-Por primera vez el FA se presenta en la capital con candidaturas múltiples. ¿Este cambio tiene que ver con la aparición del PdeC, con el desgaste de la fuerza política que gobierna Montevideo hace 25 años o con otros factores?

-Quizás el tema de debate sea si la candidatura única es un tema conceptual o coyuntural. La hubo en el momento de surgimiento del FA, en buena medida para reafirmar que no nacemos contra algo, sino a favor de un programa. Eso es lo que todavía los blancos y los colorados no entienden. El PdeC -con todo respeto- nace contra algo, es decir, está mal nacido. No es lo mismo que el FA, que nació a partir de un programa y alrededor de propuestas. La candidatura única y que generalmente recaía en alguien independiente reforzaba ese programa elaborado por sectores diferentes, muchos de los cuales habían competido duramente durante años. Eso pasó. José Mujica y Danilo Astori fueron candidatos que estaban claramente identificados con sectores del FA. No es un tema de principios, a tal punto que hace más de una elección que en departamentos del interior hay candidaturas múltiples. Lo importante es lo que favorece al FA. El tema no es candidato único o candidaturas múltiples sino lo que permita al FA continuar su proceso y superar problemas y divergencias que hayan surgido. Hubo candidaturas únicas que dejaron heridas -eso es clarísimo- y experiencias de candidaturas múltiples que también lo hicieron, como en el caso de Paysandú en 2010. En el caso actual parece claro que es difícil encontrar a una persona que tenga la simpatía y el respaldo de todos, por lo que hay que tener más de una candidatura, pero hay que tratar de buscar ante todo un marco fraternal de competencia.

-¿Está pensando en una campaña unitaria?

-Estamos apuntando a eso.

-¿No debatiría con Lucía Topolansky?

-No, eso no. Estoy dispuesto al debate con Álvaro Garcé y [Luis Alberto] Ney Castillo (ambos del PdeC), pero mano a mano. No lo que le propuso Andebu [Asociación Nacional de Broadcasters Uruguayos] a Tabaré Vázquez, en donde había nueve tipos, de los cuales ocho le iban a pegar a él. Ocho contra uno y con igualdad de tiempo es una realidad muy poco democrática. Con todo respeto, creo que fue un error garrafal de Andebu, y encima como Tabaré no fue, le pusieron el atril vacío. Me pareció muy fuera de lugar. Fue como decir: “Queremos pegarle a Tabaré”. Debato, pero mano a mano, y tampoco me gustan los debates que se convierten en un lugar para el enchastre, el manijazo y la provocación y donde la gente se queda con lo peor de la política y no con el debate de ideas. De repente me equivoco, pero con Garcé o con Castillo serán debates con altura.

-El FA está terminando de elaborar su programa único para la capital. ¿Cuáles son los énfasis en la aplicación de ese programa que tienen Martínez y Topolansky? ¿O la diferencia es sólo de personas?

