Debido al éxito de la convocatoria realizada en 2014, a la que se presentaron alrededor de 30 empresas, la DNE decidió extender durante 2015 la convocatoria que otorga beneficios a las empresas que presenten medidas de eficiencia energética. Tal como lo anunció el miércoles el ministro de Industria, Energía y Minería, Roberto Kreimerman, el programa se sustentará con 7,5 millones de dólares que se usarán para una “reducción temporal” -igual al ahorro que hayan logrado- de la factura eléctrica de aquellas empresas industriales que hayan implementado algún tipo de medidas que haya contribuido a hacer más eficiente su consumo eléctrico.

El año pasado, en la primera convocatoria del programa, se presentaron 33 empresas, 31 de las cuales finalmente obtuvieron las reducciones tarifarias. Entre las beneficiarias se encuentran frigoríficos, molinos, empresas de la industria láctea, de la bebida, de la industria textil, del papel y la celulosa, de la química, el caucho y el plástico, y otras manufactureras. Las empresas presentaron diferentes medidas de eficiencia energética, entre ellas “la instalación de fuentes de iluminación de bajo consumo, el mejoramiento en la generación de vapor y de calor, la eficiencia de los quemadores, una mejor gestión de las cadenas de frío y de los motores, la capacitación a los funcionarios para que mejoren sus prácticas diarias y, asimismo, en las líneas de la operativa”, dijo Méndez.

Crece y aprieta

Según la DNE, los programas dirigidos al sector empresarial se explican por el hecho de que en la última década el país ha visto un “crecimiento importante” del consumo energético del sector industrial, que se ha convertido en el principal demandante.

Según las últimas cifras disponibles, en 2013 la industria demandó 35% de la energía total, mientras que el transporte gastó 30%, los hogares 20%, el sector comercial, junto a los servicios y el sector público, 8%, y la agricultura, pesca y minería, 6%. Diez años antes, en 2003, el transporte lideraba el consumo nacional, consumiendo 31%, seguido de cerca por los hogares, que demandaban 30%. En aquel momento el sector industrial representaba apenas 21% del consumo total, proporción que ha ido en aumento y que dio un salto sustancial entre 2007 y 2008, cuando pasó de 23% a 33%, en sintonía con una disminución del consumo residencial.

“La idea era que cuantas más cosas hayan hecho, mayor iba a ser el beneficio, y para eso implementamos un sistema de evaluación al que las empresas accedieron para saber qué medidas tomar y cómo implementarlas”, explicó. A modo de control, la DNE formó a sus funcionarios propios como técnicos evaluadores independientes que, mediante indicadores en eficiencia energética, analizaron las medidas y el monto de ahorro correspondiente en las empresas que se presentaron. Días atrás, al finalizar esta etapa, la DNE envío a UTE los resultados para que el ente realice los descuentos correspondientes a cada industria, que serían proporcionales a la reducción anual del consumo eléctrico logrado, pero con un máximo definido en 15% del valor de energía facturado en el mes.

Como resultado de las medidas implementadas en 2014, las empresas obtuvieron en promedio una reducción equivalente a 8% de su consumo anual, aunque en la evaluación individual “algunas llegaron hasta un ahorro de 30%”, puntualizó Méndez. De acuerdo con los cálculos y el límite establecido, se estimó que el monto para otorgar las reducciones tarifarias ascenderá a 1,8 millones de dólares que se instrumentarán por medio de una devolución económica en la factura eléctrica mensual del emprendimiento durante seis meses consecutivos, “en función de la energía evitada”, explicó. “En realidad, el beneficio es doble: por un lado, por el ahorro neto; por otro, por el de la tarifa después de haber ahorrado”, agregó.

En 2015 el programa ampliará su presupuesto a 7,5 millones de dólares, ya que se pretende generar una participación mayor. Por un lado, además de las grandes empresas se incluirá a las pequeñas y medianas, que verán facilitada su postulación al programa al recibir, además de estos beneficios, apoyo técnico específico para la realización de sus planes de eficiencia, ya que “muchas veces no cuentan con los técnicos para realizarlos por sí mismas”, explicó Méndez.

La nueva convocatoria se presentará en febrero y los emprendimientos se podrán postular con medidas que hayan desarrollado durante 2014 y con las que pretenden implementar en 2015.

Hay más

Además de este programa para las empresas industriales, la DNE dispondrá durante 2015 de cuatro nuevos programas que no necesariamente están diseñados para el sector empresarial. Uno de ellos trata de “un crédito para el ahorro de energía” que funcionará como un instrumento para “apalancar inversiones de eficiencia energética” tanto de empresas como de hogares. El monto disponible para este programa será de 3,5 millones de dólares que serán financiados mediante el Fideicomiso Uruguayo de Ahorro y Eficiencia Energética, establecido por la Ley 18.597, por el que las empresas que venden energía (UTE, ANCAP y otras privadas, como Supergás y Montevideo Gas) están obligadas a aportar 0,17% de su recaudación anual.

Por otro lado, el mismo fideicomiso servirá para financiar auditorías en empresas para “identificar dónde están las oportunidades de ahorrar energía”. Según explicó el director de Energía, el Estado aportará dos tercios del monto, y el resto lo cubrirá la empresa, que podrá ser de “cualquier tipo y tamaño”.

Otra medida en la que se trabaja es el etiquetado de eficiencia energética en electrodomésticos y automóviles; se estima que estará disponible en el transcurso de este año. Por último, se implementará un “sistema de garantías” con el mismo objetivo de los programas mencionados, que pretende “dar préstamos a inversiones en eficiencia energética a tasas de interés muy bajas”, culminó Méndez.