Después del pedido de información llevado a cabo por Uruguay Libre en conjunto con el Centro de Archivos y Acceso a la Información Pública (Cainfo), la cartera fue selectiva y marcó ciertos puntos como confidenciales “hasta que no se firme el contrato”. “Se nos mostró entonces un resumen del proyecto del distrito minero y el mineroducto, sin la terminal portuaria -como si la minera pudiera existir sin esta parte fundamental para este tipo de negocio-, de 190 páginas y una lista de temas confidenciales”, explicaron los activistas en la conferencia de prensa de ayer. El documento data de noviembre de este año, y si bien “no tiene variantes” respecto de lo manejado por el movimiento previo al fallo judicial, el periodista Víctor Bacchetta recalcó que esto “sirve para decir que el proyecto de la empresa se mantiene incambiado” y se constata nuevamente que su “único fin” es “extraer y exportar rápidamente el hierro nacional, a un ritmo de producción de 18 millones de toneladas anuales durante unos 20 años”.
Las partes del proyecto declaradas confidenciales incluyen desde las bases de datos geofísicos y geoquímicos hasta las dimensiones de los equipos y la operación de las minas en todas sus etapas, alegando que su sumatoria permite calcular la cantidad y el valor del mineral a extraer que constituye “aparentemente, el patrimonio” de la empresa estableció Bacchetta, quien ironizó respecto de que en este sentido “si compraran una silla y una mesa”, también pasará a formar parte de él.
“Es evidentemente una exageración declarar que ese tipo de información es confidencial en sí misma”, agregó, y destacó que esta decisión “puede ser recurrida” ante la Justicia y “será objeto de una evaluación posterior” por el movimiento, junto con Cainfo.
Ver el futuro
Uruguay Libre ha recolectado “más de 80.000 firmas” para llevar a cabo un plebiscito para prohibir la minería metalífera a cielo abierto en todo el territorio nacional, sostuvo Viñas. “El otro día estuvimos en la feria del Parque Rodó y se acercaban alrededor de 80 personas por hora”. El perfil de los interesados en iniciar la consulta ciudadana es “sobre todo, gente joven”, por “una cuestión de visión, de ver al futuro”.
En cuanto al perfil político de los que se rehúsan a que se instale la megaminería a cielo abierto en Uruguay, dijo que es variado. Viñas contó que se han acercado “políticos” con el fin de abanderar la causa, pero que el movimiento quiere mantenerse “apolítico” y “lo seguirá siendo”, más allá de la campaña electoral vigente hasta fines de mayo. Sin embargo, observó que la recolección de firmas “ha aumentado notoriamente” después de la instancia en la que se eligió el próximo presidente, el 30 de noviembre.
Aspectos oscuros
En el procesamiento del nuevo documento los activistas contra la minería a cielo abierto recalcaron algunos “aspectos oscuros”, como la información que refiere a la cantidad de mineral de hierro a extraer, estimada en 764 millones de toneladas, “muy por debajo de lo anunciado por la empresa” en sus informes públicos, “que llegaron a multiplicar por 40 los volúmenes reportados en el pasado”, algo que les resulta “razonable” si se considera que “ahora habrían llegado hasta más del doble de la profundidad de las anteriores perforaciones en la zona”, durante la década de 1950.
Otro tema “no aclarado” es el destino de la hematita, que sería “otra forma de óxido de hierro no magnética predominante en las capas superiores del yacimiento”. En el proyecto figura un local, identificado como “hematita magnetífera”, que sería “un sitio apropiado para separar hematita y otros metales que podrían estar presentes”, pero reclaman que “no se describe el procedimiento en su interior”.
El balance hídrico del proceso es “otro punto oscuro” para Uruguay Libre, donde Aratirí “viene cambiando los criterios y las cifras de consumo de agua de forma arbitraria”. “Según Aratirí, todo estaría bajo control, pero varias veces expresa en los documentos que, si la calidad del agua que desborda los depósitos es mala, será lanzada al océano”, establecen con preocupación.
También increpan sobre el drenaje ácido de las rocas, que “puede afectar los suelos, aguas superficiales y subterráneas” y “es negado” por la empresa. En este aspecto, subrayan que los datos de “los perfiles geológicos se siguen manteniendo como confidenciales” pero que consta en la documentación disponible que el laboratorio que fue contratado para hacer el análisis señaló que las muestras provistas por Aratirí eran “insuficientes”.
Por último, uno de los aspectos más cuestionados fue el “plan de cierre de las minas”, que dicen “confirma nuestros mayores temores”, ya que se trata como un “plan de abandono” en el que los cráteres de las minas “quedarán abiertos para irse llenando con agua de dudosa calidad” en un proceso que “llevará décadas”. Por otro lado, los activistas sostienen que en paralelo a los cráteres, quedarán también las “pilas de estériles de 100 metros de alto expuestas a la acción del viento y la lluvia, que en un proceso erosivo natural llevarán ese polvo y arena a grandes distancias”. En cuanto a los trabajadores que se quedarían sin empleo, la única medida contemplada es la entrega de “cartas de recomendación”.
A hierro muere
A casi dos meses de que se cumpla el plazo establecido por el gobierno uruguayo para negociar el contrato, “sabemos que se ha enfriado bastante la posibilidad de que la empresa firme”, estableció Bacchetta en referencia a la baja en el precio del hierro de los últimos meses.
“Cuando la empresa empezó la negociación -en el medio del súper ciclo de materias primas de 2007- el rubro era rentable, ya que el precio del hierro rondaba los 180 dólares por tonelada, pero ahora estamos llegando al fondo con un precio menor a 70 dólares y que todavía no encontró el piso”, estableció Carlos Anido, otro integrante del movimiento, quien razonó que “la ley establece plazos a partir de la firma del contrato”, por lo que resulta “evidente” que “a los precios de hoy, ninguna empresa puede comprometerse”.
Aun en el caso de que no se firmara, Bacchetta sostuvo que “hay otra cosa en juego y es hablar del aporte y el valor de la nueva información adquirida”, ya que en el intercambio está previsto que si la minera se retira de la negociación, “los datos [recabados en su investigación] se los tendrá que proveer al gobierno”.
Por su parte, Raúl Viñas sostuvo que hay una “sobrevaloración” de la información que posee la minera y que “nuestro territorio no es el adecuado para explotar minerales, y menos a cielo abierto”, afirmó. En base al sentido común, sostuvo que “si tuviéramos tierra con gran cantidad de metales, ésta no serviría para la agricultura”, una de las principales actividades del país.