Saludo que se catalogue de discutible lo afirmado en el artículo publicado en el mensuario Mate Amargo. El propósito fue generar, creo que con cierto éxito, discusión sobre algunos temas.

Responderé a las amables críticas del profesor Héctor Musto (http://ladiaria.com.uy/articulo/2014/7/respuesta-al-articulo-de-alzugaray-en-mate-amargo/) en un orden similar al que él le da a su nota. Aclaro previamente que la nota que escribí y que el profesor responde fue enviada al mensuario pocos días después de que se hicieran públicas la entrevista a Roberto Markarian en Voces y sus respuestas al cuestionario de la Asociación de Docentes de Facultad de Ingeniería (ADFI).

Respecto a los antecedentes que el profesor menciona, conozco el documento de los cuatro Decanos, he estudiado la historia de nuestra Universidad, me han contado de los debates que han tenido lugar en elecciones rectorales previas a mi ingreso a la institución. He participado activamente sólo de las últimas tres, en dos de ellas como estudiante. Sin duda todas ellas fueron elecciones y debates en los que se contrapusieron ideas y modelos distintos.

Quizá (nuevamente) en esas elecciones los debates se daban con mayor honestidad intelectual, con propuestas claras y con proyectos de universidad definidos, por eso seguramente las recuerda con tanta añoranza. En esta elección hay mucho en juego, pero el debate desde el comienzo de la campaña ha bajado progresivamente su densidad conceptual.

A modo de ejemplo, se le preguntó a Markarian:

¿Qué proyecto de Universidad se asocia con su propuesta como candidato?

Y respondió:

Yo voy a vivir bien, sea o no sea electo. Yo no voy a sufrir por no ser electo y me voy a alegrar de serlo. Yo soy un tipo de vida sencilla. Vengo de una familia ultra atrasada, analfabeta, y me ha ido bien. No tengo muchas aspiraciones de tipo material, porque lo que yo necesito, lo tengo. Viajo mucho por razones académicas y porque me gusta ir a lugares raros. Me parece que la institución necesita un enfoque del tipo de los que yo puedo aportar y los que me empujan a aportar. ¿Cuáles son los rasgos distintivos? El crecimiento del Sistema Terciario, no exclusivamente dentro de la Universidad de la República. Esa es una meta no bien cumplida por la institución.

El debate en esta elección rectoral comenzó con una contraposición de modelos con posiciones claras de un lado y otro: respuesta de Markarian a cuestionario de ADFI, entrevista a Markarian en Voces, declaración del Frente Estudiantil Susana Pintos, propuesta programática de Rico. Los documentos están disponibles, quien quiera puede analizarlos y llegar a sus propias conclusiones.

Cuando el profesor Musto refiere a lo que no se ha hecho en la gestión actual, del literal a al c refiere al mismo tema, la modificación de la Ley Orgánica de la Udelar, que ha estado poco y nada en la agenda de debate en esta campaña. Analizar las razones por las cuales no se envió el proyecto de nueva Ley Orgánica al Parlamento (existe un proyecto articulado fruto de la discusión y el trabajo de los tres órdenes) escapa a las posibilidades de esta réplica. Sin duda el fracaso de la iniciativa de reforma hay que atribuirla a causas diversas, entre las que se puede mencionar la fuerte oposición de algunos intereses corporativos, que se expresan nuevamente en esta elección rectoral. Será tarea de los colectivos universitarios y de la nueva conducción de la Universidad retomar esa discusión y llevarla a buen puerto.

Las afirmaciones sobre la poca incidencia de los órdenes en el gobierno de la institución, sobre la forma en que las decisiones de adoptan, y los superpoderes de los Prorectores son indiscutiblemente falsas. A modo de ejemplo, 19 de los 20 votos del Consejo Directivo Central responden a las resoluciones de los órdenes. Nueve de ellos directamente a través de los representantes de egresados, docentes y estudiantes. Los diez restantes de forma indirecta, ya que son representantes de los Consejos de Facultades, órganos en los que los tres órdenes estamos representados. El restante es el Rector, electo democráticamente por los órdenes. Los cuatro prorectorados son anteriores a esta gestión, y tienen exactamente las mismas atribuciones que tenían antes de ella. Quizá la diferencia radique en el trabajo colectivo en pos de un modelo de universidad.

