-¿Cuál fue la mayor contribución del instituto para el desarrollo del sector audiovisual?

-La propia existencia del instituto, creado por la ley de cine, le dio institucionalidad al sector. Es un paso importante, sobre todo porque nació con vocación amplia y de articulación con todos los actores involucrados. Paralelamente nació el proceso de clusterización, y programas de apoyo a la competitividad en conjunto con el sector privado, que permitieron ir creando confianza. Yo asumo un organismo saludable desde el punto de vista institucional, tanto para adentro como para afuera. De lo que contribuye al sector, su propia sanidad es fundamental. Su expertise técnica, que se consolida con luces y sombras, sobre la que siempre estamos buscando mejorar lo que tenemos. La existencia de una mesa estratégica es un ejemplo de esa construcción. Acá [en referencia a la sede del ICAU] tenemos la oficina de Locaciones Montevideanas, la Uruguay Film Commission, la Cámara del Audiovisual, el Fondo de Incentivo, y tuvimos el programa Doc TV cuando existió. Siempre con una mirada de articulación e integración; si ves nuestro fondo de fomento está compuesto por los fondos de la ley, más fondos del Banco República [BROU], de ANCAP, del Ministerio de Industria, Energía y Minería [MIEM]. El ICAU le dio al sector una pata institucional importante para su desarrollo, que está pronta para los nuevos desafíos. Acompañó un proceso que hoy permite que demos otros saltos.

-Siempre se dijo que era difícil vivir del trabajo en el sector, ¿cambió esa realidad desde la creación del ICAU?

-Sí, es un sector que se ha profesionalizado y en el que se puede trabajar, pero cada vez hay que estar mejor y más capacitado. Hay que aportar conocimiento y expertise, el audiovisual tiene un cruce muy importante con lo tecnológico y estar aggiornado con la demanda es un desafío grande de la formación. No es un trabajo burocrático en el que vayas a repetir lo que sabés, es un sector en el que le agregás valor, y para agregarle valor tenés que estar todo el tiempo actualizándote.

-¿Qué valoración hace de las ofertas de formación que hay en el país?

-Una de las líneas en las que queremos y ya empezamos a trabajar es la formación. Estamos sistematizando la demanda y la oferta para poder decir: tenemos esta oferta. Lo hacemos junto con el sector privado y es bueno. Queremos saber cuál es la demanda para poder analizar en conjunto con los sectores privado y público, y las instituciones de formación para tener un plan de formación. Con quien sí hemos avanzado fue con la UTU, porque éste es un sector que tiene mucho de tecnológico y técnico, y hay carreras o cursos terciarios en la UTU en las que quizás alcance con un pequeño refuerzo o reformulación, un módulo o dos que fueran electricidad o maquillaje, cursos tradicionales a los que se les puede dar un ingrediente audiovisual. Por otro lado, estamos trabajando con ellos por la acreditación de saberes; el audiovisual es un sector en el que hay mucha gente que sabe un montón de cosas y no está acreditada en ningún lado. Eso es dignificar a quien trabaja en el audiovisual. Pensamos que terminar la sistematización e instalar la mesa de formación para poder evaluar nos va a llevar este año, porque hay oferta pero no visualizo que la demanda vaya con ella. No tienen por qué ir exactamente ligadas porque hay formaciones que van más allá del mercado, y tiene que seguir siendo así.

-¿Cómo visualiza el futuro en el marco de los cambios tecnológicos y políticos que se están dando?

-Entre una mezcla de deseo y realidad visualizo un futuro con lo audiovisual centrado en más y buenos contenidos, en la profesionalización, que tiene que saber insertarse en el formato. Hoy estamos en una transición de formatos: televisión, internet, multiplataformas. Ahí es donde tiene que haber una institucionalidad inteligente que permita ir visualizando esas tendencias y preparando el marco desde donde se puede traccionar. Cuando organizamos nuestro plan de fomento debemos contemplar cómo viene la línea de laburo o proyectar dos o tres años y decir: voy a trabajar en transmedia y con quién, por ejemplo. Veo al sector buscando adaptarse porque también la actividad audiovisual tiene creadores a los que les gusta trabajar en lo que hacen, y en el cine siempre pesa mucho la pantalla. Insistimos con el tema de la televisión porque es algo que tenemos que hacer. Si me preguntás si el sector está queriendo trabajar en televisión, no sé si todos quieren. Lo mismo sucede con otro tipo de líneas. Hoy tenemos la limitación presupuestal de nuestro fondo, que es el que tenemos desde 2008, y hemos generado un montón de cosas que tenemos que mantener. Para crecer en algunas cosas necesitás dinero, en otras gestión y visión. Visualizo una actividad audiovisual que en algún punto va a tener que madurar de golpe en algunas cosas.

