La ministra de Educación y Cultura, María Julia Muñoz, anunció ayer durante el Consejo de Ministros la renuncia del subsecretario de la cartera, Fernando Filgueira. El jerarca permanecerá en su cargo hasta que se designe a un sustituto. El alejamiento del subsecretario se produce tres días después de que el entonces director nacional de Educación, Juan Pedro Mir, dejara su cargo a pedido de Muñoz, tras haber afirmado en el último plenario del Frente Líber Seregni (FLS) que no están dadas las “condiciones políticas” para cambiar el ADN de la educación, eslogan propuesto por el presidente Tabaré Vázquez para representar la transformación educativa que se quiere alcanzar en este período.

Si bien el decreto del presidente en ejercicio, Raúl Sendic, aún no estaba firmado al cierre de esta edición y se manejaron varios nombres para suceder a Mir, el nombre por el que se inclinaron los jerarcas para ocupar la Dirección Nacional de Educación sería el de Rosita Angelo, profesora de Historia egresada del Instituto de Profesores Artigas con una maestría en Educación por la Universidad Ort, y directora del Centro Regional de Profesores del Centro del país.

Desde el entorno de Mir dijeron a la diaria que con sus dichos de la semana pasada, el ex jerarca apuntaba a la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) y más concretamente a su presidente, Wilson Netto. Según dijo la fuente, en el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) y la ANEP existen “dos visiones de qué cambiar y cómo”. Una de ellas es defendida principalmente por jerarcas del FLS y del Partido Socialista (PS) y sostiene que existe una “crisis estructural” del sistema educativo que se solucionaría, entre otras, con las medidas que planteó Mir en la carta en la que explicó su renuncia (ver ladiaria.com.uy/articulo/2015/10/cual-es-tu-problema/).

La fuente puntualizó que la ANEP, y especialmente Netto, quieren evitar conflictos con los sindicatos de la educación, analizan en forma distinta lo planteado por el programa del Frente Amplio (FA) y entienden que los cambios deben gestionarse descentralizadamente y territorio por territorio, mientras que desde el MEC plantean que se deben generar con un fuerte impulso central.

Muestra de ese distanciamiento es también, según explicó la fuente, que en estos meses el ministerio y el ente autónomo no lograron construir una agenda conjunta; uno de los escollos ha sido que Netto cuenta con el “respaldo personal” del presidente Vázquez, y ni siquiera una jerarca de la máxima confianza del mandatario, como Muñoz, pudo limar las asperezas generadas desde marzo.

Antes de comenzar su actual gestión, el MEC encabezado por Filgueira planteó otros nombres para la integración del Consejo Directivo Central de la ANEP (Codicen) que no fueron tomados en cuenta por Vázquez, quien prefirió continuar con Netto, designado presidente del Codicen por el ex presidente José Mujica.

Al centro

Si bien desde el MEC niegan que las diferencias planteadas sean personales y dicen que son a causa de proyectos políticos distintos, ésa es la versión de varios de los jerarcas de la ANEP y sus consejos desconcentrados, que niegan diferencias de proyecto. En diálogo con la diaria, el representante de los trabajadores en el Codicen, Néstor Pereira, evaluó que el vínculo entre ambas instituciones se desarrolló “dentro de los parámetros normales de la ley” y que en el marco de la coordinación del sistema a cargo del MEC, se generaron “los intercambios necesarios”, respetando la autonomía de la ANEP.

Pereira dijo que no presenció ninguna instancia en la que se plantearan tales diferencias de proyecto político, y explicó el desarrollo de la autonomía en el territorio que pretende implantar la ANEP. Pereira habló de “potenciar los territorios”, “generar políticas de enlace de carácter universal” generalizar instrumentos de políticas focalizadas y “fortalecer al Codicen como un órgano coordinador y definidor de políticas, junto con los consejos desconcentrados”. También dijo que se plantea que cada consejo de la ANEP pueda “potenciarse regionalmente” para ver cuáles son “las mejores respuestas que se pueden dar desde el territorio” y de esa forma no perder “la riqueza” que docentes y centros educativos han generado. La ANEP también plantea que el docente sea “el protagonista de los cambios” y “no un mero ejecutor”.

El representante de los trabajadores en el Codicen también lamentó la renuncia de los jerarcas, porque no desea que ninguna persona que asuma una responsabilidad renuncie al poco tiempo, “dando la sensación de que ha fracasado”. Pereira consideró que esta situación genera “tensión”, y espera que el gobierno pueda “bajar los decibeles y generar confianza en todo el sistema educativo”.

La otra representante docente en el Codicen, Teresita Capurro, había renunciado a su cargo en agosto, en rechazo al decreto de esencialidad de los servicios educativos.

