La jueza Gloria Seguessa falló ayer a favor del Estado en el pleito que el empresario de la construcción Fernando Barboni inició en 2011 por la adjudicación de la Estación Central de la Administración de Ferrocarriles del Estado (AFE) y los dos terrenos usados por el ente como playa de maniobra, ubicados entre el viejo edificio y la nueva estación de trenes. Barboni reclama el pago de 1.000 millones de dólares por entender que el Estado no le entregó a tiempo esos bienes. Según informó Subrayado, el abogado de la empresa, Daniel Hugo Martins, apelará el fallo.

Para entender la cuestión hay que remontarse a 1999, cuando la empresa Glenby SA, propiedad de Barboni, ganó la licitación a la que había llamado Saduf SA, una sociedad 100% propiedad del Banco Hipotecario que había comprado a AFE la Estación Central. Glenby se comprometió a usufructuar por 50 años el viejo edificio, donde construiría un shopping y un centro cultural, y a comprar los dos terrenos de la playa de maniobra para construir cuatro torres de apartamentos y oficinas y un hotel cinco estrellas. En 2002 la empresa pidió modificar el contrato y en 2003 se inició el litigio, en el que el Estado alegaba que Glenby incumplía el contrato y la empresa decía que Saduf no le había entregado los bienes a tiempo. En 2011 la Suprema Corte de Justicia (SCJ) obligó al Estado a entregarle los bienes a Glenby, pero la empresa alegó que el Estado no estaba en condiciones de hacerlo y reclamó los daños y perjuicios compensatorios, que estimó en 1.040 millones de dólares, expresó a la diaria Juan Andrés Ramírez, abogado del Estado en este caso desde 2011.

“La sentencia dice que está mal planteada la demanda de daños y perjuicios, que es improcedente porque no está demostrada la imposibilidad del Estado de cumplir”, detalló Ramírez, quien dijo estar “muy, muy contento con la sentencia”. Aclaró que la jueza “podría haber dicho que sí pero haber bajado la cuantificación, o el monto; en cambio dijo: ‘No, es cero, el Estado hoy no debe nada’”. Ramírez dijo que el Estado ganó algo más: “Si le entregan la estación a Glenby, Glenby no puede venderla y hacer lo que quiera, tiene que hacer un shopping y un centro cultural, arreglarla toda por dentro, conservar la cáscara y construir en el fondo. La inversión hoy debe ser de unos 400 millones de dólares”, estimó.

El caso pasará ahora al Tribunal de Apelaciones en lo Civil, en el que los tres ministros tienen que estar conformes por unanimidad, y si no es así, se sortea un cuarto o un quinto ministro. Tanto si falla como si no, puede pasar a la SCJ, y la resolución no llevaría más de un año.