En la Dirección Nacional de Trabajo (Dinatra) a las 13.00 de hoy está convocada una audiencia entre autoridades de ese organismo, representantes de la Unión Nacional de Asalariados, Trabajadores Rurales y Afines (UNATRA), el empresario ganadero Diego Ortiz y el trabajador rural Daniel Silvera, casualmente, uno de los protagonistas de los videos de la campaña del Frente Amplio (FA) denominada “Uruguay cambió en mí”. Silvera es uno de los fundadores del Sindicato de Peones de Estancia (Sipes) y se desempeña como encargado de dos establecimientos pertenecientes a Ortiz, las estancias La Tortuga y El Lago, ambas ubicadas en la zona de Yaguarí, paraje Punta de Carretera, en el departamento de Tacuarembó, localidad donde nació el sindicato.

Según explicó el representante del Sipes César Rodríguez, se radicó una denuncia ante la Dinatra porque Silvera ha sido afectado por “dos años de irregularidades en el pago de los aguinaldos, salarios vacacionales y desconocimiento de la categoría”, deudas que alcanzarían la suma de 460.000 pesos. “Planteamos que se mantenga la fuente de trabajo y que el trabajador sea recategorizado como capataz general -ya que cobra como peón pero tiene personas a cargo-, negociar el pago de la antigüedad y que pueda criar animales propios dentro de los predios de las estancias”, explicó Rodríguez.

El titular de la Dinatra, Luis Romero, confirmó la denuncia y dijo que se convocó a audiencia a Ortiz en persona, aunque pueden asistir representantes “con la suficiente responsabilidad para resolver situaciones y que puedan responder por el empresario”.

Romero afirmó que “no es la primera vez que Ortiz es citado” al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. En diciembre de 2012, el propietario de unos 14 establecimientos rurales y dos frigoríficos fue denunciado ante la Dinatra por el Sipes tras haber despedido a un asalariado rural de la estancia La Tortuga luego de haber asistido a una reunión de ese sindicato. Al final de la negociación, Ortiz aceptó reintegrar al trabajador y pagarle una partida de dinero por los días no trabajados. Según Rodríguez, la situación de Silvera se extendió en el tiempo debido a que Ortiz prometió “ponerse al día” con las demandas y “nunca lo hizo”, pero logró dilatar la situación por un tiempo. En el documento presentado por el sindicato también se denuncian otras irregularidades, como la presencia de ganado “sin trazabilidad” en los predios de Ortiz. Romero explicó que en este caso deberá intervenir el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca.

En 2001 el empresario también estuvo vinculado a una investigación judicial sobre un circuito de contrabando de caballos provenientes de Brasil que abastecía a uno de sus frigoríficos en la ciudad de Treinta y Tres.

Silvera tiene 58 años y vive en uno de los establecimientos con su esposa y sus nueve hijos. En el video de la campaña “Uruguay cambió en mí”, manifiesta que trabaja como “peón de campo, de alambrador, de monteada, de todo”, y que comenzó a trabajar a “los 11 años”, “siempre en condiciones pésimas”. “Uno trabaja diez, 11 horas, y era el día; trabajabas más, ganabas menos”, cuenta. Menciona, además, que está cercano a jubilarse y que quisiera dar a sus hijos lo que no le dieron sus padres: la posibilidad de estudiar.