-¿Le sorprendió que la propusieran como candidata a la IM?

-Sí y no. En la elección pasada como FA no supimos resolver el tema de las candidaturas en Montevideo y la gente lo manifestó con un volumen importante de votos en blanco que no migraron para ninguna otra propuesta. De esa elección aprendimos que hubiera sido mejor tomar la decisión de la candidatura múltiple que la Constitución habilita, y permitir que los compañeros que estaban en carrera en ese momento jugaran en la cancha grande. Pero se quiso mantener una especie de mito de que en Montevideo no se podía ir con más de una candidatura y cometimos un error, porque la gente lo leyó de otra manera. Muchas veces conversamos sobre este tema para ver cómo podíamos salir, y creo que la decisión más importante que tomó el FA fue habilitar varias candidaturas. Después, si iba a haber muchas o no, se vería en la cancha. Una vez que se dio la habilitación hubo compañeros que razonaron legítimamente y dijeron que había que poner más pingos en el ruedo. Me hubiera gustado que los candidatos fueran tres: de esa manera se abre más el abanico y se evita algo por lo que alguna gente va a trabajar, que es la polarización. No gente nuestra, pero sí desde fuera. Nosotros vamos a trabajar por lo contrario, por que el FA vuelva a ganar en Montevideo sea cual sea el intendente futuro, Daniel o yo, no importa. La candidatura, soy franca, no estaba en mis planes. Pero soy una mujer de partido y considero que está bien que existan partidos políticos que le sirven a la democracia, y si los compañeros me lo pedían, una como militante tiene que asumir.

-¿Le costó tomar la decisión?

-Un departamento como Montevideo precisa prácticamente una dedicación exclusiva, si las cosas se quieren hacer como se debe. La intendenta Ana Olivera es la primera que llega a la IM y de las últimas en irse. Esa concentración en el trabajo es necesaria porque estamos hablando más o menos de la mitad de la población del país. Uno tiene que apoyarse mucho en un equipo y hay que armar uno lo más sólido posible. Además, ahora hay una ventaja y es la experiencia de los municipios. Los municipios no existían antes y obviamente las decisiones recaían sobre el equipo de la IM con mucho más fuerza. Si creemos en la descentralización y en un gobierno de cercanía, entonces los alcaldes son gobernantes. Montevideo tiene ocho gobernantes además del intendente: cada alcalde con los concejales forman un gobierno de cercanía. Los imagino como una orquesta con ocho instrumentos y donde el intendente viene a ser el director. Eso quiere decir que esos ocho municipios son todos distintos aunque estemos en un mismo departamento, porque los barrios tienen sus improntas, sus densidades de población y sus problemáticas locales. La virtud de la descentralización es que el gabinete municipal tiene que tener una fuerte mirada del territorio y aplicar de un modo aquí y de otro modo allá la misma política. Pero descentralización en serio quiere decir más recursos financieros y más recursos humanos, y es un concepto más profundo: lo que se descentraliza es poder. Si le pido a un alcalde que haga un plan de obras e incluso que pueda hacer las licitaciones, le tengo que dar apoyo, no le puedo dar un escarbadientes. Y la ventaja para el ciudadano es que tiene muchas más posibilidades de participación en un gobierno de cercanía que en un gobierno de distancia. Con frecuencia han hecho apreciaciones que considero injustas, al comparar intendencias del interior con la de Montevideo. Sin embargo, hay alcaldes como el de esta zona [Municipio A] que tiene casi 260.000 personas en el municipio y es mucho más importante que los intendentes de Artigas, Salto, Paysandú o Flores en cuanto a población, y sin embargo, no tiene todas las potestades y libertades que tienen los intendentes. Un viejo concepto que decía Raúl Sendic (padre), y que es maravilloso, rezaba así: “Los pueblos del interior son como bosquecitos ralos: se ve todo”. En los municipios se tiene que empezar a ver todo. Es el control social el que va a permitir una mejor gestión.

-El FA tendrá un programa único. ¿Cuáles son los énfasis que va a destacar de ese programa?

