“La última vez que vimos al dueño fue en noviembre”. La empresa de productos congelados Green Frozen (más conocida por su marca de distribución: Calagua) se encuentra en conflicto con sus trabajadores desde mediados de setiembre, “cuando el pago del sueldo de agosto se atrasó tres, cuatro días”, contó a la diaria Susan Troche, una de los 153 trabajadores que, hoy en día, están en seguro de paro. En octubre y con un atraso de 15 días cobraron su último sueldo, el de setiembre, momento en el que comenzaron con los “breves paros de brazos caídos” durante determinados períodos del día. Para noviembre, cuando el dueño desapareció de las conversaciones, los trabajadores dejaron de trabajar. Green Frozen, la única planta de congelados en el país, funcionaba en Bella Unión.

Tras la desaparición del dueño, el sindicato está buscando negociar por intermedio de Maosol, una empresa acreedora de Green Frozen que revende sus productos en Montevideo. De momento y mediante de una negociación con el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, los trabajadores han llegado al acuerdo de “sacar los últimos siete camiones de mercadería” -que aún está disponible en la planta y que suman unos ocho millones de pesos en valor- para que Maosol los venda y les vaya pagando “de a porcentajes” las deudas que Green Frozen tiene con ellos. Luego los trabajadores comenzarán “de cero” la negociación, buscando conservar su fuente de trabajo, que Troche definió como “un tesoro” al que no pretenden renunciar. “Nuestra esperanza es seguir golpeando puertas, viendo las posibilidades de llegar a Montevideo y de hacernos escuchar”, explicó. Hay dos caminos: que el gobierno sugiera un nuevo empresario o meterse en el camino de la autogestión.