El principal desafío en investigación y desarrollo para el Partido Nacional (PN) es la creación de “capacidades”, “sin pretender una planificación del desarrollo científico-técnico en base a objetivos definidos por alguna burocracia”. Eso señala el capítulo referido a “Ciencia, tecnología e innovación” de la Agenda de Gobierno del candidato nacionalista Luis Lacalle Pou. En este sentido se la juegan por el logro de “sinergias” entre quienes desarrollan las “tareas fundamentales”, que son la investigación básica -que desarrolla la academia-, el “desarrollo” en institutos técnicos o empresas, y la innovación que se produce “casi siempre” en empresas con capacidad comercial.

La lógica del programa nacionalista es que la “investigación” es la que produce conocimiento, el “desarrollo” genera nuevos productos o procedimientos, y la “innovación” trae nuevos negocios. Estas tres actividades no funcionan con la misma lógica ni con los mismos tiempos, y lo único que tienen en común es que demandan “muchos recursos” y son riesgosas. Por ello, el PN entiende que es necesario lograr un ecosistema de innovación para “crear un ambiente de intercambio” entre la academia y las empresas.

Los nacionalistas recuerdan que existe una “larga historia de esfuerzos por promover la ciencia” en el país y mencionan la creación de La Estanzuela hace un siglo, el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable (IIBCE) en 1927, el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (Latu) y el Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas (Pedeciba) en 1986. La lista se cierra recordando que en 2006 se creó la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), la que el PN entiende que es necesario “fortalecer” y “dar continuidad a sus programas”, evitando “los planteos refundacionales”.

Para los nacionalistas, si bien es cierto que se aumentaron los recursos volcados a investigación, desarrollo e innovación, un nivel de 0,5% del PIB es insuficiente. “Los países desarrollados vuelcan mucho más que eso”, señalan, e indican que esos recursos se han utilizado de una manera “demasiado fragmentada”. El diagnóstico blanco es que la ANII financió “proyectos de muchas disciplinas” y por eso los montos que correspondieron a cada uno fueron pequeños. A pesar de que en el marco general se insistía en que se debe evitar la “planificación del desarrollo científico-técnico en base a objetivos definidos por alguna burocracia”, en este punto afirman que es necesario “no sólo gastar más, sino tener mejores definiciones estratégicas”. Destacan que “el perfil agroexportador del país” es el responsable de que no exista una gran diversidad de empresas intensivas en conocimiento y con capacidad exportadora.

El programa del PN indica que la Comisión Sectorial de Investigación Científica (CSIC) de la Universidad de la República (Udelar) maneja un presupuesto “similar al de ANII” y entiende que se destina a programas internos “de escaso impacto en el sector productivo”. Los nacionalistas destacan que si bien “hay núcleos interesantes en el sector universitario estatal” y mencionan como únicos ejemplos a las facultades de Ingeniería, Química y Agronomía, entienden que existe una burocracia académica que mira con “desconfianza” al sector privado.

Sobre la ANII, la Agenda de Gobierno nacionalista destaca que “los conflictos políticos en torno a la dirección de la ANII han agravado” los problemas, aunque más adelante destacan que en el correr de estos años, “la ANII ha exhibido un bajo grado de politización y ha sido capaz de distribuir recursos de manera razonablemente ecuánime” entre diferentes sectores de actividad, en particular entre la Udelar y las universidades privadas.

Las propuestas nacionalistas van hacia un aumento del gasto en investigación, desarrollo e innovación “dentro de límites compatibles con el equilibrio de las cuentas públicas”, pero profundizando el uso de instrumentos competitivos para su distribución entre actores. Insisten en “romper la inercia” que significa dar apoyos “escasos” a muchos proyectos pequeños y apostar “más fuerte en algunas direcciones estratégicas que puedan cambiar el perfil productivo del país”. Coinciden con los planteos del Frente Amplio (FA) sobre unir el Gabinete Ministerial de la Innovación con el Gabinete Productivo y proponen eliminar la Dirección de Ciencia y Tecnología del Ministerio de Educación y Cultura, asignando sus funciones a la ANII. Entienden que debe redefinirse la integración de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT) e incorporar a los restantes ministerios del Gabinete Productivo a las empresas, las universidades y los centros de investigación (INIA, IIBCE, InstitutoPasteur, Latu).

A las pruebas me remito

El programa del FA destaca que la política pública en Ciencia, Tecnología e Innovación implementada por los gobiernos del FA partió de un diagnóstico y una elaboración consensuada con los principales actores del sector.

Repasa algunas acciones como la creación de la ANII, a la que define como “un organismo político-operativo”, el rediseño del CONICYT como organismo de consulta y control; la creación de nuevas instituciones como el Instituto Pasteur y el Centro Uruguayo de Imagenología Molecular, el impulso de parques tecnológicos y nuevas leyes o reglamentaciones que otorgan exenciones fiscales a inversiones sustentadas en Investigación y Desarrollo (I+D). Se recuerda el desarrollo de los programas de conglomerados que incluían la promoción de I+D+I y que fueron ejecutados desde la Oficina de Planeamiento y Presupuesto y el Ministerio de Industria, Energía y Minería.

Además de profundizar la innovación, ciencia y tecnología como política pública, el programa del FA propone promover la investigación básica y aplicada y el desarrollo de bienes y servicios e innovación a partir de las compras estatales. En el caso de ser necesaria la compra al exterior de productos tecnológicos, el programa destaca la necesidad de asegurarse que exista “una real transferencia tecnológica”, que sea aprovechada por el resto del sistema nacional. Además, el programa del FA entiende que es necesario practicar una política de software y activos informáticos que promueva el ecosistema de software e incentive el desarrollo de software libre.

Ampliar los Fondos Sectoriales es otra de las ideas plasmadas en el programa frenteamplista, que podrían capitalizarse gravando la exportación de bienes y servicios sin valor agregado. Si bien no se especifica el instrumento, se propone proteger “la aplicabilidad del conocimiento” mediante la propiedad intelectual “u otros medios”.