Hablar del rock alternativo de los 90, entre otras cosas, es hablar de Morphine, uno de los tesoros más extraños de ese movimiento independiente que se erigió en Estados Unidos en esa década. Liderada por Mark Sandman, impactó en la escena musical con una formación atípica para una banda de rock: batería, saxo y bajo de dos cuerdas tocado con slide, entre otros instrumentos atípicos, muchos de ellos construidos por el propio Sandman. En sus propias palabras, querían demostrar que se podía hacer rock sin necesidad de usar guitarras. Imaginen una banda cuyos riffs de guitarra se hagan en un bajo con slide y la guitarra principal sea un saxo: ése era el camino de Morphine.

La capacidad de crear atmósferas densas, su tono agresivo y las letras oscuras fueron su disparador a la fama en una escena independiente caracterizada, principalmente, por la preponderancia de las guitarras.

Editaron cinco discos: El aclamado Good, Cure for Pain, Yes, Like Swimming y The Night. Éstos marcaron a una generación entera de músicos tales como Les Claypool (Primus), Mike Watt (Firehose) y Josh Homme (Queens of the Stone Age), quienes encontraron en la música de Morphine algo único e inspirador. La banda también fue un ejemplo de autogestión: mediante su propio sello y estudio de grabación, Hi­n­dry, editaron sus discos y los de otras bandas de su ciudad natal.

Una fatal noche de 1999, en un concierto en Italia, el frontman y cantante Sandman murió en el escenario debido a un paro cardíaco, lo que se convirtió en uno de los golpes más duros a la escena del rock alternativo de los 90. Tras su muerte, Dana Colley (saxo) y Jerome Dupree (batería) decidieron continuar con la banda con el nombre Members of Morphine, reinterpretando sus canciones como forma de mantener vivo lo creado por el trío. Años después, Jeremy Lyons, un músico callejero de Nueva Orleans, se sumó a la banda y cambiaron el nombre a Vapors of Morphine, combinando sus viejas canciones con el delta blues traído por el cantante.

Con esta formación llegan el 15 de octubre a La Trastienda de Montevideo, en uno de los espectáculos del año, a priori, más atractivos. Hablamos con Dana Colley sobre una historia marcada por la turbulencia.

-Una de las cosas que siempre me llamaron la atención de Morphine es lo extraña que es su formación para una banda de rock. ¿Cómo fue tu acercamiento al saxo?

-Fue bastante extraño. Yo estaba muy influenciado por el sonido de las guitarras de los comienzos del rock and roll y los vientos de la época, las guitarras de Chuck Berry y los vientos de la orquesta de Little Richard de fines de los 50 y principios de los 60. Me interesaba mucho cómo llevaban el ritmo.

-En algunos de tus saxos noto una influencia cercana a las brass bands de Nueva Orleans, ¿lo ves así?

-Para ser honesto, es muy posible. Este último tiempo hemos estado de gira bastante por esa ciudad y yo, en particular, viví bastante tiempo ahí. Tuve que mudarme luego del huracán Katrina. Es una ciudad imponente, y en lo musical es imposible que no te termine influenciando.

-Para Vapors of Morphine reclutaron a Jeremy Lyons, que venía de otro estilo musical, más cercano al delta blues y al jazz. ¿Cómo llegaron a él, y cómo fue su ingreso a la banda?

-No sé si a Uruguay llegó la noticia, pero hace unos años sufrimos el paso del huracán Katrina. Yo vivía en Nueva Orleans cuando sucedió y tuve que mudarme del lugar porque mi casa había quedado destruida. En ese momento yo quería abandonar todo proyecto. Jeremy también vivía en Nueva Orleans y tuvo que mudarse. Fue entonces que nos encontramos, y me dijo que estaba interesado en hacer cosas juntos. Ya que el tocaba el bajo de dos cuerdas y otros instrumentos que me interesaban, le dije que sí. Fue así que nos metimos al estudio, para probar, nosotros dos. Empezamos a ensayar, luego a grabar, y antes de que nos diéramos cuenta Jerome [Dupree] ya se nos había sumado a las sesiones. No fue hasta uno de los aniversarios de la muerte de Mark que hablé con Jerome y le dije si quería probar de combinar lo que estábamos haciendo con el set de Morphine. Jerome dijo que sí y eso es lo que venimos haciendo desde entonces.

-Leí recientemente que está por salir un documental sobre Morphine. Contame más de eso...

