Las Mesas de Desarrollo Rural son un espacio de diálogo entre técnicos especializados, organizaciones sociales y productores rurales, en las que una vez por mes se discuten aspectos de relevancia para el desarrollo de la actividad rural y la inclusión de todos los actores productivos. Un estudio llevado a cabo por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) en Uruguay, a pedido del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, investigó sobre el funcionamiento y las formas de estas mesas, y la diaria conversó con la encargada de su coordinación, Clara Villalba, técnica en Desarrollo Rural y Territorio del IICA.
Las mesas nacieron en 2001, impulsadas por el Programa Uruguay Rural, pero rápidamente dejaron de funcionar por la inestable base institucional y la crisis que azotaba al país en esos momentos. Con un mayor impulso, se volvieron a armar en 2005, al paso en que se avanzaba en la Ley 18.126, de descentralización y coordinación de políticas agropecuarias con base departamental, promulgada finalmente en 2007, promoviendo la instalación en cada mesa de un equipo territorial fijo. La ley estipulaba la creación de al menos una mesa por departamento, pero dado su éxito, al día de hoy funcionan 42.
El estudio parte de la intención de analizar “la diversidad de formas y el funcionamiento” de las mesas y sólo comprende la perspectiva de los equipos territoriales. Para una segunda fase, Villalba aspira a cubrir la mirada de los productores y de las organizaciones sociales. Las mesas sesionan una vez por mes, con fechas fijas o itinerantes, y con equipos de cuatro a cinco técnicos agrarios y sociales, según las necesidades de cada territorio. Los temas tratados surgen por propuestas de la sociedad rural y son moderados por los equipos técnicos, quienes velan por que nadie monopolice la palabra. El éxito de la iniciativa uruguaya responde, sobre todo, a “la libre interpretación” que se le da a cada territorio para llevar el instrumento a la práctica. “Lo principal es que uno sale al campo a ver la realidad y no a que la teoría encaje en la realidad; ésa es la diferencia más grande, que no se parte de prejuicios, sino que se hace un estudio para tratar la complejidad de la realidad rural y, después de haber encontrado cierta pista de cómo abordarlo, se busca soporte en alguna o varias teorías”, afirmó la técnica del IICA.
Este instrumento de desarrollo rural es, según Villalba, el “más fuerte y descentralizador que tiene el país”. También contó que es “visto con mucho interés” en la región, y que diversos países se han pronunciado a favor de adecuar su funcionamiento a sus propias realidades.
El documento de análisis se llama “Estudio de las Mesas de Desarrollo Rural en Uruguay como innovación institucional para la participación y la inclusión” y se presentará hoy en el Edificio Mercosur a las 15.30.