La apertura del expediente penal para investigar a la Fundación Isha Educando para la Paz, cuya titular es Isha Heather Isobel Judd, instalada en el balneario canario Costa Azul -en el predio de lo que supo ser el hotel Lido y que ahora es La I- se hizo a pedido de la fiscal Cristina Falcomer el 9 de mayo. Fue a consecuencia de la denuncia que el 20 de abril radicó en el juzgado de Atlántida, ahora a cargo de Rossana Pose, el abogado argentino Héctor Navarro, integrante de la organización Red de Apoyo a las Víctimas de Sectas (Ravics).

El jueves se iniciaron las indagaciones con la comparecencia de Isha por más de cinco horas ante la magistrada. Posteriormente, Navarro ratificó la denuncia y respondió preguntas de la defensa. El abogado acusa a Isha de reducción a la servidumbre, estafa, ejercicio ilegal de la medicina e inducción al suicidio mediante la manipulación psicológica, ocasionando la pérdida de identidad y el sometimiento, a grados tales de que la persona sea capaz de donar sus bienes materiales y aislarse de los afectos, y utilizar durante el “adoctrinamiento” la expresión “rendirse a Isha” (ver http://ladiaria.com.uy/UBX) .

Navarro también considera que estas acciones son de carácter continuado y se cometen en territorio uruguayo, donde funciona La I, sede principal de la fundación, pero también en Argentina, Chile y México, países en los que tiene oficinas. En la pesquisa también interviene el Departamento de Delitos Complejos de Interpol, a instancias de las autoridades del Ministerio del Interior, que lo derivó luego de que un ex maestro interpusiera recursos en ésa y otras carteras.

El abogado de Isha, Gustavo Bordes, indicó a la diaria que durante la audiencia puso a disposición una “profusa documentación que echa por tierra todas las acusaciones”, por ejemplo una lista de 600 testigos entre seguidores y ex seguidores, “para que la jueza tenga para elegir”. “Hay una campaña mediática sostenida por un abogado y dos o tres ex alumnos que difunden información falsa”, apuntó. Consultado sobre las demandas por difamación e injurias que Isha había evaluado emprender, Bordes precisó que le recomendó a su clienta que desistiera. “En su lugar le sugerí una contracampaña. Varios medios fueron [a La I], con sus cámaras, incluso algunos cayeron de sorpresa y esto dio buenos resultados”, dijo.

Por su parte, Navarro señaló a la diaria que en su declaración profundizó sobre los suicidios ocurridos en La I, el proceso de sometimiento y el concepto predicado por Isha de que “no hay víctimas”. “Una de las facetas que debe repetirse es que no tienen que pensar en lo que quedó fuera del hotel, en el pasado. Todo es aquí y ahora y no hay que preocuparse por el futuro, eso es lo perverso. Es evidente que cualquiera de ellos (seguidores y maestros que están en La I) no declararán en contra porque entienden que estar ahí les ha cambiado la vida para mejor”, opinó.

La Fundación Isha ya recibió una observación del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) por la utilización del número de registro en esa secretaría de Estado para certificar la validez de los diplomas que expedía a los maestros Isha cuando culminaban “satisfactoriamente el programa de Perfeccionamiento de Aprendices de Práctica Docente Isha”. El número corresponde a la inscripción en el Registro del MEC como Fundación, estatus que tiene como beneficio exoneraciones impositivas, pero no supone “reconocimiento, habilitación, autorización o ningún tipo de aval” para su funcionamiento.

En tanto, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social envió inspecciones a La I y al Ashva -establo de Isha ubicado a pocos kilómetros del centro-, donde también suelen alojarse los maestros, pero el expediente todavía está en trámite. En tanto, el ex maestro también apeló a la Dirección General Impositiva, porque parte del dinero que los “alumnos” de Isha le entregaban por concepto de pago de cursos era depositada en una cuenta personal y no en la de la Fundación.

Para el jueves también estaban citados tres colaboradores de Isha, entre ellos, su traductora y asistente personal Ana María Iaracitano, Durga, pero no dio el tiempo y dos de los interrogatorios fueron postergados para octubre y otro para noviembre.