Buena parte de las instalaciones de las escuelas 196 (en el turno de la mañana) y 173 (en la tarde) de Flor de Maroñas, ubicada en Rubén Darío e Itazurubí, ardieron en la medianoche del sábado y la madrugada del domingo, en un incendio a todas luces intencional, según los comentarios que efectuaron ayer en varios medios de comunicación autoridades tanto educativas como de la Dirección Nacional de Bomberos.

Las instalaciones de estas escuelas están divididas en tres bloques de salones, de los cuales uno, de cinco aulas, fue quemado en su totalidad. Los salones quedaron en un estado totalmente inutilizable, según trascendió. En otro de los bloques también se intentó generar un incendio; el personal de Bomberos encontró restos de alcohol en gel en las cortinas de los salones. Además del incendio, robaron objetos de valor como equipos de audio, computadoras y micrófonos, y destrozaron muchas de las bibliotecas de la escuela.

No es la primera vez que este tipo de incidentes ocurre en este centro educativo. Docentes del establecimiento expresaron que, en lo que va de 2014, las escuelas sufrieron estos atentados otras tres veces, pero nunca con la gravedad que se evaluó en esta oportunidad en la que los daños en la infraestructura son relevantes.

El director del Consejo de Educación Inicial y Primaria, Héctor Florit, estimó las pérdidas en 100.000 dólares, según informó Subrayado. Al local concurren unos 900 niños que hoy no tendrán la oportunidad de asistir a sus clases debido al incidente, según determinó el Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP). No obstante, las autoridades convocaron a la comunidad a dos encuentros “informativos” acerca de las “acciones orientadas a solucionar la crítica situación planteada por agentes extraños al sistema educativo público”. Estos encuentros con docentes, padres y vecinos del establecimiento se realizarán a las 8.00 y 13.00 de hoy, para informar acerca de la situación y los procedimientos que se realizarán para reconstruir el centro de estudios.

Si bien hoy las clases estarán suspendidas, el comedor de la escuela permanecerá abierto para atender a los niños que almuerzan allí, y está previsto que el centro vuelva a funcionar el martes. Se explora la posibilidad de usar material mobiliario proveniente de depósitos y trabajar en salones dobles o en otros espacios de la escuela actualmente destinados a otros usos.

Ayer Florit visitó el establecimiento, al igual que una delegación de la Asociación de Maestros del Uruguay-Montevideo (Ademu). La ex presidenta de este sindicato Daysi Iglesias fue una de las que visitaron el centro. “Este tipo de violencia puede tener varias lecturas, y una de ellas puede ser el estado de conflictividad en ciertos sectores o grupos sociales, que no tienen límite en su actuación y toman a las instituciones como un campo de agresión. No está alejado de otras agresiones que se han recibido a nivel de las instituciones educativas últimamente, aunque la magnitud de los hechos es mucho mayor”, sostuvo la dirigente sindical. Según expresó, la combinación de un “un ataque a la institución en tanto es la que establece los límites”, como un estado de falta de control en el que “todo vale”, pueden explicar el hecho. Según su diagnóstico, hay “una especie de falta de límites en las conductas sociales” que está requiriendo “mensajes claros”, porque “no todo vale, no todo es posible y hay cosas que son reprobables”.

Anoche, fuentes de Primaria confirmaron a la diaria que se detuvo a los presuntos autores del incendio y se logró incautar varios de los objetos que habían sido robados en la escuela.