A continuación, en el literal d expresa exactamente el mismo argumento con que la oposición política critica al gobierno nacional. Las transformaciones y logros son fruto de una billetera más inflada y no de políticas dirigidas a generarlas. Discrepo con el argumento en ambas aplicaciones. La chequera permite pensar políticas más ambiciosas, argumento innegable, pero el objetivo de las políticas es lo que define su signo. Considero que las transformaciones han sido muy grandes y no por el dinero invertido, sino por la filosofía que guía las políticas. A modo de ejemplo, que más del 60% de los estudiantes universitarios cursando en las sedes en el interior sean primera generación de su familia en la Universidad es un logro enorme, que apunta a la transformación del país. Como ese, muchos otros.

Casualmente en ocho años, y con políticas activas de estímulo del egreso en los últimos seis, se pasó de 4066 egresos de grado en 2004 a 6430 en 2012. Es inexacta la afirmación de la duplicación, no hay duda sobre eso. Al comienzo del párrafo de mi artículo inicial se advierte al lector que lo que sigue es un muy breve listado de logros, a grandes trazos.

Sin duda que el aumento puede ser explicado de maneras diversas, y un factor que influye y mucho es la aplicación de políticas activas de fomento del egreso y la permanencia de los estudiantes en los estudios de grado. Sin duda el egreso es todavía insuficiente y se deberán evaluar las políticas de enseñanza para mejorar su implementación, reformulación y renovación. Hay un dato más que contradice lo planteado: la evolución de la matricula universitaria y consecuentemente las tasas de egreso, hasta el último período de crecimiento económico, han sido contracíclicas. Lo fueron hasta el momento de la aplicación en forma decidida y sistemática de políticas activas de promoción del egreso. Si un logro más puede adjudicarse a estos últimos años, es el de revertir esta dinámica, algo trascendental para el desarrollo económico sostenible con justicia social.

Sobre poner al estudiante en el centro de la práctica educativa, las políticas, que es a lo que se refiere la afirmación, poco pueden hacer sobre la práctica individual de los docentes, que es a lo que refiere el profesor. Los que dábamos malas clases antes las seguiremos dando a pesar de las políticas y los que siempre dieron excelentes clases, las seguirán dando. Poner al estudiante en el centro es un paradigma, que propone pensar el proceso educativo de modo de propiciar la formación integral de los estudiantes, el desenvolvimiento pleno de su capacidad y creatividad. La promoción de la autonomía y el protagonismo estudiantil es dar mayor libertad de elección dentro de la carrera elegida, facilitar los tránsitos entre carreras, reconocer curricularmente las actividades de extensión y en el medio, la instrumentación de tutorías entre pares, las posibilidades de diversificar las modalidades de enseñanza a través de plataformas virtuales como el Espacio Virtual de Aprendizaje (EVA). Demagógica es la reacción del profesor, personalizando lo expuesto en la práctica docente individual.

El lector cuidadoso podrá notar que en ninguna parte del artículo que el profesor Musto responde se expresa que de ganar uno de los candidatos bajará el egreso. Tal afirmación corre por cuenta del profesor.

El profesor utiliza una vez más y a poco andar el argumento del aumento de recursos como explicación de los logros. Falaz igual que antes. Dedicar recursos a ciertas políticas es una opción, no un devenir natural del aumento de recursos. Por otra parte, en ninguna parte de mi artículo se puede leer que el aumento de la oferta de grado y posgrado comenzó en este período. Sí corresponde al Rectorado de Arocena la aprobación de la Ordenanza de Grado, fruto del trabajo de diversos colectivos universitarios bajo una orientación programática. Disponía de 6500 caracteres de espacio en el mensuario (que superé en 1500), no era posible dar una versión de la historia de la Udelar para llegar al presente. Sin duda mucho se ha hecho antes del Rectorado de Arocena, también sin duda las transformaciones y logros del mencionado rectorado son mayores a las que logré resumir en los 1200 caracteres que dediqué al punto y a lo que se puede decir aquí.

Con respecto a investigación, desde 2008 se agregaron varios programas con diversos objetivos: Investigación Estudiantil, Apoyo a Grupos, Fomento de la Calidad, Investigación e Innovación orientadas a la Inclusión Social (que tuvo un antecedente en 2003), Vinculación ANCAP-Udelar, Vinculación PIT-CNT-Udelar, Vinculación ANP-Udelar, Equipamiento para la Investigación, Comprensión pública de temas de interés general, entre otros. Algunos de ellos respondieron a viejos reclamos de la comunidad académica. Todos ellos son parte de la reforma impulsada.

También se aumentaron los fondos destinados a los programas “clásicos” lo que permitió más y mejores apoyos a la investigación.

