Un policía mató ayer a su esposa en plena plaza de Minas. El caso no es aislado, y motivó a que los sindicatos policiales vuelvan a reclamar la necesidad de que el Ministerio del Interior (MI) evalúe a los efectivos y les dé apoyo psicológico.

Richard Ferreira, dirigente de la Unión de Sindicatos Policiales (USIP), afiliada al PIT-CNT, explicó a la diaria que no existe atención en salud mental para el personal policial que vive una crisis psicológica. Recordó que el año pasado la Auditoría Interna de la Nación observó al MI porque no se estaban cumpliendo los requisitos de ingreso, algo que la USIP también planteó en julio en el Parlamento: quienes ingresan como zafrales -aunque después queden efectivos- no son sometidos a evaluación psicológica previa, dijo. Ferreira reclamó, además, que quienes ingresaron hace 20 o 30 años no han vuelto a pasar por una pericia psicológica. El dirigente pidió “evaluación psicológica permanente y preventiva”. Reclamó que si bien las autoridades que asumieron en 2010 habían manifestado que esto era una prioridad y que para eso se capacitaría a un grupo de pares que mediara entre el personal y los equipos psicológicos, esto nunca se concretó.

Roberto Cardozo preside el Sindicato Único de Policías del Uruguay. No está afiliado al PIT-CNT pero compartió el planteo de Ferreira. Dijo a la diaria que el año pasado ingresaron “más de 60 psicólogos para el Instituto Nacional de Rehabilitación” y lamentó que el MI “se olvidó nada menos que de los trabajadores”, que están expuestos a una violencia cotidiana. Cardozo calificó a este ministerio de “nefasto” y de vender “espejitos de colores”.

Al igual que su colega, expresó que cuando piden ayuda psicológica se les retiene el arma y pasan a ganar menos, solución que agrava la situación de origen, señaló.