El sindicato de UTE (AUTE) levantó ayer al mediodía la ocupación de la Central Batlle, una medida que había tomado 24 horas antes, en el marco de un conflicto con el Poder Ejecutivo.
Ayer de tarde, el director nacional de Trabajo, Juan Castillo, había comunicado a los ocupantes la voluntad del presidente Tabaré Vázquez de desalojar la planta, pero eso no fue necesario. “Lamentablemente, la orden del desalojo llegó mucho más rápido que las propuestas para solucionar el conflicto. El presidente Vázquez y la UTE solicitaron el desalojo, pero como evaluaron que nuestra medida no estaba afectando el servicio y que nuestra voluntad era la de levantar la ocupación, optaron por no desalojar”, dijo Gabriel Soto, presidente del sindicato.
Las negociaciones con el gobierno continúan, pero todavía no se ha llegado a acuerdos. El mayor obstáculo, según Soto, está en el ingreso de personal previsto para el próximo quinquienio. “Si la demanda de energía crece, como está previsto, debe crecer la plantilla de UTE, porque si no ese aumento de la demanda lo cubren las empresas tercerizadas. Con UTE hemos avanzado en las negociaciones, pero el problema lo seguimos teniendo con el Ministerio de Economía y Finanzas, que no se ha movido un ápice de su postura original”, sentenció Soto. En caso de que no haya avances, según el sindicalista, el conflicto podría profundizarse en las próximas semanas: tienen previstas medidas distorsivas en el área de generación y no descartan la ocupación de otras dependencias del ente energético.