En la mañana del viernes, la jueza penal Beatriz Larrieu y el fiscal penal Carlos Negro allanaron la casa del coronel retirado Elmar Castiglioni e incautaron 60 cajas de documentos con “voluminosa información sobre la dictadura”, según informó en un comunicado la Fiscalía General de la Nación. El operativo se realizó en el marco de la causa que investiga el homicidio de Fernando Miranda, y el dato sobre la ubicación de los documentos lo aportó ante el juzgado Javier Miranda, hijo del escribano cuyos restos fueron encontrados en marzo de 2006.
La causa estaba paralizada por falta de elementos para continuar la investigación, explicó a la diaria la jueza Larrieu, que informó que Javier Miranda presentó un escrito “la semana pasada” en el que afirmaba que tenía información sobre la existencia de documentos en la casa de Castiglioni. Entre las 9.30 y las 14.00 del viernes se incautaron 60 cajas de documentos, entre los que hay materiales teóricos, documentos de época, muchos disquetes y casetes. “No había nada sistematizado”, explicó la jueza, lo que no permite afirmar que los documentos sean de un archivo en particular, por ejemplo, del Servicio de Inteligencia de Defensa (SID) o del Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA).
Las cajas están lacradas y custodiadas hasta que la jueza resuelva, durante la jornada de hoy, qué institución se encargará de analizar y clasificar todos los documentos. Una de las opciones es que lo analice el equipo de historiadores de la Secretaría de Derechos Humanos para el Pasado Reciente de Presidencia de la República. “Veremos si hay algo”, se limitó a decir la jueza.
Castiglioni pertenecía al arma de Ingenieros del Ejército y fue subdirector del Centro de Altos Estudios Nacionales y jefe de la Dirección Nacional de Inteligencia del Estado. Era sobrino del ex director de Inteligencia Policial durante la dictadura, Víctor Castiglioni, y hace pocos días había fallecido, con 62 años. En 2006 había sido relevado de su cargo en la Dirección Nacional de Inteligencia.
Lo que faltaba
Azucena Berrutti, ministra de Defensa Nacional del primer gobierno del Frente Amplio (2005-2008), dijo a la diaria que no tiene dudas de que el material encontrado en el domicilio de Castiglioni es la parte que faltaba del archivo de inteligencia militar hallado durante su gestión, en 2006. En aquel momento se encontraron en un inmueble del Ministerio de Defensa Nacional, donde anteriormente funcionaba el Centro General de Instrucción de Oficiales de Reserva (CGIOR), 1.144 rollos microfilmados con información sobre los detenidos desaparecidos durante la dictadura e informes de personas detenidas en el Penal de Libertad. La documentación fue digitalizada y clasificada, en un proceso que culminó en 2010, y fue entregada al Archivo General de la Nación. “Nosotros siempre estábamos trabajando para encontrar información que permitiera saber cómo habían sido tantas cosas que pasaron. Llegamos a aquella actividad que hicimos en el CGIOR, donde funcionaba la escuela de inteligencia. Allí fuimos a buscar y retiramos un montón de archivos. Entonces, cuando vimos esos archivos, se comprobó que no estaba completo el material; teníamos que seguir buscando a ver qué había pasado”, relató Berrutti.
En enero de este año, el semanario Brecha publicó que durante la gestión de Berrutti se realizó un trabajo de contrainteligencia para detectar la parte faltante de aquel archivo y se llegó a la conclusión de que un coronel de inteligencia en actividad la había ocultado en su domicilio particular. “La contrainteligencia estaba, en enero de 2008, en condiciones de allanar la casa del coronel -ya en situación de retiro-” cuando se produjo la situación política que determinó la renuncia de Berrutti, informó el semanario. Brecha relata que la ministra saliente comunicó esta situación al presidente Tabaré Vázquez, pero que a partir de entonces, sus sucesores, José Bayardi y Eleuterio Fernández Huidobro, no continuaron la investigación. Consultada por la diaria respecto de si ella conocía, al momento de dejar su cargo, que los archivos faltantes estaban en la casa del militar Castiglioni, Berrutti lo negó y acotó que “no era tan fácil”, aunque confirmó que tras su salida de la cartera no se avanzó en la causa. “Dijimos: el material no está completo y tenemos que seguir trabajando para ver dónde está. Hay un hecho: yo me fui y la cosa se paró. Yo tuve que dejar el ministerio y después no pasó más nada. Para saber cuáles son las razones, habría que preguntarles a las personas. O incluso al actual ministro: ¿por qué no hace nada? Porque si él hubiera querido, para él hubiera sido, pienso yo, muy sencillo. A lo mejor hay razones importantes que uno no conoce”, señaló. En enero, cuando se publicó el artículo de Brecha, Bayardi envió una carta al semanario en la que sostiene que “nunca, ni como subsecretario, ni como ministro de Defensa Nacional”, tuvo “conocimiento de un expediente de contrainteligencia”.
Respecto de qué tipo de documentación es la que se halló el viernes, Berrutti estimó que el archivo arrojará luz sobre “todo el proceso de integración al Plan Cóndor” y sobre “situaciones que derivaron en la muerte o desaparición de ciudadanos del país, cómo se hacían los procedimientos, cómo se determinaban las personas. Todo ese tema tan insoportable vinculado con los desaparecidos. No se puede entender que las personas vinculadas con los hechos no hayan dado una explicación a tantas personas que han sufrido tanto”.