Uno de los temas sobre los que más se polemiza es qué dinero destinar a la educación. Los tres partidos tienen propuestas que difieren en cuánto y cómo gestionar la plata. El FA menciona como uno de sus objetivos aumentar el presupuesto destinado a la educación a 6%; actualmente es 4,5% del Producto Interno Bruto (PIB). El PC y el PN no hablan de aumentos. Por un lado, los colorados quieren elaborar un presupuesto para la educación que sea variable en función del cumplimiento de metas, lo que significa que lo percibido dependerá del desempeño de las instituciones educativas. Por otro, el PN propone crear fondos presupuestales administrados por el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), a los que podrían aspirar los centros educativos presentando proyectos para diferentes reformas, y de esa forma conseguir más dinero que el asignado.

El partido en el gobierno justifica el aumento del presupuesto para “continuar con el proceso de mejora salarial, recuperación edilicia y transformaciones institucionales”. También alega que más dinero le permitiría “garantizar el acceso universal y las posibilidades reales de permanencia y egreso en todos los niveles del sistema educativo”, “recuperar la valoración social de la educación pública” y fortalecer el sistema educativo como institución encargada de atender las exigencias de formación de la población. Para eso proponen desarrollar centros educativos de pequeño y mediano porte para niños, construir un campus para integrar servicios educativos y culturales, fundar un Sistema Nacional de Becas y desarrollar la profesionalización docente.

En cambio, el partido liderado por Pedro Bordaberry asegura que se debe “optimizar el uso de los recursos públicos asignados”, y con eso propone crear una Agencia para la Calidad y Desarrollo de la Educación -para estudiar al sistema de educación-, centros educativos públicos de gestión comunitaria de tiempo completo en contextos sociales vulnerables, extender el calendario escolar a 200 días efectivos de clase, llevar a unos 20.000 jóvenes de liceos y UTU y otros 60.000 niños de escuelas en contexto crítico a tiempo completo, crear 150 Centros de Atención a la Infancia y la Familia (CAIF) y otorgar más recursos a la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) para universalizar la educación de tres años.

Los nacionalistas, liderados por Luis Lacalle Pou, tampoco hablan de modificar el presupuesto, pero sí plantean crear más jardines y escuelas de tiempo completo y 120 Caif. Proyectan crear gabinetes psicopedagógicos interdisciplinarios que atiendan problemas de comportamiento y aprendizaje hasta en seis centros de la zona. Serían 240 y emplearían a 840 profesionales.

En lo que sí coinciden los tres partidos es en la necesidad de la profesionalización docente. El PN y el PC hacen énfasis en el desarrollo profesional y salarial dependiendo de la capacitación y el desempeño de cada uno. El PN fundará un programa que financie hasta 150 becas de excelencia académica, que operarían como sobresueldo, para las que uno de los méritos sería trabajar en un centro de estudios con baja tasa de deserción y buen rendimiento académico. También está estipulada la creación del programa Docentes del siglo XXI, que permitiría que los profesionales viajen al exterior a formarse. El PC propone fundar la Universidad de Educación para maestros y profesores y diseñar “una nueva carrera que jerarquice al docente” según la “asiduidad, evaluación y capacitación”. El oficialismo propone “promover el desarrollo de una carrera para profesionales basada en condiciones de mayor estabilidad y ascensos por concurso”, generar propuestas de especialización para ocupar puestos de mayor dedicación, elaborar posgrados y nuevos enfoques pedagógicos.

En lo que coinciden colorados y blancos es en la eliminación de la participación con derecho a voto de los sindicatos en el Consejo Directivo Central de la ANEP (Codicen). Además, el PN proyecta derogar parte de la Ley General de Educación -18.437-. Por el contrario, el FA habla de “desburocratización”, pero no de quitarles el voto a los gremialistas. El plan de Luis Lacalle Pou también introduce cambios en las reglas de juego para elegir a los directores de los centros educativos; entre ellos está la reducción de la cantidad de años que se requieren para poder aspirar a dirigir un centro. Además, se les pedirá que elaboren un plan y evalúen sus resultados para confirmar su puesto. Pero lo más llamativo es que los directores podrán elegir a su cuerpo docente. A los docentes se les obligaría a mantener por un mínimo de dos años la carga horaria seleccionada, y si el director lo permite, mantener esa carga horaria después de los dos años.