Efectos colaterales

La renuncia de Filgueira dividió las aguas en la interna del FA y también generó debates en sectores como el PS: la senadora Mónica Xavier no ocultó su “enorme preocupación” por el tema, y dijo que no es bueno “seguir teniendo dificultades en un área que tiene un componente importante de complejidad. Cualquier alteración de esta naturaleza complejiza un tema en el que todos los esfuerzos son imprescindibles para tratar de mejorar en el menor tiempo posible”. Xavier pidió que se recupere la “conformación” del equipo educativo.

Otros dirigentes socialistas respaldaron a Filgueira, entre ellos Daniel Arbulo, coordinador de Economía Social y Solidaria de la Intendencia de Montevideo: “Perder el aporte de un experto como Filgueira es una pérdida”, afirmó, jugando con lo dicho ayer de mañana por Muñoz (ver “Todo se transforma”).

Pero Roberto Chiazzaro, del ala garganista del PS, criticó fuertemente al jerarca saliente: “Sería bueno pensar en un cambio del ADN de la educación que tenga una posición distinta a la que ha prevalecido, con gente que no esté vinculada al pensamiento de [Germán] Rama”.

La diputada nacionalista Graciela Bianchi coincidió en que Filgueira “usa el lenguaje de la reforma de Rama”, aunque a diferencia de Chiazzaro defendió al jerarca renunciante. “La explicación no es técnica, sino política. Su renuncia es porque, evidentemente, no va a venir ninguna reforma”, aseguró la legisladora, que dijo que el “estallido” en la educación es algo que va a suceder. Según Bianchi, era “evidente” que existían problemas graves entre el equipo de educación del MEC y el de la ANEP, el primero con una impronta “reformista” y el segundo en contra de ésta, con Netto a la cabeza. “Cayeron otras fichas más del FLS y ahora vamos a estar varios años igual, con la educación en decadencia”.

En la interna del FA las opiniones abundaron. El dirigente del FLS Esteban Valenti ironizó sobre los dichos de Muñoz en Twitter y se preguntó si “ella aceptó un vice descartable e inútil. ¿Eso es compañerismo?”. En cambio, la senadora Ivonne Passada (Movimiento de Participación Popular) se mostró más crítica con el accionar de Filgueira y Mir. “Cuando sos parte de un gobierno, sos parte de un proyecto global”, expresó la legisladora, y agregó que “las manifestaciones que se realizaron [en referencia a Mir], más allá de que hayan sido en un ámbito político, no dejan de ser opiniones que pueden dejar comprometido al gobierno”. Según Passada, “las propuestas de proyecto educativo no pueden estar en cuestión cuando estás en el gobierno”, teniendo en cuenta que un congreso de la fuerza política “laudó” las políticas en la enseñanza. “Vos podés cuestionar cómo se aplica o no el modelo, pero no podés estar en contra del modelo”, opinó, asegurando además que en este ámbito es necesario tener una mirada “no solamente técnica, sino también política” y ser “muy cuidadoso” con la autonomía en la educación.

Respaldo opositor

Muchos dirigentes de la oposición criticaron la “soberbia” con la que actuó Muñoz ante las renuncias de Mir y Filgueira (este último era fuertemente respaldado por blancos, colorados e independientes). Interpretaron que el hecho político significa un fracaso en el proyecto educativo del gobierno de Vázquez y aprovecharon la situación para pedir un nuevo acuerdo por la educación, que trascienda las fronteras partidarias. Uno de los impulsores de esta idea fue el colorado José Amorín Batlle, que consideró la renuncia de Filgueira una “pésima noticia”. “Desde todas las tiendas teníamos esperanzas tanto con Mir como con Filgueira, habiendo coincidido en varios diagnósticos que hicieron sobre la educación”, dijo. En tanto, el senador del Partido Independiente, Pablo Mieres, escribió en Twitter que la renuncia del jerarca “es la culminación de la decepción. Ya no se puede tener expectativas de cambio en la educación”. Según Mieres, esta situación es una “traición” a lo que el FA anunció que haría en materia educativa. “Mintieron en la campaña electoral para ganar votos”.

Todo se transforma

Para la ministra Muñoz, ni ella ni el país “se pierden nada” con las renuncias de los jerarcas, porque nadie en el MEC es imprescindible. Pese a que no hubo voceros luego del Consejo de Ministros, Muñoz fue interceptada por varios medios de prensa a la salida y declaró que la reforma en educación no está en riesgo porque es la ANEP la que la llevará adelante y dicho organismo cuenta “con todos sus cuadros dirigentes”. Muñoz dijo también que el nombre de quien encabezará la Dirección Nacional de Educación ya está definido, pero no se conocerá oficialmente hasta que el decreto de nombramiento esté firmado por Sendic. En el caso del sucesor de Filgueira, será definido una vez que Vázquez vuelva al país de su gira por Europa y Japón.