-Los programas son trazos gruesos, son rumbos. La descentralización es el eje de lo que pienso. Esos ocho alcaldes, no importa de qué pelo sean porque eso lo decidirá la gente, van a tener que trabajar al lado del intendente. Es un equipo colectivo de gobernantes. Está lo que viene a ser el gabinete, pero esto en lo político es lo más importante. Un tema que se ha hablado es el de la limpieza; es un tema difícil en el que se ha mejorado muchísimo, pero se precisa una enorme colaboración de la población. Bruno Mauricio de Zabala, el primer gobernador de Montevideo, ya lidiaba con los desperdicios y estaba muy enojado con los vecinos. Tuvo que sacar un edicto, porque la gente traía una oveja o un ternero, lo faenaba en la casa y las achuras las tiraba en la calle. Y era un pudridero fenomenal. El edicto decía que los vecinos de la cuadra tenían que barrer todas las achuras hasta la esquina y prenderlas fuego. Y si eso no se hacía, tenían que trabajar cuatro días gratuitamente en la muralla que se estaba construyendo. Ese chip está. No hay una conciencia ciudadana de que la ciudad es el hábitat colectivo, o se ha perdido. Pero en un pueblo chico, si hay uno que se sale de la banda y todo el mundo lo ve, hay un control social y queda señalado. Esa presión social ayuda a determinadas cosas. Tengo que tener un plan maestro organizado lo más científicamente posible, pero hay otros detalles que la geografía de cada municipio irá decidiendo. Acá en la zona rural la recolección de basura no es igual que en Malvín. Tiene que ser distinta porque hay otro tipo de población y otro tipo de basura. Pocos lo saben, pero uno de los desperdicios más importantes que generan las chacras de Montevideo es el nailon del invernáculo cuando se pone viejo. Y es un volumen enorme que hay que depositar en algún lado. Entonces, el diseño territorial tiene que ser diferente pero con la misma filosofía. Unidad y diversidad.

-Cuando aceptó la candidatura puso dos condiciones: que la campaña fuera fuertemente frenteamplista y que el equipo de gobierno no dependiera de la cuota política sectorial.

-Que la campaña sea frenteamplista es una condición sine qua non del FA. Vamos con un programa único que elaboramos entre muchos compañeros. Después están los énfasis, la personalidad, todas esas cosas cuentan en la gestión. Queremos evitar enfrentamientos, confrontaciones, comparaciones que no conducen a nada, porque a veces subestimamos a la gente y la gente es inteligente para darse cuenta de qué le conviene más.

-¿Le sorprendió el apoyo de Constanza Moreira a Daniel Martínez?

-Nos reunimos con Constanza Moreira junto con la diputada Ivonne Passada [MPP]. En ese momento no tenía una definición. Después me reuní con la gente de Magnolia y había un fuerte rumor de que iban a proponer un candidato que tenía nombre y apellido, un compañero muy calificado también. Y a mí me parecía bien, porque abre el juego, pero se ve que finalmente decidieron otra cosa y está bien, está en la libertad del FA.

-¿Pero le preocupa que la campaña se polarice entre dos candidaturas?

-Si no estamos alerta, se corre el riesgo. Por lo menos yo voy a estar con los ojos bien abiertos para que eso no suceda. La campaña tiene que ser frenteamplista y el equipo de gobierno tiene que representar al FA, no es ni una matemática relacionada con los votos que sacó cada uno ni una visión totalmente despegada, porque los compañeros trabajaron para conseguir votos y hay un resultado. Es una cosa que tiene que ir por el medio, donde se puede contemplar las dos cosas. Ésa es la mentalidad frenteamplista. Es más, le voy a llevar una propuesta a Daniel Martínez. La figura del intendente tiene cuatro suplentes que también tiene que votar la Departamental. Le voy a proponer que los cuatro suplentes sean los mismos, no importa el orden, de repente con órdenes diferentes. Pero aunque el orden sea diferente les estamos diciendo a los que nos van a acompañar que ésta es una propuesta de unidad y la graficamos en una cosa que duele. Estoy segura que Daniel la va aceptar.

-¿Debatiría con los candidatos del Partido de la Concertación, Álvaro Garcé y Luis Alberto Ney Castillo?