-Hay diferencia de personas, pero también hay diferencia de acentos en determinados temas. Cuando el FA ganó por primera vez en Montevideo tuvo que encarar algunos temas como vivienda, salud y políticas sociales y cubrir cosas que no hacían los gobiernos nacionales porque no había políticas sociales serias. Tampoco había política de país productivo o de buscar diversificar la matriz productiva. Pero se ha llegado al tercer gobierno del FA y la IM, por las peculiaridades que tiene, debe ser parte del proyecto de nación del FA. Salud tiene que sumarse, aportando la visión y la colaboración del territorio, a la política nacional de salud. Lo mismo en vivienda y en políticas sociales. En el desarrollo productivo la IM tiene que tener un liderazgo importante para poder contribuir con las políticas de desarrollo y diversificación productiva. Tiene que tener una política importante para lograr la infraestructura que permita la movilidad urbana, que es cada vez más metropolitana, y evitar agregar sobrecostos logísticos en el transporte de mercaderías a los productores uruguayos. Para facilitar la inserción de industrias y de inversiones en el sector científico-tecnológico en Montevideo hay que minimizar los costos logísticos, que son fundamentales para acceder al aeropuerto y al puerto, que es por donde salen las mercaderías de exportación. En la capital también está el principal mercado de consumo del Uruguay. Hay que entender que vivimos en un mundo y en un país que cambian. Hace 15 años quién iba a decir que iba a haber tres veces más vehículos de uso particular circulando o que habría vías de Montevideo por donde pasa 30 veces más carga de productos uruguayos. Por lo tanto, hay que empezar a construir la ciudad funcional al proyecto Uruguay y a la mejor calidad de vida de los montevideanos de acá a 2050. Que se reduzcan los tiempos de transporte para ir a trabajar y moverse, ayudar a que haya más trabajo de calidad para los montevideanos, que los problemas de limpieza se solucionen y contribuir con las políticas nacionales. Existe un debate acerca de si la gestión es parte o no de los objetivos políticos, y coincido en que lo que importa son los objetivos políticos. Ahora bien, sin gestión no se cambia nada. Es más, a veces el objetivo político puede desprestigiarse por la mala gestión. La excelencia de la gestión, el hacer las cosas bien, estudiar, tener información para tomar las decisiones, no talentear, no bajar el dedo para donde está el viento, contar con gente con idoneidad a la hora de gestionar, con voluntad de trabajar en equipo y con alma para escuchar a la gente tanto en su crítica como en su aporte.

-¿Con quiénes va a conformar el equipo de gobierno?

-Hasta que no sea candidato formal no voy a manejar nombres, pero lo que sí tengo son criterios. Primero, idoneidad. No es lo mismo aquel que nunca gestionó y no tiene ni la menor idea de lo que se está hablando. Implica no experimentar de cero con gente que va a gobernar por primera vez. Mi idea es promover gente joven. El equipo de Vázquez en 1990 tenía un promedio de edad de 35 a 50 años en su momento. Hay gente joven que tiene el perfil para gestionar y hay que abrirle las puertas, y si no, hay que poner al lado del experiente a un botija joven para que aprenda y haga experiencia. Segundo, trabajo en equipo. Si tengo a Einstein en un área donde el tipo está sólo para el lucimiento personal y no trabaja en equipo, ése no me sirve. Tenemos que ser todos un equipo que tire parejo, desde el intendente hasta el director del área menos significativa. Vamos a buscar transversalizar, romper los compartimientos estancos que hoy existen en la IM y buscar trabajar en proyectos comunes que involucren gente de muchas áreas. Tercero: alma, disposición para escuchar a los actores, especialmente a la gente, al ciudadano, y a su vez estar dispuesto a dar la cara y cambiar si es necesario.

-¿Qué cosas concretas hay que hacer para mejorar el STM?

-Hay un norte estratégico y un compromiso elemental que es disminuir el uso del transporte individual y privado. Hay tres veces más vehículos que hace 15 años y hay que disminuir la cantidad y hacer que el transporte público sea confiable, limpio, amigable y que cumpla con los horarios. Eso es parte del tema y no se hace de un día para el otro. Hay inversiones que hay que hacer, pero lo primero que hay que tener es información. La semaforización inteligente va a cambiar mucho. Hay lugares donde hay que hacer pasajes a nivel, viaductos, una calle pasa por abajo y otra por arriba, porque son lugares de embotellamiento predecible. Después avanzar a un sistema multimodal de trasporte que combine el ómnibus con el transporte individual y con otras formas. Habrá que estudiar en algunas áreas la posibilidad de un tranvía, el transporte subterráneo y otros modelos.

-¿Y la bicicleta?

-Ni que hablar. Soy un usuario de la bicicleta. Permite descomprimir el transporte vehicular automotor y estar comprometido con el medio ambiente. Es uno de los capítulos que tenemos que desarrollar.

