Diez ex trabajadores de Greenfrozen se encadenaron ayer en la planta en Bella Unión para impedir el desalojo solicitado por el dueño de la empresa, Jorge Rottemberg. Los trabajadores ocupan la planta desde febrero, como forma de cuidar la mercadería (hay dentro 380 kilos de alimentos congelados), la planta y la maquinaria allí instalada, ya que consideran que su venta sería la única forma de cobrar los créditos laborales, que ascienden a 1.000.000 de dólares. Rita Traba, dirigente del sindicato de trabajadores de Greenfrozen, explicó a la diaria que se pidió más tiempo para concretar el desalojo porque “la parte que pedía que se ejecutara no se podía hacer responsable de la planta”. En dos juzgados distintos se procesan, por un lado, el pedido de desalojo por parte de Rottenberg, y por otro, el pedido de amparo contra la medida presentado por los trabajadores. 150 personas quedaron sin trabajo con el cierre de la planta, 63% de las cuales son mujeres.