“La salud del mercado laboral enfrenta desafíos”, establece el informe, “y en caso de que no se llegue a definir ajustes de salarios concordantes con la realidad por la cual hoy están atravesando los diferentes sectores productivos, sufrirá las consecuencias”, complementa la gremial, según publicó ayer El País.
El tono de amenaza “está claro” para los trabajadores, y para Castillo también. Riverón dijo que le “cuesta creer” que en el sector comercio “se quejen de desaceleración, cuando al cierre de este feriado, los empresarios afirmaron que se agotaron los pasajes en Tres Cruces y se duplicaron las ventas con respecto a lo vendido en la Noche de la Nostalgia -uno de los picos comerciales en estos últimos años-”. Para el sindicalista, esta situación forma parte del “clima exagerado que se viene generando por parte de las cámaras” y que ha sido “fomentado por el gobierno”. En ese sentido opinó que las “señales bastante complicadas que economistas anexos al gobierno dieron en su momento les han servido a las cámaras para agarrarse de este discurso según el que pareciera que, poco menos, estamos entrando en una crisis”.
El director nacional de Trabajo, Juan Castillo, se mostró alineado con esta lectura. En declaraciones a la radio Monte Carlo sostuvo que con estas declaraciones, las cámaras “intentan infundir miedo a los trabajadores”. “Esto siempre comienza así, son guerrillas de declaraciones de un lado y el otro”, consideró, afirmando que estos modos “no hacen bien” e incluso hacen caer a los empresarios “en descrédito”. “Yo nunca vi, o capaz que me lo perdí, en los diez años en los que la economía estuvo bien, una declaración de la Cámara de Comercio diciendo que pueden dar más aumentos de salarios”, agregó, preguntándose sobre la veracidad de sus reclamos: “¿Cuándo es verdad que un empresario o una cámara empresarial no puede dar más? ¿Quién tiene la llave para medir eso?”.
Para el secretario de la central sindical, Daniel Diverio, se trata incluso de “una contradicción”. Siguiendo el razonamiento de que el “fuerte crecimiento” del comercio en los últimos años -altamente relacionado con el auge del mercado interno- ha sido fruto de una mayor capacidad de compra de los trabajadores, el obrero de la construcción afirmó a la diaria que una reducción de los salarios va a desacelerar la actividad.
La estrategia que manejan es “obvia” para Riverón: “Se trata de generar una situación de inestabilidad laboral para que a los sindicatos se nos complique más la discusión cuando comencemos las negociaciones por los Consejos de Salarios”, sostuvo, afirmando que a la interna ha habido “amenazas con envíos a seguro de paro” en locales como Tienda Inglesa y Lolita, entre otros.
Relación complicada
Diverio sostiene que “no hay relación entre salarios 'altos' y elevados niveles de desempleo” porque “hay otros componentes en la ecuación”, en especial en el caso de las grandes superficies (supermercados) y el comercio, sectores en los que “ha habido grandes crecimientos de los márgenes de ganancia” y, sin embargo, “donde también están los salarios más complicados”. “Tenemos claro que en el momento en que estuvimos con los peores salarios, tuvimos los niveles más altos de desempleo” consideró.
En el informe, la gremial empresarial advierte: “Un ajuste en el mercado de trabajo comienza a percibirse lentamente, no sólo desde el punto de vista de variables como la tasa de desempleo, empleo, personas en el seguro de desempleo, sino concretamente en la destrucción de puestos de trabajo”. Según datos manejados, en el acumulado del año hasta julio “el contexto recesivo llevó a la destrucción de 33.500 puestos de trabajo”.
Riverón relativizó esta estimación, ya que se trata “en su mayoría de trabajadores de la frontera que han sido enviados al seguro de paro” y esta situación “no se puede extrapolar a todo el país”. Además, sostuvo que “a pesar de que algunos digan lo contrario, el trabajador es muy consciente de la situación en la que vive” y esto se demuestra con los hechos: “Cuando hubo crisis en 2002, los propios trabajadores nos bajamos los salarios para mantener los puestos de trabajo”.
Previa a boca seca
La mayoría de los subgrupos del sector comercio recién tendrán negociaciones tripartitas a mediados de 2016, pero la mano viene complicada.
Consultado al respecto, Riverón sostuvo que si bien restan algunos meses para analizar cómo continúa la economía del país, “tenemos claro desde ya que si las pautas del gobierno son las mismas, no vamos a firmar”. Se refiere sobre todo a la cláusula que establece el correctivo a dos años, que para el dirigente es “insostenible” para los trabajadores, porque “es prácticamente condenarlos a una pérdida salarial de, como mínimo, ocho meses” y esto “es impensable en un sector en el que los márgenes de ganancia no han caído, sino que en algunos casos se han incrementado”. Pautas como las que el gobierno puso arriba de la mesa “no generan mayores problemas en sectores de salarios medios, pero para salarios de 15.000 pesos, como los nuestros, implicarían entrar en una clara desaceleración”, indicó.