Con críticas al “centralismo” en la toma de decisiones y por diferencias con la conducción nacional, la dirección de Canelones de la Corriente de Acción y Pensamiento-Libertad (CAP-L) resolvió conformar un nuevo espacio político dentro de la organización frenteamplista, cuyo principal referente es el ministro de Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro.

Unas 50 personas se reunieron el sábado en Empalme Olmos y aprobaron una resolución en la que fundamentan, desde una perspectiva crítica, las razones para tomar esta decisión. Entre otras cosas, en el documento reclaman un debate “tan profundo como urgente” en la interna de la CAP-L respecto “a los mecanismos democráticos para la toma de decisiones, el lugar de las mayorías, de las minorías y el respeto por todas esas expresiones”.

El diputado canario Nicolás Pereira explicó a la diaria que el nacimiento de la CAP-L -en 2007, y debido a discrepancias en la interna del MPP- tenía un fuerte componente de postulados federales, con la intención de consolidar un espacio abierto a sumar gente desde otras tradiciones políticas. “La verdad es que la CAP-L nunca logró ser federal, sino más bien unitaria y centralista. No logró consolidar sus estructuras orgánicas y democráticas para las decisiones colectivas. Es una organización que depende mucho de su referente máximo [por Fernández Huidobro]; no lo discutimos como nuestra referencia política, pero en la actividad cotidiana se hace cuesta arriba que todas las decisiones pasen por la decisión del líder o de un grupo de compañeros”, reflexionó Pereira.

Puso un ejemplo concreto: antes de las elecciones internas la CAP-L canaria resolvió conformar, mediante mecanismos electivos, una dirección política de Canelones, pero cuando empezó a tomar decisiones en materia de presentación electoral “vino un lineazo de arriba que habilitó una forma que no era la que habíamos definido”.

Pereira aclaró que, si bien el núcleo de Canelones está integrado por muchos jóvenes, las diferencias políticas no son “estrictamente un tema generacional”. “Sí es cierto que hay un debate entre la agenda de derechos y la lucha de clases, una discusión que están dando varias organizaciones del Frente Amplio y que tiene un componente generacional. Nosotros pensamos que esa nueva agenda no está en contradicción con otros postulados históricos; y que la apuesta a la descentralización que hizo la CAP-L en su último congreso no se sostiene sólo desde la política más dura, sino apoderando a actores sociales y descentralizando la toma de decisiones”, señaló.

A finales de junio, tres integrantes del Ejecutivo de la CAP-L se alejaron del sector y formaron la agrupación M764-Frente en Movimiento: Nora Castro; el director general de secretaría del Ministerio de Educación y Cultura, Pablo Álvarez, y el director de la secretaría de Gestión Social para la Discapacidad de la Intendencia de Montevideo, Federico Lezama. Pereira admite que ambos procesos tienen elementos en común. “Es innegable; tanto por los componentes ideológicos y políticos, como por cómo entendemos que debería funcionar una organización política. Son procesos emparentados. También tiene que ver con el alejamiento de Valeria Rubino, una compañera muy valiosa”, agregó.

La departamental de Canelones, sin embargo, resolvió seguir dentro de la CAP-L porque aún comparte muchas de sus definiciones políticas. “Queremos colocar estos debates de la manera más frontal y firme posible. Hoy no estamos logrando construir la organización de la mejor manera posible”, concluyó.