Payasos Medicinales se formó en 2010 y está integrado por 12 personas que tienen en común la formación en la técnica de clown, de payaso de teatro, explicó a la diaria Agustina Pezzani, que integra el grupo desde el comienzo y que con 23 años es la más joven. Dos veces por semana, van al Hospital de Clínicas; se organizan en duplas o en tríos de payasos, y visitan uno o dos pisos por día. Así recorren los 19 pisos del gigante universitario, la emergencia y el Centro Nacional de Quemados. La música -varios payasos tocan instrumentos musicales- y la improvisación son claves en las intervenciones. Antes de ir a las salas pasan por la enfermería y preguntan si hay algo en especial que tengan que saber. Cada vez reciben información sobre el estado de ánimo de algunos usuarios, y la sugerencia de que visiten a tal persona porque está muy triste o de mal humor; eso les da la pauta de que están siendo cada vez más reconocidos por el equipo de salud.Buscan sacar al usuario del rol de paciente y apuntan a su participación activa. “Muchas veces, apenas la persona ve entrar al payaso, sugiere algo. Dice ‘ah, yo sé cantar’ o te recita una poesía. El protagonismo no está puesto en el actor. Hay una vuelta de rosca en cómo es el trabajo escénico de estos actores en un espacio tan particular como el hospital. El protagonismo no está puesto en el payaso, sino que el payaso es el puente que habilita a que la persona se potencie, se exprese, a que sea un espacio para que desarrolle lo que tenga ganas: contar un cuento, cantar una canción. El foco está puesto en esa otra persona; nosotros somos la excusa, lo que genera la posibilidad”, transmitió Pezzani. El vínculo es de ida y vuelta. La entrevistada dice que muchas veces, cuando escucha “ay, qué lindo lo que dan”, ella retruca que lo que da lo recibe multiplicado “por 500”.

Calidez y calidad

Eligieron el Clínicas “por ser hospital universitario, público, uno de los más grandes del país”, dijo la entrevistada. Fue “una decisión política”, aseguró Pezzani, y señaló que “trabajar con los futuros médicos genera una forma de interactuar que abre posibilidades a futuro. “No sólo hacer una intervención en un hospital, sino apuntar a un cambio de paradigma hacia otra manera de concebir la salud”. El grupo defiende el concepto de salud “como un hecho integral, como un estado biopsicosocial del que las emociones son parte”, y considera que el hecho de que durante su proceso de formación los estudiantes vean payasos en el hospital es una forma de “ir entrando”. “No es una terapia en sí misma”, advirtió Pezzani. “Apuntamos a que sea una propuesta complementaria a la atención en salud”, que fortalezca “la parte más humana, el vínculo, que en un hospital tan grande como el Clínicas se ve reducido y queda más en ‘el hombre de la cama 5’ que en ‘Ramón de Tacuarembó’. Se trata de encontrar el aspecto más humano de la historia de la persona”. Saben que oxigenan los espacios que visitan y todo pasillo por el que pasan. Aspiran a que su trabajo sea “una herramienta para los trabajadores del hospital, las tensiones que se viven, los roles, las jerarquías; todo el sistema hospitalario tiene una forma de funcionar que va hacia dinámicas muy tensas”, comentó.

El grupo cuenta con el apoyo del departamento de Psicología Médica del hospital. Pezzani apunta que esto “ha sido fundamental, porque no todo el mundo acepta dentro de la medicina este tipo de propuestas complementarias”. Aun así, marca que todavía no trabajan “de manera complementaria ni en diálogo constante con el personal: es algo que está por explorar”. Mencionó ejemplos de países como Argentina, Brasil e Israel, donde la función de los payasos de hospital está mucho más integrada al sistema de salud. De hecho, en la provincia de Buenos Aires se aprobó una ley para que todos los hospitales pediátricos de la provincia incluyan un payaso de hospital en su servicio.

En crecimiento

El grupo ha trabajado de manera profesional y constante, pero honorariamente; como mucho, ha recibido aportes de empresas para costear viáticos. Mientras que en otros países los payasos son asalariados de las instituciones de salud, ellos buscan una financiación para consolidarse y trabajar en otros centros de salud pública y privada.

Al tiempo que es una forma de celebrar estos cinco años, el libro es una vía para comunicar, puertas afuera del hospital, lo que hacen. Pero también apuntan a generar ingresos para el proyecto. Vienen bien. Financiaron la publicación mediante crowdfunding, por medio de una plataforma web que recibe aportes colectivos. Contaron con el apoyo de varios países y organizaciones, y alcanzaron 115% de la meta. Todos los que escribieron, ilustraron y editaron el libro participaron en forma honoraria. Lo que recauden servirá para esa base a la que apuntan. El libro se presentará el domingo a las 17.00 en la Feria del Libro y el miércoles 7 a las 10.30 en el Clínicas.