Si bien puede decirse que todo comenzó bastante antes, los hechos denunciados por la familia Gelman tienen su inicio el 24 de agosto de 1976, cuando Marcelo Gelman -hijo de Juan- y su compañera María Claudia García, embarazada de siete meses, fueron secuestrados en Buenos Aires y recluidos en el centro de detención clandestino Automotores Orletti. Poco después de su secuestro, Marcelo fue ejecutado de un tiro en la cabeza -lo que se supo recién en 1989- y María Claudia trasladada a Uruguay, donde esperaron que pariera antes de desaparecerla. Al poco tiempo de nacida, Macarena fue entregada a un oficial de la Policía uruguaya y su esposa. Su madre biológica permanece desaparecida.

La lucha de Juan comenzó cuando no había certezas sobre el tema y la información era nula. Las principales trancas las encontró en Uruguay, y eso lo llevó a que en 2000 escribiera una carta pública al entonces presidente de la República, Julio María Sanguinetti, en la que pedía colaboración en la búsqueda de su nieto. La respuesta de Sanguinetti no sólo fue negativa, sino que además dijo no estar al tanto de la desaparición de niños durante la última dictadura. Ese mismo año, y a poco tiempo de que asumiera la presidencia Jorge Batlle, Juan pudo encontrarse con el resultado de su ansiada búsqueda: le era restituida su nieta, quien además optó por llevar los apellidos de sus padres biológicos, algo que finalmente se concretó cinco años después.

Lejos de terminar la lucha, ahora ambos siguieron golpeando puertas para conocer el destino de los restos de María Claudia. Algunos militares suministraron información falsa, lo cual se supo tras realizar algunas excavaciones en predios militares llevadas adelante por el equipo de Antropología Forense. En este sentido, la llegada a la presidencia del Frente Amplio fue clave, y luego de que Batlle también diera su negativa, Tabaré Vázquez definió que el caso Gelman no se encontraba amparado por la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado, lo que permitió que las denuncias penales pudieran ser investigadas. Pero el fiscal del caso, Enrique Moller, pidió al juez que lo archivara, precisamente porque entendía que estaba comprendido por dicha ley. Aunque el juez no hizo caso, el fiscal apeló y el tribunal le dio la razón, por lo que la causa debió ser clausurada.

En 2006, Juan y Macarena denunciaron al Estado uruguayo ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), representados por el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL, por su sigla en inglés). La comisión entendió que había méritos para un juicio y le dio curso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), que en febrero de 2011 condenó al Estado uruguayo a investigar la causa sin importarle la Ley de Caducidad, a la que además consideró contraria al respeto y cumplimiento de los derechos humanos. Además, ordenó indemnizar a Macarena y Juan con 513.000 dólares.

Por su parte, en 2008, Macarena presentó con éxito una denuncia penal para que el caso fuera reabierto, lo que entre otras cosas llevó a que fueran procesados con prisión cinco ex militares y policías que ya estaban en la cárcel por otras causas: José Nino Gavazzo, José Ricardo Arab, Gilberto Vázquez, Jorge Silveira Quesada y Ricardo José Medina. Pese a que en 2011 el Parlamento aprobó la Ley Interpretativa que anulaba a la de Caducidad, la Suprema Corte de Justicia declaró a esa norma inconstitucional a principios de 2013, lo que fue duramente cuestionado por la Corte IDH.

En la misma

Consultada por la diaria, la abogada de CEJIL que sigue la causa, Liliana Tojo, dijo que luego de una audiencia de seguimiento del caso en la Corte IDH en marzo de 2013, la familia sigue a la espera de la información sobre dicho cumplimiento, solicitada al Estado por el organismo en ese entonces. Acerca de la investigación en Uruguay, dijo conocer informalmente que no hay muchos avances, excepto por algunas excavaciones realizadas en el último tiempo.

De acá

Desde el ámbito político se hizo eco de la noticia el Frente Amplio, que en su página web publicó una nota recordando que gracias a su lucha, que “lo enfrentó al entonces presidente Sanguinetti, encontró a su nieta” en 2000. La presidenta de la fuerza política, Mónica Xavier, afirmó en su cuenta de Twitter que Gelman murió “sin saber dónde está Ma. Claudia. Seguiremos buscándola, no pararemos hasta encontrarla”, y varios dirigentes lamentaron su muerte. Desde el Partido Nacional, prácticamente los únicos que se manifestaron fueron los dirigentes jóvenes. El presidente de la juventud nacionalista, Gonzalo Baroni, también recordó en Twitter que no se sabe el paradero de la nuera de Gelman: “Ese silencio lamentable lo pactaron en el Club Naval”, escribió.

Por su parte, Ariela Peralta, ex abogada de la familia y actual integrante de la Institución Nacional de Derechos Humanos (INDDHH), 
dijo a la diaria que recuerda a Gelman como un luchador por los derechos humanos y en contra de la impunidad. Peralta reflexionó que los hechos demuestran que la causa fue “una lucha individual y familiar” y sin demasiados apoyos oficiales. Además, recordó que la búsqueda por momentos fue muy desalentadora para el poeta, pero él nunca la abandonó.

Destacó lo importante de la voz de Gelman para el resto de las causas por delitos de lesa humanidad cometidos por la dictadura, y lo definió como un hombre que luchaba también contra otras discriminaciones e injusticias sociales. “Para mucha gente es el referente de esa cosa incansable, el buscar y buscar para saber que la nieta había nacido, llamadas, comentarios de años y años; fue una lucha cotidiana”, afirmó. Además, señaló que el caso fue mencionado como emblemático por la INDDHH dentro de su plan estratégico, y específicamente en la promoción de políticas de reparación, de memoria, y contra el retraso de la Justicia en este tipo de situaciones.

Mundial

Tras su fallecimiento, el martes, Gelman fue recordado en todo el mundo por artistas, activistas, autoridades, como así también por distintos organismos internacionales literarios y dedicados a la lucha por la protección de los derechos humanos. Por ejemplo, el gobierno argentino, país en el que nació en mayo de 1930, decretó ayer tres días de duelo nacional, y tanto CEJIL como Unesco han emitido comunicados en su memoria. El cuerpo de Gelman fue velado ayer y hoy será cremado en Ciudad de México, y su viuda, Mara Lamadrid, decidirá si los restos quedan definitivamente en México, Argentina o Uruguay.