Llovió el miércoles y refrescó, pero eso no fue impedimento para que, insistentes, los chicos se zambulleran ayer y pusieran su empeño en aprender a nadar y corregir sus estilos. El cambio de temperatura disminuyó un poco la concurrencia habitual en la plaza de deportes Nº 4 de Montevideo, que se ubica en Cerrito de la Victoria, a la que acuden durante la tarde entre 20 y 30 niños por clase, pero, de todos modos, había principiantes, chicos que llevaban varios años de aprendizaje y otros que ya estaban en los carriles reservados para el nado libre. Algunos niños y adolescentes ya se lamentaban de que sólo les quede un mes para practicar el deporte.
Las comisiones de apoyo de las plazas de deporte cobran al momento de la inscripción un bono colaboración que puede ir de los 100 a los 500 pesos, dependiendo de la realidad del barrio y de lo que cada comisión considere pertinente. El dinero es empleado para generar fondos para las propias plazas, para contratar a algún docente extra (además de los que pone el Ministerio de Turismo y Deporte), o para solucionar algún problema de mantenimiento en general, explicó Irurueta a la diaria. En ningún caso debería ser impedimento para que alguien que no pueda pagarlo se inscriba. De todos modos, los usuarios pagan entre 100 y 500 pesos por una actividad de tres meses, cuando un club particular cobra cerca de 1.500 pesos mensuales, algo impensado para buena parte de la población. Por eso el espacio es tan preciado.
Los docentes y el guardavidas del turno de la tarde de la plaza de Cerrito de la Victoria lamentaron haber tomado sus puestos el 9 de diciembre y que no se haya podido contratar administrativos y auxiliares de servicio por cuestiones burocráticas. Ellos mismos debieron encargarse de hacer las inscripciones. Cuestionaron también que hasta ayer no habían cobrado el sueldo de diciembre, y la promesa de pago, que se ha ido corriendo, está ahora puesta en la primera semana de febrero. Preguntaron cómo puede ocurrir que algo que se realiza todos los años presente permanentemente los mismos problemas.
Consultado por las críticas de los docentes, Irurueta expresó que “tienen razón”. Dijo que lleva diez años lidiando con este tema. Añadió: “El régimen de contrataciones que tiene el país, a mi juicio, no tiene la flexibilidad necesaria como para permitir la contratación de personal zafral en forma rápida, ágil. El manejo de contrataciones que hace el Estado es muy adecuado para contratos de permanencia, para quien ingresa como funcionario público, pero para los contratos de verano no lo es”. Reconoció que estos obstáculos “van en detrimento de la calidad del servicio”.
Otra dificultad se vivió este año puntualmente en la plaza de deportes Nº 8, en Piedras Blancas, que abrió recién el 26 de enero. El agua todavía no estaba habilitada para baños cuando personas del barrio ingresaron y deterioraron lo que se estaba intentando mejorar. Todo fue hacia atrás: los docentes fueron enviados a sus casas y se restituyó el dinero a quienes se habían inscripto. Llegaron las fuerzas de choque y un móvil policial que estará instalado hasta mañana en el predio de la plaza. Los docentes comenzaron a dar las clases, pero son muy pocos los alumnos que volvieron.
Igualmente estaban ayer, pese al frescor de las últimas horas de la tarde. Uno de los docentes comentó que hay llamadas todos los días para inscribirse y que muchos preguntan si tendrán competencias entre distintas piscinas. Se busca volver a la normalidad. Camilo, uno de los profesores, planteó que la idea no es estar permanentemente con fuerza de choque, y comentó que es importante que se trabaje desde lo barrial. No condenó a quienes ingresaron, interpretó que “hay que buscarle el por qué, una respuesta a algo”, y se mostró confiado en que el problema pueda solucionarse.
Irurueta señaló que tradicionalmente las piscinas de las plazas de deportes contaban con servicio 222, pero que luego de la Ley de Presupuesto Quinquenal 2010-2015, que redujo de manera progresiva la disponibilidad de esos efectivos, se ha contratado el servicio de vigilancia privada, que “no tiene las mismas posibilidades, potestades ni responsabilidades”. Dijo que ocurrió una situación similar en la plaza Nº 4 en 2008, cuando la piscina no pudo habilitarse en todo el verano, y que desde entonces no habían tenido un problema de esta magnitud.
Clavado
Los docentes de las plazas Nº 4 y Nº 8 remarcaron que las piscinas no sólo son un espacio para la enseñanza de la natación, sino también un ámbito de socialización, no sólo entre pares: muchos chicos van y se quedan largo rato, gustosos de estar conversando con los docentes. Algunos concurren aunque llueva, y en esos casos los profesores habilitan actividades en los gimnasios. También se trabaja la perseverancia y la autoestima. Una chica lloraba ayer en una clase porque no le salía un clavado. El profesor le insistió, le pedía que siguiera diciéndole: “Tranqui, si no sale ahora, sale la semana que viene”. Al final de la clase, y con muchas zambullidas de por medio, volvía a estar confiada. Otros ya estaban en el espacio de recreación que ofrece cada clase al final y seguían igual, insistentes, viendo si les salían los clavados que habían practicado.
Se organizan, además, actividades que nuclean a diferentes piscinas. En José Enrique Rodó (Soriano) se realizará el miércoles un encuentro regional de piscinas abiertas en la que participarán delegaciones de Dolores, Palmar, Ismael Cortinas, Cardona y Mercedes. Algo similar ocurrirá el viernes 6 en Tambores, y para el 6 y el 7 se prometen 24 horas de nado continuo en Dolores.
Bajo techo
Al término de su gestión, Irurueta destacó que en 2005 la Dirección Nacional de Deporte sólo tenía dos piscinas techadas y de manera precaria (los complejos Ituzaingó y Sayago, en Montevideo). Valoró que en estos diez años se habrán techado y climatizado 12 piscinas, entre las que incluyó la de la ciudad de Canelones (cuya construcción recibió una donación de cerca de 350.000 dólares del jugador Diego Lugano), que estará pronta en abril, estimó.
Aseguró que “la idea es seguir trabajando para continuar cerrando y climatizando”. Dijo que en algunos casos habrá que construir, como ocurrió en este período en Rodó y en Tranqueras, donde se creó una piscina de material donde antes existía una prefabricada.
Dijo que el mantenimiento de cada una de esas piscinas llevará entre 12.000 y 15.000 dólares por mes, sólo entre calefacción, limpieza y mantenimiento, pero que vale el esfuerzo, porque multiplica las posibilidades de oferta. No inciden las condiciones climáticas del verano -lluvia, frío y sol; hoy las clases que reciben muchos niños son en horas desaconsejadas, de exposición a los rayos ultravioletas- ni las del invierno, y tienen actividades que van hasta las 22.00.