“El Frente Amplio [FA] no tiene mayorías, tiene 15 senadores, de ellos la mayoría son radicales. Si ganara [Tabaré] Vázquez, el destino y la dirección del gobierno estará en manos de esos sectores radicales, y eso es indiscutible, porque ya se sabe quién se va a sentar en cada una de las bancas. El FA podrá tener mayorías, Vázquez no”.

Ese razonamiento, esgrimido ayer por el candidato a vicepresidente del Partido Nacional (PN), Jorge Larrañaga, durante el lanzamiento de la campaña nacionalista rumbo al balotaje, es uno de los argumentos que se manejan en filas nacionalistas para demostrar la conveniencia de que su fórmula sea la ganadora el 30 de noviembre.

“Si hasta acá hubo dos equipos económicos, ahora podría haber tres: el de Vázquez, el de [José] Mujica, y puenteando en el medio, el intento de intervención del actual vicepresidente de la República”, Danilo Astori, quien será designado por el candidato frenteamplista como ministro de Economía y Finanzas.

“Vázquez podrá ganar, pero, ¿podrá gobernar? ¿De qué certeza nos están hablando? Uruguay debe tener en claro que la certeza del equilibrio republicano lo ofrece este equipo”, culminó. El PN ya sabe que, aun aliando a todos los partidos que actualmente integran la oposición, tampoco tendrá mayorías y deberá transar sí o sí con la bancada del FA para gobernar.

“Son gobiernos de diálogo y negociación, en los que se avanza decisión a decisión, ley a ley”, dijo a la diaria el coordinador programático del PN, Pablo da Silveira, y acotó que gobernar sin mayorías parlamentarias “es algo muy común en el mundo”. “Ha pasado en democracias más sólidas, [Bill] Clinton gobernó sin mayorías. No es nada excepcional en términos comparados”.

Según el diputado Álvaro Delgado, esta situación ha pasado “tantas veces en la historia” e implicará o bien acordar con el FA o bien “con algunos de sus sectores”. “Y si un proyecto ya tiene media sanción del Senado y son proyectos sociales, seguramente el FA tenga la misma sensibilidad que tuvimos nosotros cuando votamos una cantidad de leyes que entendimos necesarias para Uruguay”, consideró.

“Acá es un gobierno de diálogo o un gobierno de mayoría propia”, resumió.

El comandante

Durante su discurso, Lacalle Pou hizo su propia interpretación de los resultados de las elecciones nacionales. “De un lado, 48% casi que apoyó a este gobierno, y del otro, 52% de los uruguayos que, mediante diferentes expresiones, colores, agendas, plataformas, quieren un cambio. Le toca al PN, a los candidatos del PN, ya devenidos en candidatos de una mayoría social, asumir ese desafío policromático, pero que tiene en el centro algunas cosas que hemos encontrado en común”, opinó.

Tras no haber hecho apariciones públicas luego de la noche posterior a las elecciones, Lacalle Pou volvió con un discurso un tanto más agresivo que en otras oportunidades: “La campaña del gobierno entero, incluida la del presidente de la República, corporaciones con clara vinculación con el gobierno, publicidad estatal, insulto, mentira, descalificación, da paso a un profundo silencio. Limpia la cancha y claramente establece de aquí al 30 de noviembre qué es lo que tenemos que elegir y decidir”.

El candidato se mostró molesto porque “anda por ahí algo que para mí es muy grave para la democracia, que es establecer que esto es un mero trámite”. Según Lacalle Pou, “la Constitución y la democracia nos dan la posibilidad, ganada en las urnas, de convencer a la gente de nuestro proyecto”. “Estamos enamorados de algo que hemos ido construyendo”, agregó, en relación a su propuesta de gobierno.

Prometió que su gobierno no generará más impuestos ni subirá la edad de las jubilaciones. Dijo que el primer día de su gobierno “va a estar firmada la derogación del impuesto a las jubilaciones” [se refiere al Impuesto de Asistencia a la Seguridad Social]. Para cumplir con esta propuesta deberá lograr que se apruebe una ley en la materia, sin tener mayorías propias en la Cámara de Diputados ni en la Asamblea General.

El candidato nacionalista aseguró que ese día también tendrá preparados los proyectos de ley para “aflojarle el cinturón” a quienes tributan en la franja más baja del Impuesto a las Rentas de las Personas Físicas.

En cuanto a sus propuestas programáticas, dijo que tienen el “compromiso de mantener el aumento del salario real”, pero también de hacer al país “más eficiente y barato”, y “no tener que pagar las tarifas más caras de la región”.

Insistió en la necesidad de reglamentar la ley de discapacidad, habló de la necesidad de mejorar la seguridad pública y de que el país mejore su política de relaciones exteriores: “No podemos estar sujetos a líderes emergentes de alguna nación cercana o lejana que piensan más en Marx que en otro pensador, y por eso ser amigos”.