Mujica fue el último en llegar al anfiteatro del PIT-CNT. Lo esperaban allí el ministro de Defensa Nacional, Eleuterio Fernández Huidobro, los tres coordinadores de la central sindical (Fernando Pereira, Marcelo Abdala y Beatriz Fagián) y el secretario de Relaciones Internacionales del PIT-CNT, Fernando Gambera. El mandatario comenzó diciendo que la demora en el traslado de los presos se debió exclusivamente a “contradicciones” internas de la política estadounidense, por lo que la decisión se arrastró casi un año, “por falta de decisión dentro de las instituciones norteamericanas”. Concretamente, se refería a las dilaciones que el secretario de Defensa, Chuck Hagel, dio al tema, lo que terminó desencadenando su renuncia.

También aseguró que el gobierno uruguayo estaba al tanto de “cómo se vendía gente” que luego “se metía presa”, y recordó un libro autobiográfico del ex presidente de Pakistán (Pervez Musharraf, que gobernó entre 2001 y 2008) en el que explicaba “cómo se enriquecieron vendiendo árabes inocentes”. “Yo nunca dudé, por sentido común, de que esta gente se estaba, hablando en castellano uruguayo, comiendo un fenomenal garrón”, aseguró. Luego sostuvo que tenía a disposición una carta del Departamento de Estado de Estados Unidos que hizo pública. En ésta se asegura que “no existe información que demuestre que estas personas estuvieran involucradas o hubieran facilitado actividades terroristas en contra de Estados Unidos, sus socios o aliados”. Mujica también dijo que sobre ellos “se dijo cualquier bolazo sin conocer nada del asunto”. “Si se los quieren sacar de arriba, si los quieren largar y no pueden, es porque son un garrón, porque de lo contrario, ni el olor encontramos”.

Agradecidos

Mujica también hizo pública una carta de los seis ex detenidos de Guantánamo (traducida por la ex vicecanciller Belela Herrera) en la que le agradecen a él, al PIT-CNT y al pueblo uruguayo por su solidaridad. Según dicen, cuando viajaron a Uruguay tenían una sensación de tristeza por no poder encontrarse con sus familias, pero al ver cómo los recibieron aquí, se empezaron a sentir mejor, por lo que “todo el sufrimiento padecido en el vuelo fue como si no hubiera existido”.

Fernando Pereira dijo que el PIT-CNT trabajará para que se incorporen a la vida activa del país, “si así lo desean”; informó que todos los días toman clases de idioma español y dijo que han recibido ofertas de empleo de más de 30 empresarios. En tanto, también sostuvo que el PIT-CNT mantendrá diálogos con las centrales sindicales de América Latina para que trabajen junto a sus gobiernos en tomar una “actitud similar a la de Uruguay” respecto de la cárcel de Guantánamo, “con las características que cada país quiera”.

Confesó que consultó al mandatario cubano Raúl Castro, que respondió: “Dale para adelante”. “En alguna medida es territorio cubano”, justificó. “Consultamos con la almohada y nuestra conciencia, no hicimos una consulta masiva de carácter partidario, porque frente a estas cosas la gente se asusta”.

Según argumentó, la acción permite “darle fuerza moral a un país pequeño, y eso cuenta desde el punto de vista diplomático y del reconocimiento internacional”. “Adoptamos una posición de principios en un mundo donde no se adoptan estas posiciones; en el fondo sabíamos que estábamos contribuyendo a la cultura y la consideración de la sociedad uruguaya”. Tras reconocer el rol que tuvo el PIT-CNT (por el que dijo sentirse “representado” y “orgulloso”), sostuvo que el país “a la larga va a tener un reconocimiento mundial”. “Uruguay existe hoy en el mundo y no sólo por la mordida de [Luis] Suárez”.

La diplomacia de Pepe

Mujica criticó a quienes especularon con que “íbamos a ser carceleros de Estados Unidos”, refiriéndose al ex presidente Luis Alberto Lacalle, y con que la decisión se trataba de un negocio. “Por supuesto que en todo este año tratamos de hacer todo el negocio que puédamos, porque estamos peleando por el trabajo de los uruguayos”, remarcó el presidente, que sin embargo dijo no estar “cambiando carne humana por naranjas ni nada parecido. A este país le habremos demostrado que hemos puesto la carne en la parrilla y la vida en lo que pensamos”. Luego agregó que el país no es “carcelero de nadie” y que a los ex presos hay que “dejarlos vivir”. “Que hagan un poco de tierra, aprendan el idioma y después decidan su destino”.

Consultado por la prensa, Mujica dijo que no ha tenido respuesta al pedido que le hizo a Obama respecto de la liberación del independentista puertorriqueño Óscar López Rivera. Recordó que ya le había hecho el pedido cuando visitó la “casa oval”, que dijo que no era “ni tan grande como la pintan, ni tan espectacular”. También recordó que cuando ambos coincidieron en la cumbre de Cartagena (Colombia) en 2012, le dijo al mandatario: “Vete de Afganistán, hasta Alejandro [Magno] tuvo que irse”. Además, recordó que le pidió que solucionara los problemas de inmigración de Estados Unidos combatiendo la pobreza en Centroamérica, y recibió como respuesta de Obama: “Usted tiene razón, pero vaya a convencer a los republicanos”.

Luego le preguntaron si había realizado algún pedido al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, acerca de los presos políticos en Venezuela: “En términos genéricos le he pedido siempre bondad hacia los prisioneros y trato muy preferencial a los prisioneros de carácter político, que es una desgracia que los tenga que tener”.