Se creó el Espacio Interdisciplinario, que no sólo fomenta la investigación de ese tipo, sino que suma a la diversificación y multiplicación del apoyo a la creación de conocimiento original y de calidad. El factor exacto de la multiplicación se lo dejo a los matemáticos.

Las afirmaciones del profesor sobre la rebaja de exigencias para el otorgamiento de Dedicaciones Totales a docentes radicados en el interior son falsas y profundamente peligrosas: el “todos sabemos” o el “alguien me dijo” rebajan terriblemente el nivel de la discusión. Saludo la autocrítica a su actuación en la Comisión Central de Dedicación Total si entiende que aplicó criterios diferenciales al análisis de distintas solicitudes. Corresponderá a otros integrantes de la Comisión, a los docentes implicados directamente y de la conducción universitaria responder a la acusación formulada.

La afirmación sobre las posibilidades de discutir la extensión es groseramente falsa en una institución extremadamente democrática como la Udelar. También las afirmaciones veladas sobre su calidad y evaluación. La Universidad sigue siendo co-gobernada, los espacios para discutir abundan.

Las afirmaciones sobre la “imposición” de la definición, igualmente falsas. La definición es fruto del trabajo de colectivos universitarios, recorridas del Rector y Prorector por los Servicios y de discusiones y votaciones unánimes del CDC. Recoge el desarrollo histórico de la Universidad Latinoamericana. ¿Perfectible? Claro que si. ¿Discutible? Como todo en la vida. Discutamos pues.

También es falaz la afirmación sobre la visión unilateral que entiende se plasma en la definición. Quizá la afirmación tenga parte de sus raíces en la confusión entre extensión y actividades en el medio. No son lo mismo, no son contrapuestas. Nadie afirma que no se deba buscar formas de vinculación con el medio y extensión desde el conocimiento de cada uno o de cada disciplina. Es justamente eso lo que se promueve, no sólo desde la Sectorial de Extensión, sino desde otros espacios institucionales (CSIC, Servicios, EI). La “salida al mundo exterior” debe hacerse con la mayor responsabilidad, desde las fortalezas propias de la Universidad (disciplinares o interdisciplinares), y con el mayor compromiso con la tarea. Es ahí donde radica la calidad de la actividad.

Acepto la acusación de simplificar en exceso. La acusación de falsedad de mis afirmaciones sobre el modelo que Markarian representa y defiende es, nuevamente, discutible. Sobre la universidad centrada en la investigación y la docencia de alta calidad, cito lo expresado por el candidato en la entrevista publicada por el semanario Voces: “La Universidad fue creada para hacer enseñanza superior al mejor nivel y todo lo que está escrito en el artículo dos es así y está muy bien que sea así. Por lo tanto, lo demás tiene que ser de alguna manera como subsidiario de la enseñanza y de la creación de conocimiento”. No está mal defender que las funciones esenciales son enseñanza e investigación, es compartible en tanto se discuta también con seriedad la tercer misión, que no es subordinada a las otras dos, ni se agota en la extensión. La contribución a la sociedad no puede centrarse únicamente en el “efecto derrame” de la enseñanza y la investigación, debe además ser activa al trabajar con la sociedad toda (Estado, organizaciones sociales y sindicales, sector productivo, etc.) en la búsqueda de soluciones a problemas.

Sobre el número de estudiantes que debe recibir la institución, el candidato que el profesor apoya no se cansa de hablar del sistema terciario como solución a la problemática de que mucha gente se inscribe en la Udelar porque no tiene otras alternativas terciarias. Ha dicho en varios debates que sólo una fracción de los estudiantes de Ingeniería se inscriben con la voluntad de terminar su carrera. ¿Con qué datos sostiene esas afirmaciones? La Universidad debe recibir a todos quienes quieran llegar a ella, y debe hacer todos los esfuerzos que estén a su alcance para retenerlos y lograr su egreso. Jamás sobrarán estudiantes, jamás en un país que pretende sumarse a la lista de países desarrollados sobrarán los egresados universitarios. No debe pensarse una universidad en función de lo que sobra, sino de lo que falta.

Por otra parte, la propuesta de aumentar el número y monto de las becas de grado a 20.000 pesos para promover la alta dedicación a la carrera no cierra, a menos que a) se esté pensando en otorgar un número insignificante de becas en relación al número total de estudiantes de la Udelar (becar a los 100.000 estudiantes actuales requeriría más de mil millones de dólares anuales) b) se esté pensando en una universidad con muchos menos estudiantes, altamente dedicados a las carreras. Con esto no estoy argumentando en contra de un sistema de becas para quienes no pueden acceder a la educación terciaria por motivos económicos.