Perfil

Tiene 57 años, es casado, tiene tres hijas (de 30, 33 y 36 años) y siete nietos (cuatro varones y tres niñas). Se educó en el Colegio y Liceo de los Maristas, el bachillerato lo hizo en el Seminario y luego estudió Ingeniería en la Universidad de la República. Se afilió al Partido Socialista en setiembre de 1973, poco después del golpe de Estado, y militó en la clandestinidad. Fue secretario general de la Juventud Socialista del Uruguay, trabajó en ANCAP, de donde fue destituido por la dictadura, y como sindicalista de la Federación de ANCAP integró el Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT entre 1985 y 1991. Durante el gobierno de Vázquez se desempeñó como presidente de ANCAP y luego como ministro de Industria, Energía y Minería. En 2009 resultó electo senador. En enero de 2010 el Plenario Departamental del FA no habilitó su candidatura a la IM, presentada por el PS.

-¿Qué piensa del corredor Garzón?

-Me pareció un signo de grandeza de la intendenta Ana Olivera reconocer que el corredor ha tenido problemas. La solución global del tema del transporte implica información: medir volúmenes, ver lo que pasa en cada punto, algo que se llama ingeniería de tránsito. Se mide para tomar decisiones y cuanto más completa y abarcativa sea la medición, se toman mejores decisiones.

-Decía que hay servicios de la IM que deben integrarse a las políticas nacionales. ¿Eso implica deshacerse de alguno?

-No. En salud hay que integrar el sistema de policlínicas al Sistema Nacional Integrado de Salud y quizás eso implique que nos pasen algunas cápitas o tal vez hacer un pasaje gradual. Eso hay que estudiarlo.

-¿Cómo se puede abordar el tema de la seguridad ciudadana?

-Es un tema nacional en el que Montevideo puede contribuir a algunas cosas y en otros casos aprovechar algunas ventajas tecnológicas. Hay cámaras del Ministerio del Interior, ¿por qué no utilizar esas cámaras y ver también qué pasó con el tránsito, qué pasa con el comportamiento del ciudadano en el tema basura, etcétera? O a la inversa: hay un lugar donde la política de seguridad nacional requiere iluminación, ¿por qué no tener la posibilidad de usar los recursos de la IM para poner esa luminaria que va a ayudar a la seguridad? Cuando hablamos de que hay que hacer más parques como la plaza Liber Seregni o la plaza Casavalle estamos hablando de convivencia y seguridad. El espacio público es el espacio de integración número uno, lo que antes fue la escuela pública. Tener políticas de espacio público, donde haya actividades culturales y deportivas, es política de convivencia y seguridad, porque todos sabemos que no hay seguridad si no hay convivencia ciudadana.

-¿Qué hay que mejorar en la recolección de residuos?

-Se va en una línea correcta. Lo que se hizo ahora en El Tobogán, en la zona del Cerro, es una planta de preclasificación. Antes lo que se recogía en La Teja y el Cerro se tenía que llevar hasta la planta de Felipe Cardozo, en Carrasco, para volcar el contenido. Ahora lo llevan a El Tobogán y luego en un camión compactador sale de ahí ya preclasificado. Una parte se va al procesamiento de vidrio, otra al de metales, otra parte al de plástico y otros más, y ahí ganaste tiempo y tenés los camiones para seguir recogiendo. Es un avance que hay que profundizar y mejorar. Además hay que lograr un compromiso de la población en la clasificación y en no tirar basura. La ciudad más limpia es la que tiene la mejor gestión, la mejor tecnología, maquinaria y la mejor clasificación, pero también donde los ciudadanos se comprometen a ser más limpios.

-¿Cómo será la relación con la Asociación de Obreros y Empleados Municipales?

-Hay dos temas a tener claros, uno es que el intendente es elegido por los ciudadanos para gobernar en base a un programa y su autoridad no puede estar en cuestionamiento. Pero no conozco, en los últimos 50 años, que haya habido gestión exitosa, pública o privada, en la que no se haya logrado el compromiso de los trabajadores. Eso está reconocido internacionalmente. Por lo tanto, lograr el compromiso de los trabajadores implica respetar al sindicato y que el sindicato respete la autoridad que tiene el intendente a la hora de la toma de decisiones, pero convenciendo y no imponiendo.

-¿Alcanza el actual presupuesto que tiene la IM?

-Hay mucho para mejorar en la gestión en cuanto a los rubros donde se gasta y cómo se gasta. En un principio no estamos pensando en un incremento tributario.