“En lo conceptual somos de la idea del desarrollo de la economía social, porque contribuye a la transformación de las estructuras económicas y sociales. Los que queremos ir hacia una sociedad con otras relaciones sociales tenemos que demostrar en esta sociedad capitalista que se pueden desarrollar relaciones eficientes en un marco que no es el de la explotación y la opresión”, comenzó diciendo Civila. El diputado agregó que desde “el campo popular” hay que “internalizar” eso y superar “algunos viejos prejuicios”, como el de que la economía social responde a “expectativas pequeñoburguesas”.

Civila también afirmó que la economía social que quiere no es “una economía de pobres para pobres”, y cuestionó el pensamiento de que “estos proyectos cumplen sólo un papel casi de carácter asistencialista”. Con respecto al Fondes, dijo que es “una herramienta fundamental para el desarrollo de la economía social”, pero que tiene que ser “más intenso y mejor aplicado de lo que ha sido hasta ahora”.

Para el legislador, durante la discusión parlamentaria del proyecto de ley que institucionalizó al Fondes, se acusó desde la oposición al FA de haber tomado “una opción política” al aprobar la norma. “Sí, claramente, este tipo de herramientas financieras no son neutrales sino que son una apuesta política por desarrollar un tipo de economía, un tipo de relaciones sociales y un tipo de perspectiva de desarrollo”, sostuvo. Civila defendió el “apoyo” y el “sostén” por parte del Estado para este tipo de economía porque “se encuentra en desventaja con lo tradicional”, y dijo que la aprobación del Fondes por el Parlamento “demuestra la voluntad política de la mayoría del sistema político por institucionalizar una herramienta de este tipo”, algo que “es muy relevante”.

El diputado del PS afirmó que hay que “trabajar también en las capacidades, que tienen una especificidad que no responde a las mismas lógicas empresariales que uno conoce en el capitalismo”. “A veces los proyectos de economía social degeneran en una forma típicamente capitalista, y éste es un problema que tenemos que prever. Es una batalla política y social”, concluyó.

Desde su experiencia en el movimiento cooperativo, Querejeta opinó que uno de los problemas que tienen que resolver son la falta de un “plan de negocios” y “cómo comercializar” los productos. “Es necesario empezar a cambiar la cabecita. Trascender la etapa de meternos a recuperar empresas fundidas -pensé que esa etapa se había terminado pero parece que no-. Tenemos que jugar más fuerte en el gobierno y en lo político”, afirmó. Querejeta insistió en que la economía social debe tener “un rol más protagónico”, golpear “las puertas del gobierno” y destacó la necesidad de participar en un “sistema de compras públicas”.

Después, Lafluf contó que se desempeñó durante años en cooperativas de distintos rubros agropecuarios y destacó que oficialismo y oposición son “capaces de trabajar juntos” cuando el tema le “preocupa a todos”, como en este caso.

Para Lafluf, las cooperativas tienen que ser “eficaces y eficientes”, y como “gran defensor de las empresas públicas” dijo que las cooperativas son una “mezcla de empresa pública y privada”, y por lo tanto “precisan una gestión mucho mayor”. “La gente tiene que entender que no se está en una cooperativa para que les vaya bien a uno solo, sino para que les vaya bien a todos”, agregó. Para terminar, Lafluf expresó que el sistema cooperativo “necesita confianza”, que quienes “dirijan estén al lado de los que producen”.

“Tenemos que convencer a la gente de que dentro de una cooperativa le va a ir mejor que estando sola, y eso es bien difícil”, concluyó.