El Banco Mundial eligió a Uruguay para el lanzamiento de una publicación que analiza y compara los sistemas tributarios de 189 países desde una doble perspectiva: la de la empresa privada y la de la administración tributaria. “Paying Taxes” se titula el documento que el organismo multilateral presentó ayer en el hotel Radisson en conjunto con la consultora PWC, y que este año dedica una sección para el estudio de nuestro sistema. Destaca el papel de la reforma tributaria de 2007 sobre el combate a la economía informal: la cantidad de contribuyentes aumentó 16% desde su implementación.

Desde 2004 hasta la crisis financiera global de 2007-2008, la reforma más común en los sistemas tributarios fue la reducción de los impuestos a la renta, mientras que a partir de la crisis fue la modificación de los sistemas, que pasaron a ser más electrónicos. En 2014, 84 economías habían implementado sistemas electrónicos para la presentación y el pago de impuestos.

Esta digitalización de los sistemas, cuyo efecto se mezcla con el descenso de los costos impositivos en el mundo, provocó una continua reducción en los tres subindicadores que el estudio testea: el tiempo que significa para la empresa cumplir con sus obligaciones fiscales, la cantidad de pagos de impuestos y la suma de los costos de todos los impuestos pagados (que llama Tasa Tributaria Total). Sin embargo, las tasas de este descenso se han enlentecido en los últimos años, y en 2014 en particular se ha visto un panorama mixto para la Tasa Tributaria Total: “Si bien el promedio total disminuyó ligeramente, en realidad aumentó en más economías de lo que descendió”, explicó ayer el coordinador de la publicación y gerente de PWC Reino Unido, Thomas Dane. En 2014, la Tasa Tributaria Total aumentó en 46 economías y bajó en 41.

Por otro lado, en casi dos tercios de las economías del mundo se necesitan menos de 300 horas para cumplir con las obligaciones tributarias, mientras que en 2004 ese segmento representaba 60% de las economías. Los impuestos laborales -en particular en Uruguay- son los que requieren más tiempo, porque “frecuentemente se computan de manera mensual, presencial y específicamente para cada trabajador”, explicó Dane.

En definitiva, a una economía promedio del mundo le llevó, en 2014, 261 horas, 26 pagos y una tasa total de 40,8% cumplir con los impuestos del gobierno. Vale aclarar que una empresa estándar en el caso de este estudio realiza actividades industriales o comerciales, tiene un tamaño mediano, aproximadamente 60 empleados y no comercia con el exterior.

Salto cuantitativo

Para la residente del Banco Mundial en Uruguay, Matilde Bordón, Uruguay cuenta con dos de las tres buenas prácticas que testea el organismo multilateral: la autoevaluación y la presentación y pago de impuestos mediante sistemas electrónicos; queda en el debe simplificar la presentación de los impuestos. “No necesariamente los países que cobran tasas de impuestos más altas reflejan un mayor Índice de Desarrollo Humano, lo que hace la diferencia es la eficiencia de las administraciones tributarias”, afirmó.

“Uruguay está bien posicionado, alineado con el mundo y por encima del promedio regional”, consideró Dane durante su presentación. “América Latina y el Caribe es la región donde a las empresas les lleva más tiempo cumplir con sus obligaciones -Brasil y Venezuela tiran para abajo el promedio-, pero Uruguay está dentro de los que registran menores tiempos para el cumplimiento tributario”: 196 horas para calcular el pago, 47 para prepararlo y 34 para pagarlo -277 en total-, mientras que en la región el promedio asciende a 615. En los costos tributarios totales para la empresa, Uruguay también se destaca con una cifra de 41,8%, muy cercana a la del promedio mundial (40,8%) y lejos de la regional (55%).

Es en cantidad de impuestos que Uruguay queda retrasado respecto de la tendencia mundial y regional. El promedio de los países de Latinoamérica indica unos 23 pagos anuales, mientras que en Uruguay esa cifra asciende a 31, de los cuales los 24 correspondientes a la seguridad social y accidentes de trabajo son los que más pesan. Al respecto el socio de PWC Uruguay Daniel García sostuvo que el rezago en ese aspecto podría deberse a una resistencia de las empresas a utilizar el pago online, y aventuró que “la reciente Ley de Inclusión Financiera podría mejorar sustancialmente este indicador”.

El subsecretario de Economía y Finanzas, Pablo Ferreri, invitado a comentar los resultados del estudio, coincidió con la apreciación. Recordó la reforma tributaria de 2007 como una “estrategia del país” que promovió “una mejora de la simplicidad”, y consideró que ésta aún está teniendo efecto en el sistema. El ex titular de la Dirección General Impositiva afirmó que la habilitación para el pago de impuestos vía celular y el “paquete de medidas” que el Ministerio de Economía y Finanzas anunciará en los próximos días para facilitar la inclusión financiera de los comercios aún rezagados “seguramente provoque otro salto cuantitativo”.