-El documental lo filmó Mark Shuman y fue un arduo trabajo de cinco años entre la recolección de material, filmación y estudio de la banda a través de los años. Se presentará el 25 de octubre en el Festival de Cine de Austin [Texas, Estados Unidos]. Es un gran trabajo de Shuman.

-Ésta es la primera vez que vienen a Uruguay. ¿Cuáles son sus expectativas? ¿Conocen algo de la escena musical uruguaya?

-Nunca estuvimos ahí. Conozco muy poco de música latinoamericana, pero en parte ése es uno de los motivos que tengo para hacer esta gira. Me interesan mucho la música y los ritmos típicos sudamericanos, específicamente del Río de la Plata: me interesan mucho el tango, la murga, la milonga y el candombe. Encuentro muchas similitudes en las raíces de esos ritmos con las raíces del rock estadounidense. Es algo que me tiene muy intrigado y a lo que pienso dedicar parte de mi tiempo en el viaje. Los ritmos que utilizan son bastante atípicos, pero a la vez, por alguna razón, me resultan muy familiares.

-¿A qué se debió el cambio de nombre de Members of Morphine a Vapors of Morphine?

-Todo comenzó cuando, previo a un show de Members of Morphine, un amigo vino a vernos y nos dijo: “Hoy voy a ver a los Vapors of Morphine”. Nos resultó gracioso y pensamos que deberíamos quedarnos con ese nombre, por el tema de que ya no éramos Morphine y porque la banda estaba tomando una nueva dirección musical desde la entrada de Jeremy. El nombre también representa el espíritu de la banda y como nos hemos mantenido juntos a lo largo del tiempo. Nos resulta interesante poder hacer lo que hacemos de la manera en que lo hacemos. Cuando vemos a los fans disfrutar en los shows, aunque estuvieran acostumbrados al sonido anterior, poder cambiar lo que hacemos y generar el mismo efecto es algo muy gratificante.

-¿Cómo describirías el proceso de creación en Morphine y en Vapors of Morphine?

-Creo que nuestro proceso de composición es de evolución más que de creación. Tomamos las canciones y comenzamos a trabajarlas y las dejamos evolucionar. No las forzamos, las dejamos crecer orgánicamente. Desde mi punto de vista, tenemos una forma de acercarnos a la canción muy particular, ya que subimos al escenario con los cimientos de la canción, los patrones rítmicos y melódicos, y sobre eso empezamos a construir la atmósfera y no hay una forma estipulada de tocarla. Disfrutamos tocándola, escuchándola, y sobre eso comienza a aparecer.

-¿Tienen planeado entrar al estudio a grabar algo con Vapors of Morphine?

-Es una pregunta muy recurrente. Hemos hecho algunas grabaciones en vivo y eso ha sido, hasta el momento, lo que realmente nos interesa. Honestamente, tendríamos que ponernos a construir algo nuevo para entrar al estudio, pero en este momento estamos más interesados en disfrutar de los shows. En caso de grabar, serán sesiones en vivo, que en este momento de la banda es lo que mejor nos refleja.

-¿Cómo fue volver a crear canciones luego de la muerte de Mark?

-Fue muy difícil volver a componer canciones después de lo que sucedió; preferimos aferrarnos a las canciones de Morphine y a su espíritu. Pasé por un período en el que intenté componer nuevas canciones para Morphine pero no me convencían. Al día de hoy han salido algunas ideas, algunas letras y algunas composiciones que iban hacia distintos lugares musicales pero honestamente no creo que las sigamos; tenemos muchas canciones en el set de Morphine y prefiero quedarme con ellas. Tengo muchos proyectos paralelos a Morphine en los que puedo crear y explorar nuevos caminos, y siento que es ahí donde debo explotarlos. Vapors trata de mantener vivo ese espíritu que una vez creamos.

-¿Tienen planes de seguir girando por Sudamerica u otros destinos?

-Hace poco estuvimos en Brasil y nos recibieron muy bien, así que estamos planeando volver a visitar San Pablo para el año que viene. Sudamérica nos gusta mucho, así que probablemente intentemos seguir haciendo shows allí. Pero es difícil saber qué sucederá. Como sabrás nos mantenemos de manera independiente, por lo cual no tenemos ningún plan de management sino que lo manejamos nosotros. Podemos pasar de tocar en un pequeño bar para la gente que está ahí y que tal vez sólo el cantinero nos conozca, a estar de golpe en Brasil tocando para un gran público que se sabe tus canciones y las canta a coro contigo. Estamos muy ansiosos por conocer Uruguay y ver cómo nos recibe la gente allá.