A fines de abril vence el plazo para presentar los Planes de Uso y Manejo de Suelos a la Dirección General de Recursos Naturales Renovables (Renare) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP). Los propietarios de más de 100 hectáreas deberán presentar al menos una alternativa de rotación para los suelos ocupados por producción agrícola. Los planes de uso del suelo deberán contar con el aval de un ingeniero agrónomo registrado en el MGAP.

La directora de Renare, Mariana Hill, el martes, en la Cámara Mercantil de Productos del País, presentó los avances de los Planes de Uso y Manejo del Suelo establecidos en la ley 18.564. Hill explicó a la diaria que desde la Renare “estamos conformes” con la adopción de planes y la adhesión de los profesionales al sistema. La ejecución de la ley, que se aplazó un año con el objetivo de dar difusión a la iniciativa, comienza a ejecutarse con los cultivos de trigo y cebada, y a partir de este momento “ya nadie puede decir que no sabía” de su obligatoriedad. Si bien el diseño del marco de sanciones y multas, de entre 10 UR (unidades reajustables) y 10.000 UR, aún no está finalizado, en octubre de este año se comenzará con la fiscalización. Las inclemencias climáticas serán la única excepción de incumplimiento de los planes que se admitirán. “Un invierno lluvioso” que no permita plantar o “una seca” muy grande por la que el agricultor se “quede sin pradera” son algunas de las situaciones en las que el ministerio tendrá “flexibilidad”. Aclaró que la dirección que encabeza “no puede salir a decir que no se cumpla la ley”.

Si bien los suelos con erosión severa en Uruguay se localizan en Montevideo, Canelones, San José y Paysandú, hay también zonas de alto “riesgo” en lugares donde “antes no había agricultura y la pérdida de calidad de los suelos es mucho más alta y más rápida”, agregó Hill. El plan de uso “es una rotación que técnicamente se adapta a una unidad geográfica -que es un suelo con una pendiente- y que está bajo una situación climática”, precisó la disertante.

De Ambrois a Forlán

Es común la idea de que estamos “aumentando” la frontera agrícola, “aunque en realidad recién ahora estamos recuperando la agricultura que teníamos en 1956. Ya pasamos por el millón de hectáreas de agricultura en este país”, afirmó la oradora. Si bien hubo “cierto aprendizaje” durante dicho período y los cambios tecnológicos mejoraron los rendimientos de la producción en el presente, cambió la intensificación. En los últimos diez años las cifras son concluyentes: mientras que aproximadamente 50% de los cultivos de invierno de 2001 se hicieron asociados a praderas, en 2011 sólo 5% se rotó a pastura, es decir, que 95% seguía con agricultura.

Mil y una

Una vez abierto el micrófono al auditorio las dudas se mezclaron con quejas relacionadas con los efectos de la iniciativa sobre la economía y la coyuntura “de los mercados”. Resonaron palabras como “pérdidas” y “perjuicio”. La directora de Renare enfatizó que el “espíritu” de la medida no es “castigar” a quienes “sigan al mercado” y señaló: “Queremos que en el país se haga el máximo de soja posible”, pero para ello no se pueden “comprometer los próximos 50 años” de producción. Aseguró que existe evidencia científica sobre las pérdidas de suelo que ya fueron constatadas por el Comité Técnico compuesto por el MGAP, el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria y la Facultad de Agronomía de la Universidad de la República. La oradora, que al comienzo de la disertación comentó que la Renare intenta quitar la palabra “renovable” de las leyes de presupuesto y rendición de cuentas porque “entendemos que el suelo y el agua no son recursos renovables en los tiempos humanos”, explicó a la diaria que el diseño de las políticas de suelo estuvo “inspirado” en el modelo de Estados Unidos, que fue aprobado por el entonces presidente Ronald Reagan y ejecutado por George Bush padre.

Gastos comunes

Es probable que una vez puesta en marcha la iniciativa los anuncios clasificados de arrendamiento de campos especifiquen cuál es la rotación en que se encuentra el inmueble rural o si se podrá comenzar en el próximo ciclo con agricultura o pastoreo.

A la hora de discutir de quién será la responsabilidad de cumplir con el plan, si arrendatarios o propietarios, el ambiente fue aún más de tensión. “Esto es como una declaración jurada: el que está se hace responsable de lo que está, mientras él está”, pero si hay “un sistema planificado a largo plazo que indica que tiene que haber varios años de pastura para poder hacer una agricultura posterior” el responsable de velar por que se cumpla es el propietario, dado que “el dueño es la única figura permanente” en el predio y, por ende, es quien puede ser alcanzado por las multas, sentenció Hill. Si bien el trabajo del ingeniero agrónomo no estará sujeto a la evaluación del Comité Técnico, lo que dará dinamismo al sistema que además se hará únicamente online, el profesional no estará exento de ser sancionado si se comprueba su responsabilidad en la planificación, similar a lo que sucede con un arquitecto o un médico, ejemplificó la directora de Renare.