-¿Cómo se dan esos vínculos entre creadores en televisión y en cine?

-Tenés dos subsectores que vienen de distinto origen. Por un lado, el subsector televisión, que son las productoras de contenidos que trabajan de forma independiente y periódica con los canales. Después tenés el productor de cine propiamente dicho, que puede trabajar contenidos para tele. Hay una diferencia, y hay una visión que gana más. Para mí el telefilm es ideal, y ni este sector ni el otro lo visualizan de esa forma, pero hay otros que sí. Desde el instituto incorporamos la línea de telefilm porque nos parecía ideal; se trata de una película para televisión. Sin embargo, nosotros recibimos todas las campanas y a veces tenemos que decir: insistimos por acá. Hay diferencias de percepción, hay productores que no visualizan eso como una posibilidad o lo visualizan, pero estamos en un Uruguay en el que el sector tiene mucho para crecer. Los cambios que estamos viviendo van a acelerar ese proceso naturalmente, o mejor dicho, artificialmente.

-¿Las mayores dificultades para el desarrollo del sector tienen que ver con recursos financieros?

-Yo creo que no todo es dinero. Sin duda que para hacer cine se necesita dinero, pero se necesitan también ciertas sinergias, que el sector piense como sector de la actividad audiovisual y no sólo con una visión empresarial. Eso no se hace con plata, es un trabajo que ha avanzado en el sector. Algunas críticas que se hacen al proceso en realidad son un halago, porque estamos hablando de esto porque en realidad ya no tenemos que hablar de lo otro. Estamos demasiado enfocados en nuestros proyectos, no por culpa de nadie en particular, sino por el nivel de desarrollo que tenemos. A veces estamos mirando lo que nos está pasando en el día a día, cómo terminar con un proyecto de largo. No puedo levantar tanto la cabeza y mirar más allá porque estoy con un problema. Sin duda, si hubiera más dinero para el sector, más rápido haríamos ese proceso y podríamos mirar también. Contestando la pregunta, creo que no es un tema sólo de dinero, porque hay un montón de cosas que tienen que ver con ir pensando y generando los escenarios, donde se den asociaciones, el trabajo del sector para el sector, de aprender de otros sectores de desarrollo relativo un poco mayor. Crear nuevas herramientas, y ahí sí necesitás dinero. Necesitás visualizarlas y decir: voy a asociarme con esta institución, que nos permite fortalecer esto. Hay que pensar también en cómo gestionarnos. Aspiramos a revisar la ley en algún momento, más sobre fin del período, y en conjunto actualizarla porque creemos que hay muchos cambios. Sería un proceso muy saludable que una ley de 2008 se actualice en 2014. Ahí, sin duda, habría que ver el tema del fondo, es un sector que se merece que se siga invirtiendo en él porque da respuestas. La respuesta que tenemos que dar ahora es en el tema del público: también se necesita plata, pero también empezar a diseñar formas para que podamos comunicar mejor nuestras películas.

-Si tuviera que definir dos o tres rasgos del cine uruguayo, ¿cuáles serían?

-Sinceramente creo que si me preguntás si hay un cine uruguayo, para mí todavía el cine uruguayo es lo que vemos, tenés algún grupo de productores que pueden trabajar una línea pero es una gran diversidad. Estamos en una etapa con algunos rasgos de consolidación, pero sobre todo con rasgos de diversidad y de búsqueda. Hay algunos directores que quizás se encuentran si ves algunos de sus productos, pero tenemos poco para comparar en sí mismo. No cerraría, no me apuraría a cerrar rasgos. Creo que estamos en la parte de abrir y que aparezcan caracteres para estos productos.

-¿Pasa lo mismo con la tele?

-La televisión es tan diversa que tendríamos que delimitar bien a qué parte nos referimos. Si hablamos de ficción es muy poquita la que se hace. Hubo algunos ejemplos interesantes pero es apresurado; podemos hablar aisladamente, pero cerrar opinión para mí es prematuro.

-¿Cómo impacta en la producción el creciente cierre de salas de cine?

