A sala llena, el presidente del Banco Central del Uruguay (BCU), Mario Bergara, presentó ayer de tardecita su libro Las nuevas reglas del juego en Uruguay, sobre incentivos e instituciones en una década de reformas. Sindicalistas, políticos, empresarios, académicos y hasta personalidades como el músico Fernando Cabrera llenaron cada uno de los asientos del Paraninfo de la Universidad de la República e incluso parte de sus escaleras.
En la primera fila estaban el ex presidente José Mujica, la senadora Lucía Topolansky y otros colaboradores del libro, mientras que el actual mandatario, Tabaré Vázquez, se excusó por carta aludiendo “compromisos de agenda” y dejó constancia del “valioso material tanto en teorías brillantemente elaboradas como en la experiencia desarrollada en todos estos años de práctica”. En la mesa de intercambio acompañaban al autor el ex secretario general iberoamericano Enrique Iglesias, el historiador Gerardo Caetano y el presidente del PIT-CNT, Fernando Pereira, elegidos por Bergara para comentar la publicación.
“Mario viene de abajo, de un barrio popular, y tiene una historia de vida que todavía (y ojalá siempre) nos plantea la mejor utopía de Uruguay: un hijo de trabajadores que se doctoró en Berkeley y que se desempeña como servidor público desde hace más de 30 años”, lo describió al inicio de su presentación Caetano. Las nuevas reglas de juego en Uruguay es el segundo libro de Bergara. En 2003, cuando el país intentaba salir de la última crisis financiera, lanzó el primero, casi homónimo, sólo que excluía la palabra “nuevas”. Agregarla en el título de su más reciente publicación obedeció a marcar el hecho de que las reglas (y los roles de las instituciones) cambiaron y, por ende, a poner en claro hacia dónde apunta esa transformación.
El documento recorre siete vectores de reformas, a las que se aproxima en conjunto con varios colaboradores: cuentas públicas, políticas sociales, sistema financiero, inserción externa, funcionamiento de los mercados, renovación de las políticas culturales, y reforma del Estado. Entre ellas “hay una apuesta al vínculo entre la economía y la política”, consideró Caetano, quien recordó una anécdota de la última vez que el general Líber Seregni se encontró con Vázquez y el ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori: “Le dijo con voz entrecortada: ‘Tabaré, tú serás quien decida la política, y tú, Astori, decidirás la conducción económica, pero no se olviden de que la política conduce a la economía’. Mario en su libro lo refleja muy bien: hacer política es actuar con restricciones”.
En el libro también se mira hacia el futuro. Bajo estas “nuevas reglas”, las reformas pendientes para Bergara son: la calidad del sistema de salud, la reforma de las cajas militares y de los parámetros en el sistema jubilatorio, y la reforma educativa, para la que Iglesias consideró que “deberá aprovecharse las ventajas de la revolución tecnológica actual”. El ex presidente del BCU sostuvo además que “el aumento presupuestal hecho en estos años es necesario pero no suficiente” para llevarla a cabo de manera integral.
Caetano, que opinó que el Ministerio de Economía y Finanzas actual es “el más poderoso de la historia”, sostuvo que un desafío adicional será suavizar la “asimetría gigantesca” entre el poder de la hacienda y el de otras carteras mucho más débiles, que optó por no nombrar. “La izquierda hasta ahora sólo ha gobernado en época de bonanza. Ahora se viene el gran reto: gobernar en un período de desaceleración”, afirmó.