Ayer de tarde, acompañado por representantes del Instituto Nacional de Investigación Agropectuaria (INIA) y el decano de la Facultad de Agronomía, Fernando García, el jerarca del MGAP habló de los desafíos que plantea la “ganadería del futuro”. Si bien dijo que la cifra exacta no es lo que importa -se estima que nacerán entre 2,8 y 3,1 millones de novillos-, Aguerre destacó que es un récord en la historia del país. Mencionó que el aumento de la producción, la generación de puestos de trabajo y hasta la felicidad colectiva empiezan “conquistando mercados”, y agregó que la situación de Uruguay hoy es privilegiada. Opinó que la situación de privilegio no se produce por azar, “sino por una política de Estado que lleva años”, que apostó a fortalecer la sanidad de la producción ganadera, un sistema de certificación complementado con el esfuerzo de técnicos y de los productores, y que permitió contar con “el privilegio de la trazabilidad”.
Aguerre adelantó datos del INIA que indican que, además del cambio favorable en los mercados mundiales, las relaciones de precios se han modificado positivamente. El “Informe de la competitividad vacuna en el Uruguay” destaca que si se comparan los precios promedio del período 2005-2010 con los de 2011-2012, el kilo de ternero pasó de 1,28 dólares a 1,49 dólares, y la relación de precios entre el ternero y la vaca gorda es de 1,49, lo que, según Aguerre, “jamás se dio en la historia”. “En este momento, un kilo de ternero vale 50% más que el de la vaca gorda”, dijo el ministro, quien indicó además que esta nueva relación de precios influirá en las decisiones del productor. Si bien dijo que las buenas lluvias y el buen clima generaron “pasturas como nunca tuvimos”, las señales que dan los precios llevan al productor a adoptar decisiones de crecimiento.
En este aspecto, Aguerre se preguntó si el nacimiento de esos tres millones de terneros es una amenaza o una oportunidad para el país. Recordó que históricamente Uruguay tuvo entre diez y 12 millones de vacunos. “Los precios subían o bajaban en función del ciclo ganadero”, agregó. Mencionó que luego de acceder a los mercados no aftósicos, en 2000 “nos cayó la aftosa y de ahí en más hemos tenido un stock que está entre 11 y 11,5 millones de vacunos”.
La sustentabilidad de ese número de pariciones dependerá, dijo Aguerre, de la capacidad nutricional del sistema de producción. “Estamos convencidos de que estrategias tecnológicas existen, están probadas y validadas y han sido aplicadas por un porcentaje no menor de los productores”, dijo, y aclaró que éstas estaban disponibles antes “pero simplemente no era rentable aplicarlas”. El ministro destacó el cambio de la relación entre el precio del kilo de carne y de la tierra. Según Aguerre, “no es lo mismo producir 60 o 70 kilos de carne por hectárea cuando la hectárea valía 300 dólares, que producirla cuando vale 3.000, 4.000 o 5.000 dólares la hectárea”. En este sentido, mencionó que “no aplicar la tecnología que está disponible” condena a los productores a quedar “fuera de la carrera”.
Por último, Aguerre aseguró que “no hay ninguna actividad en la economía que mueva la aguja” como la ganadería, y destacó que el aumento de los nacimientos llevará a más faena, “lo que puede llevar a aumentar 60% las exportaciones” pues ingresarán, dijo, divisas por 1.000 o 1.200 millones de dólares. Según el ministro, la cadena cárnica multiplica por 3,72 cada unidad monetaria producida, lo que implica que el sector puede aumentar en 5.000 millones de dólares del Producto Interno Bruto, y llevar el ingreso per cápita de 15.000 dólares que tenemos hoy a 17.500 dólares. “Uruguay tiene que seguir jugando en la cancha de la calidad, la diferenciación del valor agregado ambiental” aseguró Aguerre, que agregó que existen instrumentos a disposición de pequeños y medianos productores para que “no pierdan la oportunidad de participar de este futuro promisorio”.