Sobre la “Realidad económica y social del mundo de hoy y sus perspectivas” versó la disertación del ex ministro de Relaciones Exteriores en un evento organizado por la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas, en el que aseveró que “la codicia” es el “motor total” del nuevo capitalismo. Desde 1950, con la industria como dinamizador del proceso de crecimiento, se desarrolló la idea del “capitalismo solidario”, que funcionó como “una economía de mercado, abierta al diálogo entre distintos sectores de la sociedad”, en la que la conjunción de “capital” y “trabajo” tenía por objetivo las “conquistas sociales”. En la actualidad, “el solo estímulo de la codicia” garantiza que, paradójicamente, “a largo plazo, lo social se va a arreglar”, reflexionó.

El catalizador de dichos cambios en el escenario mundial fue la aparición del capital financiero. “¿Tiene sentido que en el mundo de hoy el valor de las transacciones financieras sea 40 veces el valor de la producción de bienes y servicios?”, interrogó el expositor. Si bien existe cierto reconocimiento del desempeño de las finanzas, sobre todo en “la industria bancaria en las últimas décadas”, Iglesias tiene “la impresión de que el mundo financiero es demasiado grande”. El “poder inmenso” que adquirió ese sector lo hace, por eso mismo, “incapaz de controlar” su propia influencia, al punto de que “se impone a las dimensiones políticas”, afirmó el ex presidente del Banco Interamericano de Desarrollo. También se verificarán cambios en la “gobernanza mundial” con el surgimiento de “cuotas de participación” para los “nuevos países emergentes”. En 2008, con el auge del G20, “había pura inspiración: se iba a controlar, a regular, todo eso se ha ido subsumiendo” en el acontecer inmediato, lo que dejó “débil” a la gobernanza mundial.

Parientes lejanos

La crisis de la Unión Europea (UE), con un sistema financiero que “está condenado a languidecer por largo tiempo”, requerirá resolver los problemas de “liquidez” y “profundizar las reformas fiscales”, mientras que “la salida de la zona euro de los países miembros del bloque está arriba de la mesa”. Los países del bloque tienen “60% de mercado interno”, y, en “cierta manera”, la devaluación de la moneda “está sucediendo” de hecho. Después afirmó que existe un enfrentamiento “ideológico” entre el Banco Central Europeo y Alemania, simultáneamente a lo cual los otros países de la eurozona deberán “moderar su salario para poder bajar los costos” de sus respectivas economías.

En tanto, en América Latina, donde “hay una evolución espectacular” en materia económica, existen al mismo tiempo “problemas que nos preocupan, como la violencia y el envejecimiento”, apuntó el panelista. Respecto del subcontinente destacó como elementos positivos la consolidación de las democracias, un mejor “manejo de la economía” y la orientación de Estados que “controlen” pero no “sofoquen” al mercado. Como punto de bajo resultado señaló: “50 años después de que se comenzó a soñar con la integración de América Latina, tenemos sólo el 19% del comercio interregional” desarrollado, lo cual “es medio frustrante”, lamentó. Y aunque cabe esperar que la demanda de materias primas, que favorece a América Latina, “va a durar” en el tiempo, la inestabilidad también “nos va a golpear”. De esto se desprende, en definitiva, que la continuidad de la bonanza y el futuro de la zona dependerán “de que el mundo no se vuelva loco” así como de librar “la batalla” regional por conquistar mejoras en “productividad”, “eficiencia” y “educación”.

Tiempos modernos

En ese sentido, abundó el ex ministro, “la batalla entre productividad y empleo no es un problema de tipo coyuntural, que se da con la baja de la actividad. Hay un tema real: 600 millones de jóvenes sin trabajo en el mundo es un desafío de primera magnitud”, alertó. Los jóvenes tienen fundamentalmente “dos miedos”: “a morir” y a “sobrar”, analizó. El miedo a morir está acuciado por “la violencia, que en el mundo de hoy se ensaña con los jóvenes”; por otro lado, “hay un grupo que se está incorporando a la vida y no saben dónde meterse”. La situación, caracterizada por el expositor como “grave”, es similar a lo que sucedió desde 1929 en adelante, lo que “fue un enorme desestabilizador del mundo”, pero ahora ocurre “multiplicado por muchos más” desocupados.

La contradicción implicada en el hecho de que “el mundo gasta más en publicidad que en educación” evidencia una realidad alarmante: “Realmente, estamos con el norte corrido, porque si hay algo que necesita la humanidad de hoy es educación, y de calidad”.

A continuación amplió la descripción: “El consumismo es el motor rector económico del mundo y no tanto los grandes objetivos del crecimiento social”, debido ello a que “la codicia es un elemento que domina” el desarrollo de la economía y la cultura.

A la rueda, rueda

En rueda de prensa Iglesias señaló que, ante la inestabilidad económica, Uruguay debe “tratar de mantener el gasto social”, y apuntó al respecto que, según su experiencia, “en educación, salud y vivienda en América Latina se gasta, pero se gasta mal”. Por otro lado, y dado que los problemas de la UE se “proyectan a todo el mundo”, abogó por “seguir manejando la economía con sensatez”, así como por evitar “los grandes desequilibrios económicos, los desbordes fiscales, los gastos excedentarios y la inflación”. A su vez, aclaró, el país tiene que “hacer las cosas que son altamente necesarias”, como las inversiones en infraestructura, productividad y educación.

En torno a la idea de un alejamiento de Uruguay respecto del Mercosur expresó: “No veo cómo nosotros podemos alejarnos” de donde “nos pusieron la historia y la geografía”. Además, aludiendo a las dificultades que encuentran algunos sectores productivos para seguir accediendo normalmente al mercado argentino de bienes, Iglesias recordó que “el comercio con Argentina continúa” funcionando dado que “el factor de discrepancia corresponde a un segmento” del comercio. En cualquier caso, resaltó, “el diálogo es la única alternativa” para destrabar situaciones.

Con relación a la especulación financiera, manifestó: “Somos un poco tributarios de esa turbulencia: no estamos en el huracán de las corrientes financieras”, que llegan a la pequeña y débil plaza local “a través de la tasa de interés, de las inversiones, del movimiento de capitales”. De ahí la conveniencia de considerar que “los capitales van a deambular en este momento” en busca de “rentabilidad y oportunidades”. “Si el mundo sigue desestabilizado en el norte”, la motivación del lucro será dirigida a “invertir en algo, y aquí”, en la región. “Si se desequilibra todo, a nosotros también nos va a afectar”, vaticinó.