Encierro de casi 24 horas, falta de baños, imposibilidad de asistir a clases de escuela o liceo en forma continua, uso habitual de psicofármacos. Estas circunstancias caracterizan la situación de algunos centros del Instituto del Niño y el Adolescente de Uruguay (INAU), según un informe que presentó la Institución Nacional de Derechos Humanos (INDDHH) el jueves ante la comisión especial de población y desarrollo social de la Cámara de Representantes.

El texto consiste en un compendio de distintos informes que realizó la institución y que entregó en cada instancia a las autoridades del Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente (Sirpa) como parte del trabajo del mecanismo nacional de prevención de la tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes. Las conclusiones sostienen que las situaciones en los centros “vulneran el derecho a la dignidad, integridad, salud, educación, recreación, cultura y participación” de los adolescentes internados. Muchos jóvenes duermen en el piso, en celdas sin ventilación, y en algunos centros les prohíben acceder a material de lectura por temor a que ocasionen un incendio con él. El estado de las celdas es “deplorable, su aspecto denigrante, la higiene es pésima, el calor sofocante, agobiante, irresistible. El baño no reúne las condiciones mínimas de higiene, decoro y dignidad”, indica el informe.

En un diálogo con El País publicado el sábado, el director del Sirpa, Rubén Villaverde, aseguró que no conocía el informe de la INDDHH y se mostró sorprendido. Pese a esto, las autoridades de la INDDHH sostienen que, además de enviar los informes al Sirpa, se reunieron en varias oportunidades con Villaverde, la última de ellas el 28 de diciembre del año pasado.Respecto del encierro, Villaverde sostuvo que la situación “no es así”. “Todo aquel que tenía para recomponer su trayectoria educativa lo está haciendo”, aseguró el jerarca. “También tenemos a 175 menores trabajando, haciendo su primera experiencia laboral, sólo cinco no se han adaptado. Estamos en un proceso de trabajo técnico y social muy significativo, iniciado aun cuando las condiciones de infraestructura no eran las mejores”, agregó. Villaverde dijo a La República que en breve se inaugurarán plazas y que enviará al Parlamento un detalle de las condiciones en los centros de INAU.

En particular

En un informe reservado que presentó en febrero de este año ante el Sirpa, la INDDHH denuncia golpizas en el hogar Ser de la colonia Berro. Mirtha Guianze, directora de la INDDHH, informó el jueves en la comisión parlamentaria las conclusiones de este informe. Según los datos con los que dispone la institución, en noviembre del año pasado los reclusos del hogar Ser fueron trasladados al patio del centro, desnudos, y fueron sometidos a golpizas. En un caso, un joven estuvo cuatro días sin recibir atención médica por una herida, por lo cual ésta se le infectó y tuvo que ser trasladado al hospital Pasteur. En la mayoría de los casos no se tienen pruebas de estas situaciones, y además los jóvenes no quieren denunciarlas por temor a represalias, indican desde la institución. Pero en uno de ellos sí se lograron pruebas, y con el consentimiento de la madre del joven golpeado, la INDDHH realizó la denuncia penal la semana pasada en el juzgado de Pando.

Consultada sobre estas denuncias por la diaria, la diputada frenteamplista Bertha Sanseverino (Asamblea Uruguay), presidenta de la Comisión de Población, dijo que hay que leer el informe “con mucha tranquilidad”. “En algunas cosas da la impresión de que ella [Mirtha Guianze] hace una asociación de situaciones y saca conclusiones que capaz que no... hay que mirarlo bien”, consideró. En las conversaciones que tuvo con la INDDHH, Villaverde negó los malos tratos en el hogar Ser y aseguró que Jessica Barrios, la directora del hogar, es una persona “de su confianza”, según relataron integrantes de la INDDHH a la diaria. En 2013, madres y padres de jóvenes internados habían denunciado malos tratos a sus hijos. Las autoridades del Sirpa iniciaron una investigación interna. Además, la INDDHH ya había alertado sobre la “grave situación” en ese hogar, debido al prolongado encierro, la falta de baños y de acceso a actividades educativas.

“No existe”

La directora del hogar Ser, Jessica Barrios, dijo a la diaria que las situaciones descritas en las denuncias “no existen”. “Los jóvenes están bárbaros, no pasan ese tipo de cosas que dicen”, afirmó. Respecto de sacar a los jóvenes desnudos al patio y golpearlos, aseguró: “No es nuestro método hacer ese tipo de cosas”. Consideró que estas denuncias surgen porque las familias de los jóvenes y ellos mismos se “resisten a los cambios, y la forma de tirarlos abajo es ésta”. “Antes acá había droga, había un montón de cosas que esta dirección paró. Se les cortaron un montón de cosas que antes sí hacían. Priorizamos mucho la seguridad, y que no entren drogas ni haya armas blancas”, remarcó.

Dijo que en el centro no hay hacinamiento y que la situación mejoró desde el inicio de su gestión. “Cuando yo entré, no salían al baño. Si salían, antes los esposaban en la pieza. Ahora todos duermen en camas y están todo el día transitando fuera de su habitación. Concurren al liceo, hay un montón de actividades que antes no había”, aseguró. Dijo que los conflictos con funcionarios “existen, pero nada grave”, y que no tiene “ni idea” de las situaciones que se denuncian. Indicó que la investigación interna aún está en proceso y que ella es “la primera interesada” en que se investigue.