-Siempre que una sala se cierra es una tristeza y un bajón, es una pantalla que se cierra. No obstante, hay que pensar en cómo podemos abrir pantallas, y no me refiero sólo al cine sino a otras distintas. Ahora estamos con un proyecto del Mercosur con Red de Salas Digitales, en el que tratamos de fortalecer pantallas. Si bien es un proyecto del Mercosur, para Uruguay es importante formar parte de la gestión de esa red. Me importa mucho cómo fortalecer la distribución para llegar a esas pantallas, creo que las pantallas se abren y se sustentan si están dadas las condiciones. El tema es la sustentabilidad. Hoy deberíamos jugar con muchas posibilidades, no tenemos sólo las salas y la televisión, tenemos internet, hay que ver cuál es el modelo sustentable y cómo pueden convivir las distintas pantallas.

-El ICAU apostó fuertemente a la modalidad de llamados abiertos. ¿Por qué esa opción y cómo ha impactado en los creadores?

-El procedimiento que nosotros damos para otorgar los fondos legitima el resultado porque no formamos parte de casi ninguno de los comités de evaluadores. Los comités de evaluadores de producción son compuestos por gente idónea, no creemos que haya un cine a la medida del instituto. Hoy nos convocan de instituciones por esa expertise técnica de garantizar el proceso para que una película pueda tener las mismas condiciones de evaluación que otras. Lo que hacemos es tratar de decir: son fondos públicos, garanticemos que quienes se presentan tengan los mismos derechos, formalizar un poco y ayudar también a profesionalizar el sector con respecto a cómo gestionar una parte del proceso. Que sea concursable nos parece lo más transparente, y no tenemos prurito en decir que otras convocatorias no son concursables. Hay modalidades que no eran concursables y las hicimos concursables porque vimos que no se estaba cumpliendo con el objetivo, y nosotros nos planteamos un objetivo en cada línea. Para lograrlo a veces el método que usás no es el correcto. Para muestras y festivales era asignación directa porque habían unos festivales, después vimos que empezaron a surgir otros y decidimos hacerlo concursable. No vemos otra forma, entendemos que hasta el mejor y el más exitoso, y el que no lo es tanto y nadie lo conoce, deberían tener las mismas posibilidades para acceder a fondos públicos. Que compitan en la cancha.

-¿Cuáles son los aliados estratégicos del instituto?

-Dentro del sector privado tenemos vínculo tanto con la Cámara del Audiovisual como con la Asociación de Productores y Realizadores de Cine del Uruguay (Asoprod). Con Asoprod el proceso es histórico, mientras que la cámara surge del proceso de clusterización, donde están representados los subsectores del audiovisual. La Film Commission & Promotion, que es una herramienta que se creó en ese clúster, también es socio estratégico donde trabajamos el tema de posicionamiento. La Intendencia de Montevideo por intermedio de Locaciones Montevideanas y Tevé Ciudad, TNU, todo lo que tiene que ver con la unidad ejecutora y el mismo ministerio [de Educación y Cultura], trabajamos cada vez más articulando las distintas instancias del ministerio que confluyen en temas comunes. El audiovisual es muy transversal. Hay otros actores con los que estamos trabajando tímidamente pero queremos trabajar más, como Antel, que nos parece importante en lo que tiene que ver con contenidos.

-¿Cómo cambiará esa nueva unidad ejecutora la dinámica del ICAU?

-Nos va a fortalecer. A priori tenemos un vínculo con TNU, que al igual que Tevé Ciudad aporta al Fondo de Fomento y tenemos una línea en común. TNU es de alcance nacional igual que el instituto, creo que hay un montón de sinergias existentes y a descubrir y poner en común. Ahora estamos en la parte de la reglamentación y cuanto más nos acercamos y nos juntamos veo más la potencialidad de esa unidad ejecutora. Hay expertise técnica que tenemos y que TNU también tiene: el tema del posicionamiento internacional, a nivel de proceso de gestión, lo jurídico, hay distintas áreas para compartir y potenciar. Por ejemplo, en esta casa hay varias instituciones y resolvemos muchas cosas en el corredor, porque surgen, avanzás rápido. Con la unidad ejecutora cada uno va a mantener sus presupuestos y competencias, no va a haber superposición ni aglomeración, la idea es que sea una unidad de coordinación y encontrar esas sinergias.

-¿Cuánto influye en el desarrollo del sector la histórica ausencia y debilidad de políticas públicas específicas?

-Esta unidad ejecutora es parte de responder a esa ausencia. El ICAU vino a hablar distinto de esa ausencia porque empezó a articular con los demás mecanismos, hicimos un calendario de los fondos con las otras instituciones. Ese diseño pretende fortalecer la institucionalidad pública pero no sólo para lo público, también para el servicio del sector. Esto es un paso más en ese camino.