La búsqueda de hidrocarburos en Uruguay se mueve, aunque no necesariamente avanza. En 2012, ANCAP organizó la Ronda Uruguay II, una serie de presentaciones en Brasil y Estados Unidos para tentar a las grandes multinacionales petroleras a que invirtieran en explorar la plataforma continental uruguaya del océano Atlántico. Algunos estudios preliminares con la técnica de exploración sísmica 2D arrojaron resultados alentadores, y cinco empresas firmaron contratos para explorar el lecho marítimo: la inglesa British Petroleum (BP) adquirió tres bloques (o sea, territorios delimitados de unos 6.000 kilómetros cuadrados); British Gas (BG) se quedó con tres; a la francesa Total se le adjudicó uno; y un consorcio formado por la irlandesa Tullow Oil y la compañía japonesa Inpex adquirió el último. Cada uno de los bloques insume una inversión inicial de 200 millones de dólares.

Este año las fichas se movieron. Según informó en agosto El Observador, BG le vendió sus bloques a Shell; por otra parte, El País publicó que Total se asociaría con la estadounidense ExxonMobil para comenzar a perforar en marzo de 2016 uno de los pozos más profundos del planeta. Pero 2015 traería un problema extra: “Con la inestabilidad actual del precio del petróleo, seguramente habría riesgos para la permanencia de las empresas”, dijo a la diaria Héctor de Santa Ana, gerente de Exploración y Producción de ANCAP. Según datos de la Administración de Información Energética de Estados Unidos, el barril de crudo pasó de 110 dólares en 2014 a menos de 80 en enero de este año.

Ese mismo mes, ANCAP empezó a trabajar en una modificación de los contratos. Según lo acordado en 2012, las empresas tenían plazo hasta noviembre de 2015 para explorar las áreas designadas y decidir si se quedarían a perforar para extraer o se retirarían, pero una resolución del Ministerio de Industria, Energía y Minería, que aún no se hizo pública, amplía la etapa exploratoria hasta mayo de 2017, según pudo saber la diaria. “Tal vez haya sido uno de los mayores cambios favorables de los contratos petroleros, para las empresas y para el país”, opinó De Santa Ana.

De todas formas, la medida no llegó a tiempo para los tiempos de BP, que en agosto anunció que rescindiría sus contratos a causa de los altos riesgos económicos y las bajas perspectivas geológicas de los tres bloques que se le asignaron. Afectadas por la baja del precio del crudo, las ganancias de la compañía se redujeron dos tercios en el segundo cuatrimestre del año, según datos de la agencia MercoPress, y la directiva decidió reducir el capital de inversiones de 22.900 millones de dólares a 22.000 millones. Los tres bloques que devolvió la empresa inglesa quedarían a disposición de ANCAP junto a otros 19 que se licitarán en la Ronda Uruguay III, prevista para antes de fin de año y que se pregonará este mes en una feria de exploración geofísica en Nueva Orleans, Estados Unidos, y en el evento APEX 2015 en Niza, Francia, en los primeros días de noviembre.