Cito el documento de respuesta a ADFI: “La alta dedicación es una de las medidas fundamentales para promover el acortamiento de las carreras sin disminuir la calidad de la formación superior. Las becas deben permitir una dedicación integral a los estudios, no sólo ser una ayuda y ser acompañadas de medidas para mejorar el rendimiento estudiantil. Se podría igualmente promover a escala nacional medidas que permitan la reducción de la jornada laboral a aquellos estudiantes que trabajan.”

Pensar una universidad sólo para aquellos que puedan asumir una alta dedicación es elitista o voluntarista. En cualquier caso no me parece un modelo a defender. No digo que la alta dedicación sea algo a combatir ni mucho menos. Cuanto más tiempo y dedicación pueda invertir el estudiante en la carrera, mejor será el resultado. Los mecanismos propuestos, y el modelo orientado a la alta dedicación es lo que preocupa. Pido por favor al profesor que indique dónde se dice en mi artículo que veo con buenos ojos que se dedique poco a la carrera, que se estudie poco. Me gustaría saber también cómo esas afirmaciones contribuyen a cumplir con su pedido de elevar el nivel de la discusión.

Hice parte de la carrera trabajando, aprendí más en esa época que en la que sólo me dediqué a estudiar. El aprendizaje fuera del aula es algo a estimular y reconocer, no a combatir.

Sobre la limitación del ingreso, cito: “Sobre los cupos y la orientación del estudiantado, para que vean que no quiero evitar que me claven la jeringa, el país tiene que tener él la decisión de qué sectores quiere promocionar, la Universidad no puede decidir nos conviene tener más ingenieros forestales que ingenieros de plantaciones o más gente que se dedique a la ganadería ovina, que a la vacuna. El país tiene que hacer las opciones, la Universidad es el país en el sentido genérico, pero está claro que las orientaciones económicas y políticas no las da, y está muy bien, por suerte, ahí sí sería más importante que el cargo de presidente el de rector. El problema de las opciones y los cupos tiene un ingrediente de planificación social general que no escapa al problema, con eso quiero terminar este capítulo” (Entrevista Radio El Espectador, 2006, disponible en: http://www.espectador.com/politica/72415/markarian-propone-reformar-toda-la-educacion-terciaria ). El candidato dijo previamente y de forma categórica “no a los cupos” para luego desarrollar su idea de la planificación social de las opciones individuales. Cupos en el marco del sistema terciario público, definidos desde el gobierno nacional. El que quiera ver, que vea.

Sobre las revistas arbitradas, factor de impacto, etc. Si, es el patrón de calidad para muchos. También hay quienes lo discuten desde esas mismas disciplinas, incluso en la disciplina en la que el profesor se desempeña: http://am.ascb.org/dora/ . Las formas de sopesar la calidad de la actividad académica están en discusión en todo el mundo, en nuestra Universidad, en otras instituciones de CTI nacionales. Las limitaciones de la evaluación por factor de impacto han quedado más que claras.

Los criterios de evaluación del PEDECIBA, a modo de ejemplo, establecen que “En la evaluación de investigadores, un aspecto que ha resultado difícil es la comparación de méritos generados en nuestro país [las revistas que según el profesor no lee nadie] con méritos generados en países con mayor grado de desarrollo científico. Esto se debe a que las dificultades para producir trabajos científicos son mucho mayores en nuestro país. La comparación se facilita si al evaluar calidad atendemos más a la originalidad, la profundidad y el rigor que si se han usado metodologías sofisticadas de última generación. La cantidad de publicaciones y la consideración de los índices de impacto de las revistas en las que se publica son factores que distorsionan particularmente este tipo de comparación” (PEDECIBA 2004). El profesor defiende, y su candidato representa, una visión de la evaluación de la calidad. No la única, entiendo que tampoco la más adecuada a nuestro contexto.

Sobre el cierre y recorte de programas, iniciativas e incluso carreras quien habla de “recortar Oficinas Centrales”, “parar el desarrollo en el Interior” (entrevista en Voces 19/VI/2014), “transferir carreras a la UTEC” es Markarian, no yo. Quizá el error radica en no especificar a qué se refiere cuando hace esas propuestas. Celebro una vez más que el artículo haya generado discusión. Discutamos, contrapongamos ideas, programas, modelos. Analicemos seriamente lo hecho, seamos claros en las propuestas de lo que se hará a futuro. Ni la Universidad ni el país se merecen que se rebaje o evite la discusión en un tema tan fundamental.