Aunque una comisión interministerial de cuatro carteras será la encargada de estudiar el arribo de Uber a Montevideo, el ministro de Transporte y Obras Públicas, Víctor Rossi, realizó ayer algunas valoraciones sobre el transporte público uruguayo. Concretamente, dijo que el servicio de taxis “ha decaído mucho” en los últimos tiempos. “Faltan servicios, o los servicios no se cumplen con la regularidad que sería necesario”.

Sobre Uber, dijo que se trata de un fenómeno nuevo, “que aparece como muy atractivo”, pero advirtió que “siempre, cuando se presenta un producto nuevo sólo se perciben sus ventajas”. “Ese producto nuevo se apoya en tecnología, que no tenemos ninguna voluntad de negar ni de trabar, porque no es nuestra voluntad ponerle ningún tipo de obstáculos al pleno ejercicio de la libertad, en todos sus aspectos”, sostuvo. Sin embargo, advirtió que es necesario reconocer que “esa nueva modalidad va a abrir y a desregular el sector, y va a imponer funcionalidades que en el mundo funcionan muy bien y otras muy mal”.

La forma en que se implantó Uber en el país no generó simpatía en el Ejecutivo: se entiende que comenzó a hacer directamente las capacitaciones antes de preocuparse por ajustarse a la regulación y legislación vigentes. Sin embargo, en el Consejo de Ministros del lunes se estimó que, en los hechos, la presencia de Uber en Uruguay desnuda algunas falencias del sistema de transporte público. Desde el gobierno se asegura que cualquier variante en el transporte no sólo tendrá que mejorar el servicio, sino también cumplir con la formalidad y regulación del transporte público.

Se expande

El aterrizaje, o mejor dicho, el estacionamiento de Uber en Uruguay empieza a generar repercusiones a nivel político. Ya se conoce el rechazo que el potencial servicio produce tanto entre empresarios como entre trabajadores del transporte. Por si quedaba alguna duda, una numerosa delegación de gremiales del transporte visitó ayer la Comisión de Transporte y Obras Públicas de la Cámara de Diputados, donde plantearon los peligros de esta nueva modalidad de transporte. Concretamente, el presidente del Centro de Propietarios de Automóviles con Taxímetro del Uruguay, Óscar Dourado, expresó su temor de que Uber desregule el mercado laboral del transporte, que luego afecte el transporte colectivo y que en un futuro se entrometa en el transporte de carga. La oportunidad sirvió incluso para que las gremiales hicieran una suerte de autocrítica sobre el servicio que actualmente brindan. En el encuentro se llegó a manejar la posibilidad de quitar las mamparas de los taxis, de cambiar las condiciones de seguridad de los autos y de revisar el actual formato de pagos.

Los diputados del Frente Amplio no fueron impermeables a la preocupación de las gremiales. “Si esto no se regula, puede complicar todo el sistema de transporte del país”, dijo el diputado del Movimiento de Participación Popular Martín Tierno, que destacó que las gremiales hablaron de que hay 50.000 puestos de trabajo en riesgo. “Va a desregular todo lo que tiene que ver con el transporte colectivo y público”, advirtió.

El presidente de la Comisión, Felipe Carballo (Lista 711) dijo que es necesario tener “mucho cuidado” con la desregulación laboral y con el trabajo de “nuestros compatriotas”.

En tanto, el diputado del Frente Liber Seregni y ex intendente de Maldonado Óscar de los Santos también dijo que ve con “preocupación” el tema. El ex jerarca sostuvo que la empresa deberá cumplir con la normativa vigente y que será necesario ver de qué forma abordará las reglamentaciones laborales. Representantes de Uber visitarán la comisión la semana que viene.

En la oposición, las posturas todavía no están claras. En el Partido Nacional hay mucha cautela con el tema. Los diputados que participaron en la comisión prefirieron no hacer evaluaciones definitivas hasta que la empresa visite el cuerpo. En tanto, el diputado colorado Adrián Peña dijo que la idea del Ejecutivo de crear una comisión interministerial fue acertada. “No nos podemos cerrar a la posibilidad. El sistema de transporte está en cuestión. Hay un interés legítimo del empresariado y de los trabajadores, pero en el centro de la atención tiene que estar el usuario. Sí me preocupa lo que puede pasar con las fuentes de trabajo, pero los que van a trabajar en Uber también son uruguayos”.