“Durante la noche las chicas tienen que seducirlos para conseguir dólares”, se lee en el afiche del Café del Bosque, un boliche de Nueva Helvecia, Colonia, que invitó a esta fiesta el 27 de julio. En su perfil de Facebook algunos comentarios se sumaron al repudio de la convocatoria. “¿Incitación a la prostitución?”; “Un poco sexista”; “Patético. Me indigna leer esto. Incentivar a que las mujeres seduzcan hombres para conseguirse un trago gratis. ¿Qué cuerno quieren transmitir?”, se lee como comentarios debajo del afiche donde se ve a una mujer (Britney Spears, en este caso) rodeada de billetes made in USA.

Pero este tipo de fiestas no tiene origen en Uruguay. Se conoce de ellas del otro lado del charco y han suscitado diversos comentarios en las redes sociales y medios locales. También se han realizado en otros bailes en departamentos como Canelones, Tacuarembó y otras localidades de Colonia. La particularidad es que en todos los casos se convoca mediante afiches en los que se ven mujeres y algunos deslizan frases como: “¿Qué serías capaz de hacer por un billete?”.

¿Y esto?

“La primera impresión que me da es que se trata de un negocio que responde a las reglas machistas y que refuerza el estereotipo de mujer-objeto, por el cual para conseguir algo tiene que ‘cosificarse’, ‘usar su cuerpo como moneda de cambio’, y el lugar de control y poder es del varón (ellos tienen el dinero). Me parece terrible”, opinó al respecto Andrea Tuana, de la Red Uruguaya contra la Violencia Doméstica y Sexual. “Si bien no conozco las características particulares de esa fiesta, ni las intenciones y expectativas singulares de quienes las organizan y concurren, me parece que así planteada no representa más que el reciclaje de estrategias patriarcales y misóginas desde las que seguir construyendo discursos sobre las mujeres y lo femenino en torno a la dominación”, dijo a la diaria el psicólogo, sexólogo y especialista en género Ruben Campero. Ambos expertos coinciden en que la propuesta, lejos de ser creativa o atrevida, es tradicional y conservadora, y reproduce las lógicas típicas del patriarcado. “Mujer objeto; hombre habilitado a comprar”, aportó Tuana.

También

El viernes 9, Brecha publicó que Cotidiano Mujer había intervenido la imagen del afiche de la fiesta en Café del Bosque tachándolo con una cruz en rojo, dando cuenta de que en su muro de Facebook también hubo comentarios sobre la imagen. “‘¿No hay mecanismos oficiales de denuncia en Uruguay?’ Y también reflexiones: ‘Es totalmente desagradable. Que permitan que se hagan esas cosas demuestra que la misoginia tiene mucha fuerza en nuestra sociedad’”.

“El viejo discurso de ‘superar’ el conservadurismo y ‘progresar’, en el sentido de ‘liberar’ a las personas de aquella ‘represión’ de antaño, ha sido utilizado para naturalizar y justificar la condición de objeto con valor de intercambio sexo-comercial, en todos aquellos sujetos que caen dentro de la categoría mujer y/o femenino, para así poder consumirlos como cuerpos, y dejando a los hombres hegemónicos (masculinos, heterosexuales, patriarcales, etcétera) en el lugar de meros consumidores compulsivamente adictos a cuerpos a ‘conquistar’ o ‘comprar’”, dijo Campero. “El conservadurismo no se ‘supera’ prostituyendo mujeres de forma material o simbólica, ni difundiendo la idea de que las mujeres y lo femenino se cotizan cuantificada y sexualmente en función del dinero que ‘valen’, por lo que podrán ser compradas o intercambiadas por dinero (nada distinto a lo que implica comprar una mujer dando un camello a cambio, como ocurre en sectores musulmanes)”, sostuvo.

“El ‘destape’ ha venido a justificar la posición de un ‘otro’ (devaluado) y de valor simbólico y material de intercambio, para las personas que ocupan posiciones de género femeninas (mujeres biológicas, mujeres trans, hombres afeminados, etcétera). En este caso, la diferencia sexual hombre-mujer se toma como una evidencia biológica (que a su vez construye una estrategia comercial del ‘damas gratis’ para que vengan hombres a los boliches a consumir mujeres), simplemente para justificar una de las tantas formas de sometimiento. Es bueno que las empresas de diversión innoven respecto de las propuestas temáticas de las fiestas que organizan, pero hay temas que son un poco más inocuos políticamente que otros, ya que hay temas que no hacen más que reafirmar la dominación que implica unir las ideas de sexo, mujer, cuerpo y dinero”, concluyó Campero.