-No soy de las personas que creen que todo pasa por los debates. No lo he resuelto todavía, es una de las cosas que quiero hablar con Daniel, porque de darse, quiero que sea en equipo. El escenario de poner todos los candidatos en la mesa y que se discuta no sé si sirve, pero lo que sí voy a hacer es trillar todos los barrios de Montevideo, porque ese diálogo con el vecino es crucial. No es lo mismo que te la cuenten a que la veas.

-¿Qué se puede hacer con el tema del transporte?

-En Uruguay se venden 180 autos nuevos por día, de los cuales 60 vienen a parar a la capital. El parque automotor se ha ido para arriba gracias a los chinos, que nos venden unos autitos y motitos baratos. Esto se está transformando en una de esas ciudades que son un caos por momentos y en determinados horarios. Que al país le vaya bien y que haya más circulación lo aplaudo. Ésos son los dolores del crecimiento. Prefiero tener los accesos a Montevideo y la Perimetral repleta de camiones y no vacía. Esta ciudad tiene un problema: acorraló al puerto. Si llego a tener la oportunidad de gobernar, me gustaría discutirlo con el futuro ministro de Transporte y Obras Públicas, Víctor Rossi. Hay que buscarle una solución a ese acorralamiento del puerto, que por la vía de la logística se ha ido corriendo hacia el oeste. Es bueno que esas extensiones se planifiquen, se organicen y que no sean sólo producto de las necesidades inmediatas. El transporte público tiene que ser lo suficientemente atractivo para que al ciudadano le sirva, para que vaya toda la semana a trabajar en ese transporte y use su vehículo personal para salir los fines de semana con la familia. Es un desafío muy grande. Son decisiones de largo plazo. Me pregunto, si ha habido un cambio de la matriz energética del país, por qué no pensar qué viabilidad tienen el tranvía eléctrico y el tren de cercanía. Son medios de transporte limpio y que pueden tener un diseño interesante. Mariano Arana, que sabe mucho de esto, sostuvo que Montevideo no admitía un subterráneo por la composición del subsuelo. Hay que chequear eso y si se sigue descartando, ver los tranvías. Hay que conversar con AFE, porque hay un montón de gente de la zona metropolitana que viene a trabajar a Montevideo, y que si el servicio de AFE tuviera otra frecuencia y otra velocidad, y si se pudiera llevar una bicicleta, le podría ser muy útil. Hay todo un cambio de actitud del usuario del transporte, y la oferta tiene que ser muy atractiva. Hay ciudades donde el boleto es gratis, pero tampoco te dejan usar tu auto. ¿Pero el uruguayo se banca eso? Éstas son las cosas que municipio a municipio tenemos que discutir, porque no es lo mismo el volumen de habitantes que tengo en Pocitos que el que hay en Rincón del Cerro.

-En la recorrida por los barrios que recién prometió, ¿la va a acompañar Mujica después del 1º de marzo?

-Quiero dejar bien claro algunas cosas. A partir del 1º de marzo Pepe pasa a ser senador y por lo tanto está habilitado a militar nuevamente en el partido político. Pero él va a acompañar a las 19 ofertas departamentales. En Montevideo nos acompañará y nos va a ser útil a Daniel y a mí, porque es un interlocutor que notoriamente la gente quiere.

-¿Cómo sería su relación con la Asociación de Empleados y Obreros Municipales?

-Estoy convencida de que en cualquier institución tenés algo decisivo, que es el funcionariado. No podés hacer nada sin ellos. Yo creo en los sindicatos -lo digo así, descarnadamente- y creo que es mucho mejor tener un interlocutor válido que eligieron los trabajadores y no tener que ir a negociar con el primero que se me cruce. El relacionamiento con el sindicato del lugar donde vas a estar es una cuestión básica. Estoy pensando en el director de Recursos Humanos que sería necesario. Tiene que ser alguien que crea en el sindicalismo y que tenga una oreja receptiva. El perfil lo tengo, pero tengo que ponerle nombre y apellido. Hay algunas responsabilidades que ya tengo pensadas e incluso he empezado a hablar con algunos compañeros para ver si están dispuestos a acompañarme. Ayer [por el lunes] tuvimos una reunión del grupo de los ocho, vamos a formar un comando de campaña, y les pedí a los sectores que propongan nombres.