La iniciativa, que se incorpora a las medidas que se encuentran agrupadas bajo el título “Disposiciones bromatológicas”, parte legislativa del volumen “Higiene y Asistencia Social” del Digesto Departamental, y que ahora se llamará “Alimentos que contienen organismos genéticamente modificados”, obliga a la identificación de los alimentos que contengan Organismos Genéticamente Modificados con el objetivo de que las personas puedan conocer y elegir si quieren consumir o no este tipo de productos.

Slow Food de Canelones, el colectivo que incentivó la propuesta junto a otras organizaciones de la sociedad civil entre las que se encuentra CEUTA y Redes-Amigos de la Tierra, quienes redactaron un proyecto que presentaron a los legisladores en el Parlamento el año pasado (ver www.ladiaria.com.uy/articulo/2013/6/etiqueta-negra/), celebró la nueva disposición y valoró “este logro” como “un gran avance en la construcción de herramientas que den claridad y transparencia a la información sobre los alimentos que consumimos todos los uruguayos”.

El mismo colectivo destacó el compromiso del responsable de la División Salud de la Intendencia de Montevideo Pablo Anzalone, quien había manifestado su adhesión a la propuesta cuando ésta comenzaba a tomar estado público. Consultado por la diaria en junio del año pasado -en momentos en que la propuesta de las organizaciones se consolidaba-, dijo: “Teníamos hace tiempo la preocupación de elaborar un proyecto por el estilo. Lo importante es conocer el tipo de componentes de los alimentos, no por el riesgo que puedan ocasionar, sino porque es un tema de relevancia por la transparencia de la información que se le brinda al consumidor”. La redacción del proyecto de etiquetado fue llevada adelante por un equipo interdisciplinario integrado por: la doctora Mabel Burguer, la máster en Ciencias Políticas y Ambientales Liliana Terradas, la doctora Susana Cardoso, la licenciada en Nutrición Adriana Cauci, la licenciada en Nutrición Paula Rama, la chef Laura Rosano, la máster Natalia Bajsa, el doctor químico farmacéutico Claudio Martínez Debat y el licenciado en Bioquímica Pablo Galeano.

Consultada por la diaria, Rosano contó que aún resta trabajar en la definición de la forma del etiquetado y que lo sugerido es incluir una letra T en negro en los rótulos, como se usa en los productos de origen brasileño. Además, destacó que en marzo volverán a reunirse con la Comisión de Salud del Parlamento, donde fue presentado el proyecto inicial que tiene un contenido “más abarcativo”, ya que incluye no sólo el etiquetado de alimentos, sino también el de semillas y raciones para animales. “Ya sabemos que la Intendencia de Canelones había mostrado interés en reglamentar en su departamento el tema de los alimentos de origen transgénico”, dijo Rosano.

Lo nuevo

Si bien queda establecer la reglamentación del decreto para definir plazos y formas de implementación del etiquetado, que fue aprobado el 12 de diciembre de 2013, la iniciativa establece algunas definiciones que dejan claro qué se entiende por los conceptos utilizados. Así sucede con la ingeniería genética. “Es un proceso que implica la aplicación de técnicas de manipulación de ácidos nucleicos in vitro, incluido el ácido desoxirribonucleico (ADN) recombinante y la inyección directa de ácidos nucleicos en células y organelos; la fusión de células provenientes de diferentes familias taxonómicas. Por “manipulados genéticamente” se entiende el concepto aplicado a un alimento que, siendo destinado al consumo humano, es o bien un organismo producido a través del uso intencional de la ingeniería genética, o bien la reproducción sexual y/o asexual de uno o más organismos que son el producto de la ingeniería genética.

Además, se aclara que los “ingredientes manipulados mediante ingeniería genética” son los productos de los ingredientes de un alimento, que derivan de cualquier parte de un organismo que ha sido manipulado genéticamente, sin tener en cuenta si las características alteradas del organismo se detectan en el producto, y el organismo es considerado “alimento humano”.

También tendrán que ser etiquetados con un rótulo que indica: “Este producto contiene organismos modificados genéticamente” los alimentos que contienen uno o más ingredientes provenientes de éstos que superen el 1% del total de componentes, teniendo este valor como límite reconocido.

El decreto municipal establece que quedan exentas de tener que mostrar la rotulación las comidas que se sirvan en restaurantes y que no requieran empaquetado, y los alimentos que incluyen únicamente el uso de un auxiliar tecnológico modificado genéticamente, como levaduras o enzimas. Este tipo de rotulación es usada en la Unión Europea y son los Estados miembros quienes se encargan de inspeccionar y controlar el etiquetado de los productos, así como también de los análisis cuantitativos y cualitativos.