Las plantas de biodiesel permiten operar con más de una materia prima. Hasta el año pasado, los principales insumos para la producción eran soja, girasol, canola y cebo vacuno, y luego se comenzaron a incorporar los desechos de fritura. La iniciativa surgió de Alur, que buscando contribuir al cuidado del medio ambiente y al desarrollo de políticas sustentables, comenzó a desarrollar algunas pruebas para incorporar este producto como materia prima para la producción de biodiesel. El primer proveedor fue la cadena de comida rápida Mc Donald’s; luego se sumaron otras empresas interesadas y hasta recicladores y organizaciones no gubernamentales (ONG), cada uno con su propio formato.

El gerente de Oleaginosos y Derivados de Alur, Nicolás Ferrari, contó a la diaria cómo se lleva a cabo el proceso. “Lo que hacemos primero es recolectar el aceite de los locales con una logística propia, y llevarlo hasta nuestras plantas. Una vez allí, el primer paso es someterlo a una decantación, ya que al haber sido utilizados para cocinar, los aceites normalmente vienen contaminados con agua y sólidos. Luego el aceite es filtrado y posteriormente introducido en la línea de producción para producir biodiesel”.

Ferrari dijo, sobre la frecuencia con la que retiran el aceite, que si bien “es definida por las empresas, tratamos de que sea semanal, por un tema de volumen pero también por generar una sistemática”. “Hemos llegado a consumir 20.000 litros en un mes”, dijo, y agregó que “es parte del desarrollo de Alur lograr masificar la recolección, ya que todavía contamos con un gran margen para llegar a nuestro techo”, que está fijado en dos millones de litros de aceite fritado crudo y que permitiría “ir hasta el 3%”. Por el momento, entre 1% y 2% de la producción total de biodiesel de Alur se realiza con aceite de fritura.

Ferrari sostuvo que Alur tiene “un potencial muy grande de consumo de estos tipos de aceite con alta acidez”, por lo que “están abiertas las posibilidades a que se sumen otros actores”.

“De momento tenemos una línea de suministro bastante fuerte de recicladores, y también estamos desarrollando acuerdos con intendencias de diversos departamentos, donde ellas serían las encargadas de hacer la recolección”, aclaró, ya que en el caso de los recicladores y de las ONG el traslado del insumo corre por cuenta propia. En contrapartida, Alur paga el “costo de logística”, que está en el entorno de 400 y 500 dólares la tonelada.

En el caso de las empresas, Alur obtiene el aceite al asumir los costos del traslado y ofrece a cambio un servicio de análisis de laboratorio para los aceites recogidos. Estos análisis, según el gerente de Oleaginosos de Alur, “tienen un doble propósito: por un lado, saber lo que estamos incorporando y caracterizarlo debidamente, porque no cualquier cosa puede ser introducida a la producción; y por otro, informar a las empresas de la cantidad de polares que tiene el aceite [lo que permite saber qué tan ‘quemado’ está]. Esto les da información sobre las condiciones del aceite con el que trabajan, y si lo están cambiando con la frecuencia adecuada, ya que hay un valor que está normalizado en el cual el aceite debe ser desechado”. “Por esto, además, hablamos de que este proyecto tiene un segundo objetivo, que es mejorar la calidad de los productos alimenticios que consume la sociedad uruguaya”, indicó el jerarca.

Ferrari dijo que los resultados de los análisis realizados hasta el momento “han sido buenos desde el punto de vista del biodiesel”, ya que “no se ha tenido ninguna afectación del producto final”. Agregó que a lo largo del año “se ha mejorado fuertemente la calidad del producto, ya que al tener datos fehacientes del Estado, cada empresa ha podido gestionar un mejor uso de esos aceites”.

El director de Alur, Leonardo de León, valoró ayer en conferencia de prensa las dos aristas del proyecto: “ayuda a resolver un tema ambiental” e “incorpora una nueva materia prima a la cadena industrial”. Destacó, por otro lado, el objetivo de llegar a utilizar 150.000 litros de aceite de fritura para la producción de biodiesel en el correr del año, y dijo que para eso “queremos que se sumen otros actores”. Yendo un poco más allá, Ferrari sostuvo que el siguiente paso sería “desarrollar algún proceso industrial que mejore aun más la calidad del proceso, para superar el techo del 3%”.