hay una población que tiene una afectación y que está esperando una oportunidad. Éste es un derecho que los jóvenes tienen y que el Estado tiene la obligación, bajo diferentes modalidades, de otorgar”.

En este sentido, una estudiante del liceo Nº 63 expresó que cada vez más los adolescentes buscan independizarse y que, en algunos casos, “como todo no se puede dejan el estudio para poder trabajar”.

Leandro estudia en la UTU de Buceo y dijo a la diaria: “Si uno quiere apuntar a un trabajo de futuro con mayor remuneración y responsabilidad necesita estudiar”. Luego agregó que muchos jóvenes dejan la educación porque “a nadie le gusta estudiar, yo estudio porque sé que es una necesidad, si no no lo haría”, reconoció.

En tanto, Sendic, para el descontento de algunos, dijo en su discurso que se adentrarían a una nueva etapa de sus vidas que no debe terminar nunca. “Estudio y trabajo tienen que ser actividades de toda la vida, a cualquier edad, porque el trabajo mismo nos exige permanentemente estudiar, todos los días”. Además, exhortó a los becarios a presentar ideas en su lugar de trabajo porque cree que su visión fresca va a favorecer a las empresas.

En el panel inicial también participaron la presidenta de Antel, Carolina Cosse, y el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Eduardo Brenta, quien afirmó que los jóvenes no deben desafiliarse del sistema educativo para trabajar, porque de ese modo sólo van a acceder a trabajos de baja calidad. Por su parte, Cosse expresó su alegría de que las empresas públicas sean una fuente de trabajo para la población más joven.

De forma más desarticulada se sumaron a la ceremonia el ingeniero Enrique Baliño y el capitán de la selección uruguaya de fútbol Diego Lugano. Este último alentó a los muchachos a que sigan estudiando y aprovechen al máximo esta nueva oportunidad, y afirmó que “no hay resultado sin esfuerzo”.

Luego de una ronda de preguntas a Lugano, Baliño brindó una charla a los estudiantes para prepararlos para lo que podrán enfrentar en los próximos días en el campo laboral. Para ello se basó en su libro No más pálidas.

Varios jóvenes ven el programa como una posibilidad de adquirir experiencia laboral para futuros empleos. Asimismo, ante la necesidad de conseguir un empleo encontraron en este plan una forma de continuar estudiando y poder trabajar con horarios flexibles, percibiendo todos los derechos y beneficios a los que un trabajador debe tener acceso.