La futura ministra de Desarrollo Social, Marina Arismendi, se manifestó en entrevista con el diario El País contraria a la suspensión de la asignación familiar a aquellos hogares que no envíen a sus hijos a la escuela o el liceo. La medida de suspender las asignaciones familiares por este motivo se tomó por primera vez en 2013, en una iniciativa que surgió del Banco de Previsión Social y tuvo el apoyo de los ministerios de Desarrollo Social y de Trabajo y Seguridad Social.

Arismendi evaluó en la entrevista que la suspensión supone “culpabilizar” a los beneficiarios. “¿Por qué la gente está en la situación que está? ¿Tiene la culpa? La contraprestación lo que hace es culpabilizar, yo te doy esto pero entonces me tenés que cumplir en esto y en lo otro”, declaró. Y agregó: “¿A los que tienen más, los que nacieron en una cuna de oro, qué contraprestación les estoy pidiendo?”. Dijo que la penalización supone que “yo soy buena y estoy por encima y como tú sos pobre, salvo mi alma una vez por año y te llevo ropita usada y me siento fantástica porque soy una persona buena. Y tú me tenés que dar las gracias y todo. No, no es así”.

Las críticas de la oposición, que hizo de éste un tema de campaña el año pasado, no tardaron en llegar. El diputado nacionalista Pablo Abdala dijo a la prensa que Arismendi no puede eliminar las contraprestaciones porque estaría “violando la ley”, y que éstas “no son una carga”, sino “parte de las ayudas y de las políticas que el Estado debe impulsar para que esos compatriotas salgan de la situación de exclusión”. El senador del Partido Independiente Pablo Mieres valoró como “muy grave” el planteo. “No se trata de castigar sino de presionar a las familias que no envían a sus hijos a estudiar o al médico para que efectivamente lo hagan”, dijo a El Espectador. Por su parte, el senador colorado Alfredo Solari declaró a El País que las afirmaciones de Arismendi son “un disparate” desde el punto de vista “político y técnico”. Remarcó que los “programas de transferencias condicionadas” son “efectivos para que la familia supere su situación de desventaja, siempre y cuando se logren esas mejoras en salud y educación”.

Juan Pablo Labat, director nacional de Evaluación y Monitoreo del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), dijo a la diaria que la iniciativa de la penalización surgió “porque había una demanda fuertísima del sistema político y de la gente de que se controlara” el cumplimiento de las contraprestaciones. De todos modos, en entrevista con el programa Suena tremendo de El Espectador, Labat recordó que el cumplimiento de las contraprestaciones siempre se controló y que lo nuevo consiste en que ahora se dispone de un sistema de información integrado que permite tener un diagnóstico.

“Algunos aventuramos desde antes que esto [la penalización] no iba a servir para mucho, pero también era una conjetura osada de nuestra parte”, comentó Labat a la diaria. Explicó que el impacto del sistema de asignaciones en la escolarización oscila entre 2% y 8%; esto significa que en un mismo estrato social, los niños de hogares que cobran asignación asisten 8% más que los niños de hogares que no cobran. Además, hizo notar que el dinero de la asignación “es muy poco como para cubrir el costo” de que el niño o adolescente esté estudiando: “Es muy bajo como para que pienses que [percibir la asignación] va a lograr reinsertarlo”. Aclaró que no se dispone de datos definitivos respecto de la efectividad de la penalización, pero que aproximadamente, a nivel de secundaria, entre 15% y 20% volvió al liceo tras la suspensión del cobro.

Por otra parte, remarcó que la población que recibe asignaciones “no trabaja menos que el resto de la población” y que las transferencias para estos hogares suponen como máximo 20% de su ingreso. “Nadie en este país vive de transferencias, y si viviera de transferencias, ya habría muerto”, afirmó. Sostuvo que “hay que dar una batalla cultural importante” para cuestionar la idea de que “el país gasta mucha plata en los pobres”. “Gasta mucho más en otros estratos sociales que en los pobres, y alguna vez lo vamos a demostrar con números”, aseguró.