Se trata de un material didáctico dirigido a docentes de educación inicial y primaria, secundaria, técnica y de formación docente. Se presentó formalmente el 31 de octubre y desde entonces ha ocupado múltiples titulares de prensa. Mientras el Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) espera que terminen de llegar los informes para hacer una última evaluación del material, el arzobispo de Montevideo, Daniel Sturla, volvió a incluirla entre sus declaraciones públicas. En el mensaje de Navidad que dio el lunes, pidió una entrevista al presidente electo Tabaré Vázquez y lamentó que “en este fin de año y como de apuro se quiera imponer en la educación de nuestros niños esa ‘Guía de diversidad sexual’ que en realidad es una guía de la uniformidad mental”.

La guía fue elaborada a partir de un trabajo del Instituto Nacional de las Mujeres del Ministerio de Desarrollo Social (Inmujeres-Mides), el Programa de Educación Sexual (PES) del Codicen y la Red de Género de la ANEP. A fines de 2013 los organismos hicieron una licitación para la redacción del material, que ganó el colectivo Ovejas Negras. Los contenidos fueron revisados por direcciones de la ANEP, por equipos técnicos de Inmujeres, el Fondo de Población de la Organización de las Naciones Unidas, la Facultad de Psicología de la Universidad de la República y profesionales especializados en la temática. “Se obtuvieron sugerencias, propuestas de cambios tanto en lo conceptual como de diseño, herramientas metodológicas específicas para determinados grupos de edades”, expresa un comunicado de prensa que envió el Mides la semana pasada, en el que se asegura que se imprimieron sólo 1.000 de los 10.000 ejemplares debido a razones presupuestales, “quedando pendiente los 9.000 restantes que se realizarán a principios de 2015”, afirma la misiva.

Pese a toda la revisión, el material no había pasado por algunos de los canales formales, y los integrantes del Codicen, si bien habían sido invitados a la presentación, desconocían el contenido del material. Daniel Corbo, consejero en representación del Partido Nacional, planteó las dudas públicamente y eso ameritó, a principios de noviembre, que el Codicen ampliara las consultas.

Martín Prats, director de Derechos Humanos del Codicen, afirmó ayer en diálogo con la diaria que el expediente ya cuenta con los informes de su dirección, del PES y de Planificación Educativa, y que se está esperando los informes de las inspecciones de los cuatro consejos de la ANEP (Primaria, Secundaria, Educación Técnica y Formación Docente). Agregó que se han incorporado informes de otras organizaciones, como la Comisión Honoraria de Lucha contra el Racismo y la Discriminación, o la Sociedad Uruguaya de Sexología, que el lunes emitió un comunicado expresando que los contenidos de la guía “son totalmente acordes con los niveles educativos para los que fueron pensados y constituye una herramienta fundamental para continuar abordando los temas de discriminación y género, dentro del sistema educativo, desde una perspectiva de derechos humanos”. Según Prats, la mayoría de los informes recomiendan el material. Teresita Capurro, consejera del Codicen, confirmó a la diaria que están esperando los informes faltantes y que entre lunes y martes podría ser tratado el tema en las últimas sesiones del año.

Volviendo a los dichos de Sturla, la directora de Inmujeres, Beatriz Ramírez, declaró ayer a Montevideo Portal que eran parte de la “permanente intención de injerencia” de la Iglesia Católica en los ámbitos educativos. Ramírez dijo a la diaria que uno de los capítulos que causaron mayor controversia pública es el que trata sobre la visibilidad docente. La guía explicita las ventajas de que los docentes no oculten su orientación sexual, porque eso “evita el desarrollo de un discurso contradictorio”. Se considera que “el desarrollo de la orientación sexual implica un proceso de construcción subjetiva a nivel inconsciente” y que de ninguna manera es “educable o contagiable”, dice la guía, por eso sugiere la conveniencia de que los estudiantes cuenten “con modelos alternativos a la heteronormatividad”. Recomienda a los docentes resolver ese tema en su fuero íntimo antes de comunicarlo al resto, y pide cautela. Ramírez remarcó que no se obliga a ningún docente a “salir del armario”, opinó que muchos de los que hablan de la guía “no la conocen, no la interpretan como corresponde”, y recordó que “no es para los chicos sino para los docentes”. Dijo que hay quienes opinan que las personas que optan “por una orientación sexual que no es la heterosexual es mejor que se callen o que lo oculten; ésa es una posición que no nos parece que respete los derechos humanos”. Añadió que Uruguay valida legalmente los diferentes arreglos familiares, como la unión concubinaria y el matrimonio igualitario, y que “lamentablemente algunas instituciones se quedan atrás en estos procesos, o deforman el objetivo último, que es respetar las diferentes opciones que tienen las personas de elegir con quién vivir, con quién estar. Uruguay es un país de vanguardia en todos estos temas de derecho; es lamentable que nos tengamos que ver hoy en este debate”.

Capurro, en cambio, no entiende que se trate de una injerencia. “Es la opinión de la Iglesia, no quiere decir que esté influyendo en la decisión de cinco consejeros. Lo que haga la Iglesia como tal es problema de la Iglesia”, afirmó. Si bien se reconoció católica, aseguró: “No voy a permitir que incida en mi opinión, para eso están los colegios religiosos. Lo que diga la Iglesia lo llevo a mi vida personal, pero no a mi trabajo. Vamos a tomar resoluciones que tienen que ver con los derechos de los chiquilines, la convivencia y todo lo que hace a la formación integral de los chiquilines, pero nosotros somos laicos. La Iglesia tiene todo el derecho de opinar lo que quiera, pero a nosotros nos asiste el derecho y la responsabilidad de resolver en consecuencia de nosotros. Acá estoy en un cargo de gobierno, electa por los trabajadores, y dentro de la educación laica. Yo creo en la autonomía de la ANEP”.